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La reina Camilla, aún convaleciente y dolorida, ofrece detalles sobre su recuperación
Tras saltar las alarmas sobre su salud al retirarse de un acto público, ahora regresa, con tos y dolores, pero algo mejor según dice ella
Camilla Parker ha demostrado una vez más su compromiso con la Corona británica y que es reina antes que una trabajadora más, pues ha aparcado su salud para afrontar las tareas inherentes de su condición real. Así lo ha hecho al retomar sus obligaciones con la institución acogidas en la agenda oficial, que marcaba que este martes debía presidir la recepción de los ganadores del Premio Booker, acto que tenía Clarence House como telón de fondo. Su primer acto de regreso después de que la semana pasada hiciese saltar todas las alarmas por su estado de salud, al verse obligada a retirarse de un acto público al encontrarse indispuesta y cogerse una baja médica. Mucho se ha hablado y publicado sobre su estado, ofreciéndose partes de salud con las mínimas informaciones que trascendían al respecto.
Todo esto acrecentaba la preocupación del pueblo, que demandaba más información y no tanta conjetura sobre lo que le sucede a la reina Camilla. Es por eso que la esposa del Rey Carlos III de Inglaterra no ha querido continuar cebando el misterio y ha acercado su mejoría al público, desvelando cómo se encuentra ahora que ha recuperado las fuerzas y puede afrontar de nuevo las tareas recogidas en la agenda oficial. Así, para acabar con los dimes y diretes, en primera persona reconoce que “estoy mejorando mucho, voy recuperándome”, aunque se queja de que aún la tos no le ha abandonado y le tiene el pecho tomado. Pese a ello, atendiendo a la grave enfermedad contra la que batalla su marido y su nuera, Kate Middleton, prefiere no quejarse en exceso de su condición médica, a sabiendas de que el tiempo juega a su favor: “Estas cosas siempre toman un poco de tiempo, pero espero estar recuperada pronto”.
Con ello, la reina Camilla reconoce que aún sigue convaleciente de su dolencia, aunque lo suficientemente recuperada como para poder volver a la rutina. No quería perderse un acontecimiento literario tan importante como la entrega de los Premios Booker, donde desplegó toda su simpatía, con una perpetua sonrisa en el rostro, tan solo interrumpida cuando la tos le obligaba a cambiar el rictus. También hablando con los presentes, tanto el equipo de la organización como los afortunados premiados, haciendo gala de su cercanía en tiempos convulsos para la Familia Real británica. Los escándalos se suceden, los pasos que dan todos sus miembros están medidos y son analizados con lupa con mirada crítica. Ella está dispuesta a hacer un sobreesfuerzo para no caer en las piedras que se le colocan en el camino, que son muchas, siempre protagonizadas por los satélites familiares: el príncipe Harry y Meghan Markle, el príncipe Andrés y aquellos confidentes que se van de la lengua y desvelan sus secretos a golpe de polémica.
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