Rosa Oriol
Eugenia se niega a hablar de Fran Rivera
Durante la presentación de la nueva colección de la firma Tous, Eugenia Martínez de Irujo demostró estar en plena forma. Tanto es así que hasta Rosa Oriol y su hija, Rosa Tous, reconocieron su positivo cambio. Con las cámaras se mostró cordial como pocas veces la hemos visto; posó durante un largo rato, relajada, incluso comentó: «Yo no tengo prisa ni me cuesta trabajo». Su reaparición tras nueve meses enclaustrada nos hizo ver que pasó una etapa mala, que ya está superada. «Ahora estoy contenta y todos comparten mi estado porque ha terminado lo peor», aseveró, y ante mis preguntas sobre la reconciliación de su madre, la duquesa de Alba, con su hermano mayor, Jacobo, se rio y afirmó levemente que hubiese mediado en la pacificación.
La duquesa de Montoro está feliz y más al tratarse de la tercera colección que diseña para la joyería catalana. Dieron a conocer sus creaciones el pasado Día del Padre en un evento que coincidió con la apertura de la nueva tienda situada en un vistoso chaflán de la calle Goya. Hispanoamérica es el mejor mercado para la marca y Rusia ya se les está abriendo, según me contó Rosa, que acudió vestida de negro, como siempre, en esta ocasión con pequeños estampados de leopardo. La vi más delgada y con un cutis envidiable, al que no quitó ojo Cristina Tárrega, quien se presentó de forma inesperada con un abrigo de visón.
Mientras tanto, Eugenia contestó amablemente a todos los interrogantes que le planteé. Al mencionarle la ruina económica por la que dicen que pasan en su familia, me contestó que «la crisis nos toca a todos, a cada uno en un nivel, pero no perdona a nadie». Aunque sabemos que para los Alba ha sido una buena inyección de capital la exposición de los tesoros familiares, que reportó ganancias de cien mil euros. Su actitud varió un poco cuando mencioné el tema desagradable de Fran Rivera y la custodia de su hija Tana, «no pienso entrar en eso, soy hermética al tema», zanjó. Por lo que intenté sonsacarle lo que supondría para ella que su padrastro, Alfonso Díez, heredase más de 85 millones el día que falte Cayetana; con total educación me dijo: «No debo contestar porque no sé nada de la herencia. Mi madre está contenta con él, la cuida y arropa y todos nos llevamos muy bien. Le queda mucho por vivir todavía». Y a ella también le queda mucho por vivir, esperemos que todo cosas buenas y bien acompañada, aunque por el momento no me dejó del todo claro si su corazón está solo o es que sabe esconderse bien.
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