Adeleya tiene planes para vestir de blanco y acercarse al altar donde le esperará su futuro marido. Así lo ha dado a conocer por sorpresa ella misma, después de semanas de rumores que apuntaban a que iba a dar el decisivo paso junto al agente deportivo Rich Paul, con el que lleva más de tres años de romance. La buena nueva la ha confirmado la artista este viernes noche durante un concierto celebrado en Múnich, dejando a sus fans en shock ante la inesperada revelación: “No puedo casarme contigo, porque ya me voy a casar”, desvelaba como si tal cosa la dueña de tan portentosa voz a uno de los fans que le había propuesto matrimonio a viva voz en mitad del show. Algo que, aunque extraño, suele sucederle y siempre se toma con humor, aunque esta vez haya reaccionado haciendo sonar las campanas de boda.

Adele siempre ha tratado de permanecer en un discreto segundo plano y que los titulares que copa sea siempre por cuestiones profesionales. No obstante, su vida sentimental ha sido muy ajetreada y las miradas siempre han estado puestas en cómo se encontraba su corazón, pues se entendía que estaba maltrecho por sus emotivas letras. Pero desde el verano de 2021 parece que la felicidad se ha instalado en su vida con la llegada de Rich Paul. Fue en un partido de la NBA en Phoenix donde la pareja apareció tranquilamente ante las cámaras, confirmando el romance que ya pululaba en las redes sociales a modo de rumor. Incluso ya había testimonios que apuntaban a que, mientras ella deseaba gritar a los cuatro vientos que estaba de nuevo enamorada, él prefería no hacer tanto ruido y disfrutar de cierta calma en lo que a la intimidad se refiere.

El que está llamado a ser el futuro marido de Adele es una persona relevante en el mundo del deporte en calidad de agente. Una labor que desempeña tras encontrarse de manera casual a LeBron James en 2002, que contrató sus servicios y le encumbró a lo más alto. De hecho, hasta aparece en los listados de ‘Forbes’, que le reconoce ser el cuarto agende deportivo más rico del mundo. Y eso que le costó especialmente escalar, pues provenía de una familia de humildes orígenes, algo que ha querido transmitir a los jóvenes promesas que le fichan para que lleve sus carreras. Por muchos millones que atesoren ahora, siempre se les acabarán los ingresos y tendrán que valorar muy mucho el dinero que ganan. Algo que tan solo sabe el esfuerzo que supone sudar la gota gorda para alcanzar sus sueños, pero con los pies en la tierra para no dar pasos en falso.

No es la primera vez que Adele pronuncia el ‘sí, quiero’. Ya probó suerte antes en esto del matrimonio con Simon Konecki, aunque no resultó una empresa destinada a triunfar. Se casaron en 2018, pero el desamor llegó tres años después, tras convertirse en padres de un niño llamado Angelo. Fue un boom mediático y la cantante aprovechó el dolor que experimentaba para plasmar sus sentimientos en nuevas canciones que relanzaron de nuevo su carrera. Después llegó a su vida Rich Paul, que tres años después se convertirá en su segundo marido, aunque los detalles del enlace son aún un secreto. Ya lo eran sus planes de intercambiar alianzas, pese a los rumores, aunque viendo lo ilusionada que está la cantante, seguramente irá desgranando algún que otro detalle con sus fans en sus conciertos.