Los sospechosos movimientos de Isabel Preysler cuando todo el mundo pensaba que seguía con Vargas Llosa

Tras casi ocho años de relación sentimental, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosahan puesto fin a su romance. Entre los motivos habrían estado los celos de él y las discusiones que ambos protagonizaban en los últimos tiempos. Así lo ha anunciado en exclusiva la revista ‘¡HOLA!’ este mismo miércoles.

Un distanciamiento que -ahora que ya se ha confirmado que no están juntos- se viene dando desde hace días, pero del que nadie se había dado cuenta. Fue en la boda de Cristina Reyes y Jorge Puras donde vimos a Isabel llegando al convite con sus hijas, Ana Boyer y Tamara Falcó, y su yerno, Fernando Verdasco, pero sin la compañía de su inseparable pareja.

Además, ese mismo días, la socialité acudía por la noche al cumpleaños de Alberto Alcocer y aunque se llevaba a cabo en una finca privada, sí que la veíamos llegando sin Mario. Unos movimientos que han pasado completamente desapercibidos, pero que ahora cobran sentido con esta triste noticia que se publica hoy 28 de diciembre.

Parece que el amor entre ambos se ha desgastado de tal manera que los dos han optado por tomar la mejor de las decisiones: tomar caminos por separado para seguir manteniendo un buen recuerdo de estos casi ocho años de amor insaciable.

Sin duda, lo que más ha llamado la atención de esta noticia son los motivos que les han llevado a separarse para siempre. Y es que al parecer las discusiones en los últimos tiempos han sido muy notables y esto ha llevado a un desgaste sentimental que ha provocado que el premio Nóbel de literatura se fuera a vivir a un piso y dejara la vivienda de la Preysler.

Una crisis sentimental de la que ya se habló hace unos meses, pero de la que guardaron silencio. Puede que desde entonces lleven arrastrando una situación complicada entre ambos y tras intentar, de todas las maneras, salvar este amor, han decidido romper para siempre. Mario e Isabel formaban una de las parejas más demandadas en el papel couché, un tándem perfecto que se ha ido desvaneciendo en los últimos meses.