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El arte de Luis Alfonso: una menina tras la exhumación

El bisnieto de Francisco Franco es uno de los autores de «Meninas Madrid Gallery». Su obra estará expuesta hasta el 30 de noviembre después se subastará con un precio de salida de 3.000 euros.

La menina de Luis Alfonso de Borbón se subastará con un precio de salida de 3.000 euros larazon

El bisnieto de Francisco Franco es uno de los autores de «Meninas Madrid Gallery». Su obra estará expuesta hasta el 30 de noviembre después se subastará con un precio de salida de 3.000 euros.

Luis Alfonso de Borbón ha tenido en los últimos meses un papel muy activo en la familia Franco, no ha dudado en manifestar públicamente su oposición al traslado de los restos mortales de su bisabuelo, Francisco Franco, desde el Valle de los Caídos al cementerio de El Pardo. Esa postura más las noticias de la quiebra de los bancos de su suegro y por consiguiente, de su trabajo, han hecho que se haya pasado por alto otros hechos relevantes. Tanta discreción ha solapado la faceta artística y solidaria de Luis Alfonso de Borbón, en la muestra que estos días inunda Madrid de meninas. 54 esculturas de fibra de vidrio con una altura de 180 centímetros, 160 cm de fondo y un peso de 30 kilos, que han sido realizadas por el artista Antonio Azzato, por segundo año consecutivo, para el evento «Meninas Madrid Gallery», que consiste en plantar por la capital esas enormes fiuras hasta el día 30 de noviembre. Después se subastarán y lo recaudado, el año pasado fueron más de 300.000 euros, se donará a distintas ONGs, entre ellas la Fundación Rafael Nadal, que también ha pintado una.

Tres mundos

El año pasado se subastaron 53 y por ejemplo, la que decoró María Margarita Vargas alcanzó los 5.200 euros, la de David Bisbal, 3.000, la de Eugenia Martínez de Irujo, 7.500, y la de Blanca Cuesta de Thyssen, 6.000. Este año, si se mantienen las cifras, la del bisnieto de Franco tendrá un precio de salida de 3.000. Esta, se encuentra en los primeros números del Paseo de Recoletos en Madrid y reúne los tres mundos entre los que se debate el autor. En los bajos de la escultura sitúa España, representada en la bandera con el escudo y diversos dibujos que se supone nos representan; un abanico, la paella, Don Quijote y Sancho Panza, el toro, la guitarra, el balón de fútbol y la flamenca, todo muy cañí. Por encima de España, en lo que sería el trasero de la menina, va la bandera venezolana; el pozo de petróleo (materia prima que ha sido muy importante en el origen de la fortuna familiar de los Vargas), la orquídea o los peces que viven en el paraíso natural que son Los Roques venezolanos o la isla Margarita. El cuerpo de la escultura y su corazón, Luis Alfonso lo reserva a Francia, como rey Louis XX que querría ser. En el estómago pinta las tres flores de lis del escudo de la Casa Real francesa de los Bourbon, y por los brazos y espalda, sitúa a la torre Eiffel, unos botines de cabaret, el queso, el gorro de chef, el brioche y el Arco del Triunfo. La cabeza, a falta de ser coronada, como también le ocurre a él luce un lujoso color oro. En la esquina madrileña y en todo su esplendor, se mostrará la gran menina de Luis Alfonso hasta el día 30 de noviembre, a las puertas del palacete que ocupa el banco BBVA, como guiño final a todo este tema. Decir que todas las figuras se han entregado en blanco y son los autores, entre los que hay un elenco variopinto de la sociedad española –Dani Rovira, Quique Dacosta, empleados de El Corte Inglés, Rosana o Miguel Ángel Muñoz–, los que deciden qué plasmar en ellas.

Doble celebración

Se ha pasado por alto el bautizo del cuarto hijo de la familia Borbón-Vargas, Enrique de Jesús, y la comunión de los mellizos; Alfonso y Luis. Celebraciones que tuvieron lugar antes de verano y que aprovecharon para hacer el mismo día. Querían discreción y lo festejaron en su casa madrileña. A la doble ceremonia asistía Don Juan Carlos, para gozo del suegro de Luis Alfonso, Víctor Vargas. No hay que olvidar que Luis Alfonso, además de bisnieto de Franco, también lo es del rey Alfonso XIII, abuelo de don Juan Carlos. Ni los Vargas ni los Borbón se dejaron ver este verano por Sotogrande, todo perfil bajo hasta que llegó el tema de la exhumación.