Polémica
La truculenta vida personal de Emmanuel Carrère, Premio Princesa de Asturias de las Letras
Su obra más reciente, “Yoga” encierra una polémica historia de “fantasías sexuales y revelaciones indeseables” con su ex mujer
El escritor y guionista francés Emmanuel Carrère (París, 1957) ha obtenido este miércoles el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021, al que optaban treinta y tres candidaturas de veinte nacionalidades, por una obra “personalísima y generadora de un nuevo espacio de expresión que borra las fronteras entre la realidad y la ficción”.
Nieto de inmigrantes rusos, su carrera comenzó como crítico de cine para las revistas Positif y Télérama y, aunque la literatura empezara a ganar peso con los años, se mantuvo vinculado al séptimo arte con diversos trabajos como guionista en la década de los noventa.
Su inclinación por el cine se materializó con documentales como “Regreso a Kotelnik”, su debut detrás de la cámara que le hizo seguir la huella de sus raíces rusas, también presentes en “Limonov” (2011), una novela sobre la peripecia vital del poeta y disidente ruso Eduard Limónov que reflexiona sobre la condición humana y ofrece un retrato del comunismo y el poscomunismo.
En su obra más reciente, “Yoga”, aborda la práctica de la autobiografía y la depresión del propio autor, que tuvo que retirar algunos pasajes por las obligaciones legales a las que se comprometió con su exmujer, la periodista Hélène Devynck, de la que se divorció en marzo de 2020 tras acusarlo de haber añadido elementos de ficción para transformar la prohibición legal de hablar sobre ella “en autoglorificación”. Y es que su mujer fue musa e inspiración de muchas de sus obras por lo que, tras su separación, ambos decidieron firmar un acuerdo por el cual el escritor se comprometía a no volver a citar a su ex, de ninguna manera, en sus novelas.
Un “contrato” que, según asegura Devynck en una carta publicada en Vanity Fair, ha violado en “Yoga”. Al parecer, el editor y su ex prometieron que serían suprimidos todos los párrafos y referencias directas a ella, para respetar el acuerdo firmado por la pareja, insistiendo en este punto: “¿Tengo derecho a la separación de mi ex, pero debo soportar, hasta la muerte las fantasías de mi ex marido? Mi personaje está expuesto en una fantasía sexual acompañada de revelaciones indeseables sobre mi vida privada”.
Hélène Devynck podría referirse a las fantasías sexuales que plasma el autor en su libro. Unas intimidades por las que se siente “violada” y “profanada”.
Además, su ex mujer insiste en la falsedad de su autobiografía: “La sinceridad prometida al lector es una falsedad, arreglada para servir y dorar la imagen del autor, insensible y extraño al sufrimiento de quienes estábamos a su lado en sus momentos difíciles. Los periódicos se han creído la historia del hombre honrado y sufriente, aspirando a ser el mejor ser humano. El autor es muy libre de contar su historia como a él le conviene. Pero, a título personal, no deseo estar asociada al montaje de ese espectáculoa mayor gloria del autor, que me engañó y ha hecho trampas groseras para seguir utilizándome, publicado fantasías sexuales, haciendo revelaciones indeseables, violando, de palabra y de hecho, el contrato que ambos habíamos negociado”.