–«El feliciólogo». ¿Dónde le dieron el título?

–Me lo concedí yo mismo. El que crea la ciencia, se da título y cargo.

–¿Cómo se hace uno feliciólogo?

–Con mucho cariño, dedicación y buenas intenciones.

–Eso lo podría decir un político...

–Sí, pero con la boca pequeña y el culo ancho de tanto sillón.

–No sé qué le hace feliz...

–Ver a los demás felices y que los planes salgan bien.

–¿Se puede ser feliz después de ver un telediario?

–No veo los telediarios y por eso, entre otras cosas, soy feliz.

–¿Y después de ver el Debate sobre el Estado de la Nación?

–Sólo si eres de un partido: siempre creerás que el tuyo ha ganado.

–¿Cómo se puede ser feliz en el paro?

–Siguiendo este consejo: «No busques trabajo, invéntatelo».

–Usted parece especialista en eso: es actor, profesor, escritor, humorista...

–Soy un buscavidas, o sea, eso que ahora llaman emprendedor.

–¿Se puede ser feliz comiendo con tu suegra y tus cuñadas?

–Usted me lleva al límite. Hay que alegar diarrea y largarse del restaurante.

–Dicen que la búsqueda de la felicidad nos lleva a la infelicidad...

–La felicidad no está fuera, sino dentro. Además, para cada uno es una cosa distinta: para el perro, mostrarle la correa; para el gato, que le rasques la tripa, y para la mosca, una mierda.

–¿Y para un hombre?

–Reírse de todo, pero sin crueldad y nunca a costa de otro.

–No es fácil reírse de todo y que nadie se sienta ofendido...

–Es verdad. Si no se ofende alguien es que algo estamos haciendo mal.

–Ha escrito un libro: «Rieloterapia, la ITV del alma»...

–Hace 10 años pasé mi alma por la ITV. Tenía que bajar el ego, subir los niveles de autoestima y llenar el depósito de paciencia.

–Imparte cursos de «stand up comedy» para actores y nuevos cómicos. ¿Los políticos tendrían éxito como monologuistas?

–No sé. Mienten bien, pero necesitan que alguien les escriba los gags.

–No crea. Ahí está Wert diciendo: «Esto es una jungla y yo sin machete».