La Infanta Elena ya está en Bidart, la localidad francesa situada en el cantón de San Juan de Luz, a pocos kilómetros de Irún, que se ha convertido en el refugio estival de los Urdangarin Borbón. La estampa fotográfica que difundieron varios diarios locales vascos era la de cualquier familia en la playa. Las dos hermanas de Felipe VI, las Infantas Elena y Cristina, de confidencias y el cuñado, Iñaki Urdangarin, pendiente de sus hijos menores, Irene, Pablo y Miguel. Sin lujos, sin excesos.

Agua, arena y surf. La relación de ambas hermanas no ha sufrido fisuras en esta complicada década. Son amigas y confidentes. Y más aún este año marcado por la ausencia del Rey Emérito. Precisamente, la Infanta Elena ha pasado unos días con Don Juan Carlos en tierras árabes. El Emérito sigue soñando con volver a España y no descarta fijar su residencia en Sanxenxo, su refugio gallego. Ella, que siempre ha sido la que más unida ha estado al padre de Felipe VI, compañera inseparable de monterías y tardes de toros, es una de sus grandes confidentes. Decía el difunto marqués de Griñón a la que escribe que la hermana mayor de Felipe de VI era una secundaria de lujo para la Corona.

«Ella es Borbón cien por cien. Tiene sentido de la Historia y sabe cuál es su deber. De haber sido Reina de España, hubiera desempeñado su papel magníficamente», afirmaba Carlos Falcó. El pasado junio sorprendió a todos cuando regresó a la representación de la Institución por encargo del Rey Felipe. Lo hacía después de dos años de ausencia y sin percibir por ello retribución alguna. ¿Volveremos a ver a la Infanta en algún otro acto de la agenda oficial o seguiremos viendo su rumbo a través de los ojos de los paparazzis? Tal vez a final de mes acuda, como otros años, a Sotogrande. Son muchas las ediciones en las que ella y el Rey Emérito han acudido a la entrega de la copa de oro del torneo de polo.Y más aún este año, que se celebra el 50 Torneo Internacional de Polo by La Reserva Club Sotogrande.