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Ellos se felicitan, aplauden, jalean y ríen: vamos bien

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros EUROPA PRESS/E. Parra. POOL

Debemos algo así como 1.346 billones, con b, pero como al parecer el desvío del déficit en 2020 fue algo menor al previsto, la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, no pudo contenerse en su positividad exultante y soltó la frase del día: «Tenemos que felicitarnos». Felicitémonos, sí, que haya fiesta (legal o ilegal), algarabía, frenesí y despiporre. Pongamos la frase en camisetas para que las reparta Gabilondo en su campaña electoral mientras culpan a Díaz Ayuso de que Marcelo se haya paseado por las playas de Valencia sin mascarilla. Tenemos un agujero histórico en las cuentas que, según algunos economistas y analistas de la cosa, tardaremos décadas en pagar, si es que se acaba pagando. Un gran agujero negro en el centro de nuestra galaxia económica que lo absorbe todo. Algunos hablan de ruina hasta el final de los días. Pero ya que estamos al borde del abismo, celebremos con la copa y el cigarrillo que se suele conceder a los que van a ejecutar. Tiene dicho Woody Allen que «la única manera de ser feliz es que te guste sufrir», pero ya sabemos que él es infeliz si no tiene un hospital a un paso. El Gobierno que tanto se felicita, cree que a este pueblo, al que acuden todas las catástrofes como las moscas a la mierda, le va la marcha, y algo de eso debe de haber porque Él, el Sánchez tan felicitado, sigue el primero en la intención de voto de los ciudadanos. Y ahora, ante su viaje a Ghana y Angola, se postula como puente entre la UE y África. ¡Ele mi niño! Tan sobrado está que ya se ve, también, como el nuevo líder europeo cara a África, cara al sol, una fusión entre Obama y Mandela para animar la inversión española en el continente negro, regular los flujos migratorios e impulsar las políticas de igualdad de género. Ya ha dicho que «ésta será la década de España en África». Bueno, ya que mira con tanto brío hacia allá, quizá convendría que analizara cómo algunos países africanos, incluido nuestro vecino Marruecos, vacunan con mayor rapidez que aquí. Y no creo que sea porque lo estén haciendo a ritmo de tam-tam.Ya callo. Si quieres ser feliz como dices, no analices, presi, no analices.