Violencia de género
La violencia en el embarazo aumenta la depresión postparto así como el parto prematuro
Según el estudio “Violencia de pareja durante el embarazo en mujeres que dan a luz en hospitales públicos de Andalucía”
La violencia el embarazo supone un riesgo para la salud tanto de la gestante como del feto. Si entre las mujeres que no padecen violencia la amenaza de parto pretérmino o prematuro oscila entre un 6 y un 7%, entre las que son víctimas de violencia el riesgo se dispara al 13-15%. Entre las mujeres que sufren violencia psicológica (no física) hay 2,1 veces más probabilidad de tener una amenaza de parto pretérmino. Esa probabilidad se dispara 4,7 veces más entre las que no tienen apoyo en su entorno.
La violencia el embarazo supone un riesgo para la salud tanto de la gestante como del feto. Si entre las mujeres que no padecen violencia la amenaza de parto pretérmino o prematuro oscila entre un 6 y un 7%, entre las que son víctimas de violencia el riesgo se dispara al 13-15%. Entre las mujeres que sufren violencia psicológica (no física) hay 2,1 veces más probabilidad de tener una amenaza de parto pretérmino. Esa probabilidad se dispara 4,7 veces más entre las que no tienen apoyo en su entorno.
Tal y como se recoge en la web del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, el estudio “Violencia de pareja durante el embarazo en mujeres que dan a luz en hospitales públicos de Andalucía”, realizado con más de 700 mujeres en estado y que sirvió para ser plasmado en la tesis doctoral de la matrona María Casilda Velasco Juez, “el 21% de las mujeres padeció violencia emocional y el 3,5% violencia física o sexual Entre las agredidas físicamente, el 36,1% reportó que la violencia acontecía “muy a menudo” o “diariamente” y el 20,3% padeció daños como hematomas, quemaduras o huesos fracturados”.
La violencia el embarazo –sostiene dicho estudio- supone un riesgo para la salud tanto de la gestante como del feto. Si entre las mujeres que no padecen violencia la amenaza de parto pretérmino o prematuro oscila entre un 6 y un 7%, entre las que son víctimas de violencia el riesgo se dispara al 13-15%. Entre las mujeres que sufren violencia psicológica (no física) hay 2,1 veces más probabilidad de tener una amenaza de parto pretérmino. Esa probabilidad se dispara 4,7 veces más entre las que no tienen apoyo en su entorno.
La violencia psicológica se traduce en un incremento en estas mujeres en padecer dolencias como la anemia e infecciones. Concretamente, tal y como revela el estudio, en las infecciones vaginales tienen un 2,4% más de probabilidad. El estudio revela que las mujeres que sufren violencia acuden más a urgencias e ingresan más durante el embarazo.Entre las que padecen violencia física, la probabilidad de ser ingresadas aumenta en 3,4 veces más (porcentaje que sube hasta 4 en los tramos de edad de 20 a 24 años).
Violencia en el embarazo y depresión posparto
Otro estudio realizado en la Facultad de Medicina de Lima halló que la violencia de la pareja durante el embarazo, tanto la física como la psicológica, está asociada a un mayor riesgo de depresión posparto. Estos datos fueron corroborados por otro estudio realizado en una clínica de Arica, Chile, cuyo objetivo era averiguar la relación entre violencia de pareja y depresión posparto. Un 64% de las mujeres reportaron sufrir algún tipo de violencia. De ellas, el 44% informó haberla sufrido durante el embarazo. Esas mismas mujeres tuvieron más síntomas asociados a la depresión, como ansiedad/inseguridad, labilidad emocional y confusión mental, en comparación con las mujeres que no habían experimentado violencia.
El problema de la violencia psicológica es que resulta mucho más invisible a los ojos, incluso a los de la mujer que la padece, siendo muy frecuente que ella justifique los insultos, el acoso o la verbalización de ataques a su persona menoscabándola y sumiéndola poco a poco en una depresión que, si no es tratada, podrá traducirse en una depresión postparto.
La salud mental perinatal juega una papel muy importante en esto y por ello todas las mujeres que sientan que están sufriendo dicha violencia deberían acudir en primera instancia a su médico de cabecera para que valore, en la medida de lo posible, la situación.
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