Casa Real
Victoria Federica, la Borbón más pop
La hija de la Infanta Elena está siendo una de las protagonistas del verano. Y sí, la «culpa» es de Omar Montes, pero sobre todo de Marbella
Antes de la pandemia, Victoria Federica Maricharlar Borbón, conocida por sus íntimas como Vic, veraneaba con su madre, la Infanta Elena. Aunque ya despuntaba en lo que le gustaba o lo que no, su carácter distaba mucho del de su hermano Pipe, conocido por Froilán por la prensa. Era habitual que después de una estancia en Bidart con su tía, la Infanta Cristina, y su prima Irene, a la que adora pero con la que no encaja en gustos, luego volara desde el aeropuerto de Bilbao a Palma de Mallorca. Allí, la hija de Marichalar pasaba unos días regateando con su madre, la Reina Emérita y su querida tía Irene. Era habitual ver a madre e hija en el naútico conjuntadas de blanco. Tampoco era extraño que madre e hija se desplazasen al final del verano a Sotogrande, donde Jaime de Marichalar tiene grandes amigos, que le dan cobijo en sus mansiones para pasar un verano discreto y chic, que es lo que le gusta al ex duque de Lugo. Además, la familia Marichalar siempre ha tenido casa en esta selecta urbanización, a orillas del Guadiario, que pertenece a San Roque, Cádiz. No era extraño que en este enclave coincidieran incluso con el Rey Emérito, que solía poner el broche final al Torneo Internacional de Polo, del Santa María Polo Club. Al final de la entrega de la Copa de Oro de este torneo, Vic acudía a abrazarse con sus amigas y luego era habitual verla por los mercadillos del evento con su pandilla, intentando pasar desapercibida, algo imposible, tanto por porte como por altura. Pero los años pasan y el pulso estival de Victoria iba más allá de unos discretos conciertos en el «after polo», que por algo la zona tiene el apelativo cariñoso de «Tostóngrande». A Victoria Federica, ya convertida en novia de Jorge Bárcenas el DJ del momento, le tira más la bulliciosa Marbella, sus fiestas privadas y su gala Starlite Catalana Occidente, de la que es devota. Pero ha dado un paso más. Yo no solo los paparazzis la captan bailando en un palco VIP. Vic, como buena «groupi», tira de su agenda de contactos para codearse con las estrellas del momento. Y no quiere que esos momentos mágicos queden en en su círculo privado, algo que siempre ha sido santo y seña de la casa. Ya que su madre y su tía, también vivieron su juventud muy ligadas a la llamada «Movida Madrileña», pero hay más testimonios que archivo gráfico. A Victoria Federica no le pesa ni el apellido Borbón ni el Marichalar. Es una chica del momento. No tiene reparos en salir bailando con Omar Montes. Y lo repite varias veces en distintos formatos online. Aunque tiene su cuenta de Instagram en privado, no tuvo reparos a que el que fue novio de la hija de Isabel Pantoja subiera un vídeo de ellos bailando en Tik-Tok. El de Pan Bendito bailaba animadamente con la sobrina real, que posiblemente desconozca la ubicación del barrio natal de su ídolo musical. Como dicen en su círculo: «No hace daño a nadie».
Sea como fuere, Victoria Federica se ha convertido en la Borbón más pop, que no en la más amante de noche de su saga. Lo hace con naturalidad, sin estar en el ojo del huracán como su hermano. Eso sí, no escapa al cariñoso dedo censor de su padre, menos permisivo que su madre y que siempre busca que su hija cultive el gusto por la élite y la alta costura, llevándola a los desfiles de alta costura de París y Milán. Pero Victoria Federica, de 20 años de edad, aprende rápido. Sabe estar en un «front row» vestida de Chanel, pero también darlo todo desde la grada de un concierto de su novio sin perder los papeles. De momento.