El salto al vacío de la Infanta Sofía al cumplir la mayoría de edad

Apenas quedan unos meses para que no quede ningún menor en la Familia Real. El próximo 29 de abril, la Infanta Sofía alcanzará los 18 años, un salto a la edad adulta que si bien es importante para cualquier ciudadano del mundo, todavía lo es más para alguien de su posición y proyección.

En el caso de su hermana mayor, poco ha tenido que devanarse los sesos en cuanto a decisiones sobre sus próximos pasos. El precio de la libertad es la presión por la toma de decisiones, pero el futuro está escrito para la futura Reina de España. Era consciente de que tras su formación académica en el colegio Santa María de los Rosales llegaría el Bachillerato, y después su formación castrense. Se espera que, concluido su paso por las escuelas militares, también curse estudios universitarios al tiempo que toma más relevancia en la Corona a la espera de que un día el peso recaiga sobre su cuello.

Pero la Infanta Sofía no disfrutará de esta suerte de tranquilidad que conlleva la ausencia de libre albedrío. Con lo bueno y con lo malo, Su Alteza Real tendrá que elegir, y ante ella se abre un amplio abanico de posibilidades. Parece claro que se retrasará lo máximo posible su salto a la vida pública, que se hará de forma paulatina. Una buena forma de conseguirlo sería que, como ha hecho hasta ahora, siguiera los pasos de su hermana mayor y recibiera formación militar. En el caso de otras monarquías europeas, esta opción no se limita solo al heredero, sino que el resto de hijos del soberano también se instruyen en las artes militares.

De este modo, tanto la Infanta Sofía como sus padres se asegurarían unos años más de cierta lejanía de la agenda pública, atendiendo solo las citas más importantes y disfrutando de un poco más de tiempo de cierta libertad antes de dedicarse al 100 % a la institución.

Pero si la rama militar no va con ella, la Infanta Sofía también podría optar por marcharse a estudiar al extranjero, como hizo su padre, el Rey Felipe VI, o su primo Felipe Juan Froilán de Marichalar, que pasó su etapa universitaria en Estados Unidos.

Cuanto mayor sea la distancia que la separa de la Corona, mayor será su grado de independencia, asegurándose casi una plena libertad en sus años de juventud, los mejores para muchos y los que la mayoría de las personas recuerdan con más cariño y nostalgia.

La Infanta Sofía se enfrenta a un salto al vacío, un salto a lo desconocido de cuyo buen tino dependerá cómo pase sus últimos años de autonomía antes de que la monarquía la reclame como un miembro activo y valioso de su engranaje.