La columna de Carla de la Lá
Las uvas de Pedroche, ¿Ingenuidad, autoengaño, descaro o cinismo?
Josie dice en su cuenta de IG que por un momento nos hacen olvidar nuestras vidas, nuestros problemas; y es verdad.
El buen gusto consiste sobre todo en la conveniencia de la ocasión, es decir, en la oportunidad o el adecuamiento; por ejemplo, los Pedrochetrajes serían de un gusto exquisito como salto de cama, o bata de suite, para beber champagne de luna de miel....
A mí que no tengo tolerancia al aburrimiento, Pedroche, siempre dulce, simpática y controvertida, me hace mucha gracia con su performance entre la ópera bufa y la Cristal de “¿Qué hecho yo para merecer esto?”. El buen gusto consiste sobre todo en la conveniencia de la ocasión, es decir, en la oportunidad o el adecuamiento; por ejemplo, los Pedrochetrajes serían de un gusto exquisito como salto de cama, o bata de suite, para beber champagne de luna de miel.... No obstante, un exceso de gusto, elegancia, pertinencia y propiedad pueden resultar soporíferos y nada aburrido merece ser llamado hermoso, bello ni conmovedor; anoten esto, Palomascuevas de la vida.
El affaire Pedroche me recuerda tiernamente a cuando mi madre de niña decidió llevar al colegio, bajo el uniforme y para presumir, un hermosísimo traje de baño que le habían regalado. Cuando llegó la hora del recreo, se despojó del babi, el pichi y las medias y se quedó en traje de baño, frente a todos sus compañeros, por pura coquetería; la directora le impuso como castigo asistir una semana completa de esa guisa, queridos míos.
Me mata de risa, cuando cuenta la historieta repitiendo lo asequible que es para los feos la virtud y el decoro, y, del mismo modo, me encanta, cada nochevieja, descubrir con una mezcla exquisita de espanto y regocijo el traje perpetrado para Cristina Pedroche por su estilista José Fernandez Pacheco (Josie).
En casa, buscamos el canal ansiosos y ahí estaba la Pedrochada anual_ ya de culto_ esplendorosamente inconveniente, tan incorrecta como siempre si cabe algo más inoportuna por extemporánea. En una noche gélida de invierno madrileño la presentadora se nos muestra en un bikini de flores a lo desfile de Victoria Secrets o la famosa Laetitia Casta de YSL, pero tan mal resueltos que el conjunto derivaba en madrina de carnaval de pueblo, Barbie Primavera o Mamachicho. (Moraleja: la única forma digna de imitación es la superación del original).
En casa niños y adultos, hombres y mujeres gritaban ¡qué feo! ¡es horrible! Pero todos reíamos maravillados dispuestos a disfrutar el show hasta el final. Josie (autor intelectual del espectáculo) dice en su cuenta de IG que por un momento nos hacen olvidar nuestras vidas, nuestros problemas; y es verdad.
En otro orden de cosas, hablemos de moda; el saber vestir es, además de la magia de jugar con acierto la regularidad de las asimetrías, adaptarse inteligentemente y con verdad a las circunstancias. La moda es una declaración de intenciones y en el bikini de nochevieja falla, entre otras cosas, el discurso por deshonesto, falso y epidérmico.
Si aceptaran, si reconocieran, Pedroche y Josie, que su puesta en escena es un divertimento para polemizar y triunfar en la parrilla televisiva irritando y escandalizando al españolito medio y la feminista feota, echando mano del estereotipo femenino más grosero a su alcance... Si su discurso estético fuera la provocación bienintencionada, la transgresión amable recreando (caricaturizando) de paso, iconos de la historia de la moda... yo los adoraría mucho más, pero mienten o se mienten.
Uno de los ingredientes para que una obra de arte lo sea (Josie sabe que la moda también es Arte) es la autenticidad, la intensidad, pero según Pedroche lo del bikini procede porque es ecologista (menos mal que nadie le acercó una cerilla) y que las sandalias eran de vidrio reciclado y que llega para concienciarnos sobre el cambio climático (Ay, amacho). Ah... Y, sujeto con alfileres, que el bikini también va por el asesinato de Laura Luelmo (DEP) y el derecho de las mujeres a correr tranquilas por donde quieran, sin miedo (y en ¿bikini?).
Según Josie, lo del bikini es respetuoso homenaje al mítico diseñador de origen argelino, alta costura, elevación... (favor de no juntar las palabras Pedroche y elevación en el mismo texto).
Reflexionemos señores: Un buen look debe ser armonioso, equilibrado, fino, pero sin dejar de señalar con jeta todo lo que se nos ha impuesto desde la necedad, amigos. Y que proyecte humor, hedonismo, bondad, indulgencia, sensualidad y al mismo tiempo referencias, escepticismo... Un buen look siempre será criticable, polémico, con un mensaje encriptado que divierta tanto al emisor como a los receptores... una apuesta, un pulso de seda a todas las grietas de lo establecido arbitrariamente_la belleza siempre tiene algo de psicopático, ¿no?.
En la medida en la que la puesta en escena se distancie de estos valores, para mí se acerca a la tibieza, a la simpleza intelectual y por supuesto, moral. Y algo más grave: volvemos al aburrimiento. ¿Sean sinceros, les gustaron las uvas de Lara Álvarez e Igartiburu?
Coherente, hipócrita, comprometida o desvergonzada, el año que viene más Pedroche.
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