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Berasategui: «Doña Letizia es cariñosa, maja y muy rápida»
La reina reveló al chef vasco que Leonor y Sofía también hacen sus pinitos en la cocina.
La reina reveló al chef vasco que Leonor y Sofía también hacen sus pinitos en la cocina.
Cada vez que llega a Palma Martín Berasategui tiene que comprar algo de ropa: «Me da suerte y la compro porque no soy un gorrón, para mí algo innegociable es visitar el mercado». Antes de pisar la plaza de abastos, el chef se topó de bruces con la Reina en las instalaciones del Real Club Náutico. Ella misma hizo de introductora con las pequeñas Leonor y Sofía, que al parecer se desenvuelven con soltura en la cocina, y les hizo tomar nota de la personalidad que es Berasategui. «Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron súper majos y los jóvenes también. Letizia es súper cariñosa conmigo, y muy rápida. Han puesto en valor a los cocineros españoles por todo el mundo. Les conozco a todos desde hace muchos años y siempre nos hemos tratado con mucha frescura».
–Díganos algo que no come bajo ningún concepto.
–Como soy un buscador permanente de novedades como de todo. No estoy de acuerdo con los que critican las hamburguesas bien hechas. Después de lo que veo que compra la gente que, con la boca grande te dicen cuánto quiero a mi hijo y luego, lo que le compran... A los niños en las escuelas tenían que enseñarles alimentación, nutrición y dietética porque dentro de nada habrá 70 millones de obesos.
–¿Se educa con cuchara pero deriva en la vanguardia?
–Mis orígenes son una casa popular de comidas. Un bodegón al lado del mercado de la Brecha de San Sebastián; allí se hacían cuchara y asados y yo sigo haciéndolos. Al final, mi vida es el viaje de un chiflado de cocinero en una profesión que es ser transportista de felicidad. La cuchara siempre la he tenido y también las ganas de proporcionar a los que vienen a comer a casa un viaje inolvidable que toque el tilín del corazón y el tilín del paladar. Yo soy hijo del trabajo.
–¿Usted no recuerda otra cosa más que trabajo?
–Eso desde siempre. Mi casa no ha sido como la de mi hija, ha sido una casa popular de comidas donde nací y crecí. Y fui yo quien pidió dejar de hacer un montón de cosas para ser un buen aprendiz de cocina. 44 años más tarde, sigo siendo aprendiz.
–¿Sabe lo que es tumbarse a la bartola?
–No quiero saber lo que es eso porque el día que me lleven a «Villa Quieta» me han dicho que estaré mucho tiempo a la bartola. Ahora hay que disfrutar de la vida y si estás tumbado a la bartola no se puede.
–¿Qué significa su «garrote»?
–Cuando mi padre murió, dejó a una tigresa y a una leona, mi madre y mi tía, entonces les dije: «No preocuparse, que yo tengo garrote».
–¿«Master Chef» suma?
–Estoy a favor de todo lo que le guste a la gente. Cuando era niño no llamaba la atención la cocina y hemos puesto en valor una profesión que es bastante creativa y dura. Detrás de lo que veis no podéis imaginar la ambición y el esfuerzo que ha habido. Nosotros nos pellizcamos porque no nos lo creemos.
–¿Y el Princesa de Asturias, pa’ cuando?
–(Ríe) Yo estoy súper orgulloso de ser el cocinero que más estrellas Michelin, 10, tiene en su país. La gente que recibe el Premio Princesa de Asturias es increíble, son estratosféricos, como de otro planeta. Para mí el estar allí viéndolo ya es un premio tremendo.