Casa Real
El futuro de Marivent sin Doña Sofía
Ha sido su residencia de verano desde los años setenta
No será este año, pues su presencia en Mallorca está garantizada, pero son muchos los interrogantes que surgen en torno al uso de Marivent cuando la reina emérita ya no esté. De todos es sabido que Doña Sofía es la gran valedora de este Palacio situado a las afueras de Palma, con una extensión de 33.000 metros cuadrados, y que gracias a sus jardines y sus privilegiadas vistas al mar se ha convertido en el refugio particular de la madre del Rey; todo el entorno le recuerda a su Grecia natal, de hecho, muchas de las estancias interiores cuentan con elementos decorativos y tejidos de origen griego que no olvidan las referencias al Mediterráneo.
Como decíamos, son muchas las dudas y ya hay voces anónimas –y no tan anónimas- que comienzan a plantearse qué hacer con el Palacio cuando la Familia Real ya no lo ocupe de manera regular como suele hacer Doña Sofía, que no solo se mantiene fiel a sus vacaciones de Semana Santa y de verano en la isla, sino que buena parte del año se instala en él en compañía de su hermana, la princesa Irene de Grecia. ¿Qué hacer pues con Marivent si año tras año los reyes Felipe y Letizia pasan menos tiempo la isla y apenas otros miembros de la monarquía española se alojan en él? ¿Merece la pena que la comunidad Autónoma de Baleares mantenga la propiedad y el mantenimiento? Pues a pesar de las decenas de iniciativas de algunos grupos políticos y otros movimientos sociales que intentan recuperar la totalidad del uso del palacio, solo la renuncia expresa de la Casa Real lo haría factible. Y ya se han dado unos pequeños pasos: un acuerdo entre Zarzuela y el gobierno balear permite a locales y turistas visitar la mayor parte del año los jardines del recinto cuyo principal reclamo son unas esculturas de Miró repartidas por la parcela. Por cierto, este pasado viernes cerraron al público y ya no se volverán a reabrir hasta el 15 de septiembre, en busca de garantizar la privacidad de los Reyes.
Marivent ha sido residencia de verano de los reyes desde los años setenta, cuando la Diputación de Palma cedía a los entonces príncipes de España, Juan Carlos y Sofía, el complejo para sus vacaciones. Sin embargo, muchas de esas iniciativas parlamentarias presentadas por grupos nacionalistas recuerdan que esa cesión de Marivent, que había sido propiedad del pintor, coleccionista y mecenas de arte Juan Saridakis, se había hecho con la condición «de que se convirtiera en un museo abierto y, excepcionalmente, pudiera ser utilizado como residencia para jefes de Estado extranjeros», una circunstancia que «no se cumple» y que por tanto «obligaría a la Familia Real a devolver su uso a todos los baleares», según indicaba el texto de una proposición no de ley que presentaba el pasado año Més per Mallorca. El Parlament rechazó la iniciativa.
Cita monárquica ineludible
Lo cierto es que Marivent ya no es lo que era, y muy lejos quedan esas imágenes de los miembros de Casa Real ejerciendo de anfitriones de grandes personalidades internacionales: desde Akihito y Michiko de Japón; al príncipe Carlos y Lady Di; los reyes de Bélgica, Holanda y Noruega, hasta mandatarios de los Estados Unidos como Bill y Hillary Clinton, George Bush o Michelle Obama. Tan evidente es decir que esos tiempos no volverán como que después de Doña Sofía, Mallorca dejará de ser esa cita monárquica ineludible en la agenda estival.
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