Se abre un nuevo capítulo en el enfrentamiento que desde hace semanas mantienen Ágatha Ruiz de la Prada y Carmen Lomana. Aunque en su día mantuvieron una relación muy estrecha, su enemistad viene de lejos y resulta complicado encontrar el origen de su mutua animadversión, a la que también parece haberse sumado José Manuel Díaz Patón, el novio de la diseñadora, que recientemente también ha cargado contra la tertuliana.

“Carmen, no tengo nada contra ti y no he contado nada de lo nuestro, así que haz el favor de no referirte a mí y decir que Ágatha está enamorada de su ex. No he contado nada de ti y si tienes un ataque de cuernos, tienes mi teléfono y me llamas, pero no airees este tipo de cosas”, espetó el abogado después de que Lomana insinuara que la diseñadora seguía enamorada de su expareja, Luis Miguel Rodríguez.

Ante estas declaraciones, la socialité se ha mostrado indiferente, aunque algo molesta por la dimensión que está alcanzando esta polémica. “No voy a decir nada, porque ante semejantes imbecilidades, no tengo por qué justificarme. Me voy a trabajar. Me da igual, que esta historia de Luis Miguel, Ágatha, el novio de Ágatha, me importa un comino. ¡Qué me dejen en paz!”, se queja Lomana.

Además, sobre la insinuación de la pareja de la diseñadora, que deja caer que en el pasado mantuvo algún tipo de relación con Carmen, esta niega tajante cualquier vínculo con el abogado: “Lo conocí un día en casa de mi compadre Julián Porras. Pregúntale a él, no a mí, no sé por qué suelta eso de repente, pero no me parece normal. Es como si tú dices que eres mi novia, yo qué sé…”.

Las tensiones entre Lomana y Ruiz de la Prada podrían estar relacionadas con una supuesta infidelidad protagonizada por una de las amigas de la socialité y que, de alguna forma, habría afectado a la diseñadora. “Hay mucha gente sinvergüenza que se apunta al equipo de Shakira, pero luego sus amigas son lo peor. Se comprende que yo esté en este lado al 100 %, y eso ha estado claro toda la vida, pero que haya otra gente que se apunte el tanto…”, sentenció la modista, en lo que parecía una alusión a su archienemiga.