EGOS
Olga Moreno se redime a costa de un cisma familiar
El rencor, el dolor y la pena han marcado la entrevista en exclusiva concedida por Olga Moreno a una revista del corazón
Se cansó de ser la tonta útil de la película, la plañidera en casa. Olga Moreno necesitaba soltar el dolor que lleva dentro, quizá, sin calibrar el cisma que iba a originar con la exclusiva concedida a «Semana». Pero se «olvidó» de comentar a Antonio David, su ex, y a su íntima Rocío Flores, que se había desahogado de tal forma que sus declaraciones levantarían ampollas.
Una fuente cercana a Olga desvela a LA RAZÓN que «se ha quitado un peso de encima, llevaba tiempo calibrando la posibilidad de hablar, se sentía engañada por un marido infiel. Ha tragado muchísimo, intenta llevarse bien con Antonio por el bien de los hijos, de la pequeña Lola y de David... Le causa pavor que su ex marido se lleve de casa a ‘’Da’'. Ella le quiere como si fuera su propio hijo, y estoy convencida de que él no desea separarse de Olga, y, menos, irse a vivir con su padre y Marta Riesco. Esta mujer ha destrozado una familia, porque sabía perfectamente, cuando se enrolló con Antonio, que estaba casado, pero no le importó lo más mínimo. Eso sí, la misma culpa tiene él. La víctima de toda esta historia se llama Olga».
Y bien que se ha desahogado en su exclusiva. Le ha podido el rencor, el dolor y la pena, le cuesta resignarse a su nueva vida tras veintidós años de feliz unión matrimonial.
A pesar del apoyo de su familia y sus amigos de siempre, Olga, en el fondo, es un alma en pena. La vemos disfrutando de veladas con gente que la quiere, sí, pero la procesión va por dentro. Hasta Rocío Flores le ha censurado que concediera la entrevista. Su «me siento decepcionada y muy sorprendida» es injusto, porque la colaboradora televisiva se olvida de todas las exclusivas que su padre ha concedido poniendo «verde» a Carrasco.
Luego, Ro quiso matizar sus palabras diciendo que «estaba presa de los nervios, no tengo nada contra Olga», pero la relación entre ambas se resiente. La hija pródiga, aunque asegure que «le he cantado las cuarenta a mi padre cuando hacía falta», está muy unida a él.
Marta también se une a la «contienda», y aunque su novio le ha pedido discreción y que no entre en una guerra mediática con Olga, aclara que «estoy segura de que Antonio nunca ha jugado a dos bandas… No me parece bien que se agarre al brazo de la madre de Antonio y vaya a su cumpleaños, cuando ya había concedido la exclusiva. Mejor que no se hubiera presentado allí…».
Igual piensa Ro, que recibió una llamada de Olga dos días antes de salir la entrevista para comunicarle lo que vería el miércoles en la revista. Y aún queda una segunda parte que verá la luz la próxima semana. ¿Qué más tiene que contar? ¿Es tan fuerte que se merecía una nueva entrega? Parece ser que sí. Desde la publicación aseguran que va a dar mucho que hablar, que Olga se abre en canal y no calla nada. El cisma se acrecienta.
Nadie entiende que Flores y Moreno, a la vista del panorama que les rodea, no pidan el divorcio. No hay vuelta atrás. No cabe una reconciliación, esa en la que confiaba la malherida Olga hasta que vio las imágenes de su marido con Riesco. Ahí se le cayó la venda de los ojos. Descubrir el engaño fue un trauma. Nunca se imaginó tal afrenta, el amor era ciego y no le dejaba aceptar lo que ya sospechaba. Y es que el padre de su hija Lola le negó por activa y por pasiva que existiera otra persona.
Hoy, Olga Moreno ha decido soltar lastre, afrontar su futuro con ilusión por iniciar una nueva vida alejada de los fantasmas del pasado. Un familiar de la empresaria afirma que «le hemos dicho que se olvide de una vez por todas de ese hombre, que no se merece que derrame ni una sola lágrima por él, que se centre en su trabajo, su hija, en David, al que quiere tanto, y se limite a hablar con Antonio para temas indispensables».
El pasado miércoles era Jorge Javier Vázquez quien aportaba su impresión ante los acontecimientos: «Me parece que hay mucha gente que considera a Olga una víctima, pero no, olvidemos que pertenece a la banda, ahí no se salva ni uno. Ella no era una señora que no se enteraba de nada. Se demuestra que es una trilera a nivel máximo».
La última en unirse a este circo mediático ha sido Rocío Carrasco. La ex de Flores deja entrever que no le extraña lo ocurrido entre Marta y Antonio, que se repite la historia que sucedió en su caso y que «el que avisa no es traidor», dando a entender que era previsible lo que acabaría sufriendo Olga.
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