Cargando...

Casa Real

Ensaimada de almendra, cine y conciertos, los imprescindibles de Doña Letizia en Mallorca

De princesa a reina, los gustos, las amistades y hasta los estilismos han cambiado en los 17 años que veranea en la isla balear

Los mejores looks de Letizia en Mallorca GCHGTRES

La primera vez que pisó Mallorca tenía 32 años. Faltaban apenas unos días para que diera el sí quiero al por aquel entonces Príncipe de Asturias y escogió, para su debut en la tradicional Misa de Pascua en la Catedral de Palma, un conjunto de Felipe Varela compuesto por falda de gasa con print floral y chaqueta de sastre con cuello mao. Tras aquella aparición pública en la isla, vinieron muchísimas más: 17 veranos en los queDoña Letizia ha afinado gustos, estilismos y ha estrechado amistades. Y eso que no arrancó con buen pie.

De la célebre frase «¿tú crees que esto son vacaciones privadas?» que dijo en una conversación informal a periodistas durante las regatas y que supuso casi una ruptura total con los mallorquines, a ese encuentro con la prensa en Marivent ya convertida en Reina y donde habló del «paraíso en la tierra» que es la isla, se ha producido una reconciliación cuyos cimientos se basan en hacer de la obligación, placer y haber sabido sacar ventaja de la experiencia y de la reestructuración de la Casa tras los escándalos que han afectado al Rey emérito.

Don Felipe y Doña Letizia, en su primera aparición juntos en Mallorcalarazon

Es bien conocido que navegar no está entre las aficiones de la Reina, por mucho que en sus primeros estíos en Mallorca disfrutara de las aguas de Cabrera a bordo del hoy desahuciado Fortuna o siguiera desde la Somni el buen hacer de Felipe en las regatas. Sus visitas a las instalaciones del Real Club Náutico de Palma son anecdóticas, aunque como Princesa de Asturias y bajo la batuta de Doña Sofía, se dejaba ver algo más. Tal y como se cotilleaba en los coros que se formaban en el pantalán tras la competición, para Doña Letizia, los amigos navegantes de su marido era «unos pijos» y no se sentía cómoda; de hecho, ni la Princesa Leonor ni la Infanta Sofía han seguido la tradición familiar de aprender el deporte de la vela en Calanova, como si han hecho todos sus primos. Pero aunque el ambiente náutico no está entre sus preferencias, sí que se ha permitido algunas concesiones, como aceptar las invitaciones de los hermanos Javier y Nicolás Pomar, organizadores de la desaparecida regata Breitling en Puerto Portals. Tras la clausura oficial de la competición, los Reyes Juan Carlos y Sofía y los Príncipes Felipe y Letizia no faltaban a la cena privada que ofrecían los mencionados Pomar en la finca señorial de Sa Font Seca y que incluía platos de Pere Crespí «Pixedis» un cocinero muy famoso de Sa Pobla y que en su día contó que las sopas y el frito mallorquín, platos tradicionales de Mallorca, estaban entre las preferencias culinarias de Letizia.

No es el único capricho gastronómico de la Reina, a pesar de su estricta dieta. Aunque la esposa de Felipe VI es abanderada de la cocina mediterránea, consume poca carne, azúcares y si puede evita el alcohol, tiene una debilidad cada vez que visita la isla y es la ensaimada de almendra; es el pequeño placer culinario que no falta nunca durante sus vacaciones en Marivent, como tampoco los pescados de la lonja. Entre sus restaurantes preferidos, una vez que el Flanigan de Portals quedó atrás al estar estrechamente ligado al anterior Jefe de Estado, el Ola de Mar, en Portals, y degustaciones privadas de chefs como Santi Taura o Andreu Genestra, últimos responsables de servir el menú en la recepción que ofrecen los reyes en el Palacio de la Almudaina a una representación de la sociedad civil, religiosa e institucional de las Baleares. Por cierto, es habitual que, al término de este evento oficial, Doña Letizia acabe la jornada junto a algunos de sus amigos más fieles en la isla o en el ya desaparecido bar Atlántico o en la terraza de Es Baluard; allí se la ha visto en ocasiones con Pilar, la mujer del cantante Jaume Anglada, compañero de navegación de Felipe VI y con el que comparte su afición por la música.

La Reina Letizia, y la Reina Sofía, junto a la princesa Leonor y la infanta Sofia pasean por la calle San Miguel en Palma de Mallorca. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Sesión de cine o ballet

Diez días de vacaciones en la isla dan para mucho. Antes de que la pandemia de la Covid-19 cambiara el guion, Felipe y Letizia solían hacer escapadas en solitario; si el Rey quedaba con sus amigos en el Bar Nitos, un asador de pollos en la avenida de Joan Miró, en Palma, la Reina prefería ir al cine o a una sesión de El baile de los Cisnes en el Auditòrium de Palma con sus hijas, a veces en compañía de la Reina emérita, a veces sola. En familia han compartido velada de concierto en Port Adriano con la presencia del violinista Ara Malikian o visita al Palma Aquarium o escapadas con carácter más artesanal. Se pudo fotografiar a Doña Letizia y sus hijas en el mercado de Pollença y también se sabe que visitó el de Sinéu, uno de los mercados con más historia de la isla, aunque no hay instantánea de ese momento.

Esa reconciliación con la isla ha llegado también a su joyero, con piezas de la mallorquina Mar Aldeguer, de la familia propietaria de Gordiola, fábrica de vidrio artesanal en la que también se pudo fotografiar a Letizia.