Crianza

Cómo influye la infancia de los padres en la crianza de los hijos

La historia personal de cada progenitor, sus experiencias durante su niñez y las dinámicas familiares en las que crecieron tienen un impacto significativo en su estilo de crianza

¿Alguien está pensando en las consecuencias a largo plazo que puede tener las medidas que se tomen hoy? En la crianza y la educación de los niños tenemos un serio problema y es que somos cortoplacistas.
¿Alguien está pensando en las consecuencias a largo plazo que puede tener las medidas que se tomen hoy? En la crianza y la educación de los niños tenemos un serio problema y es que somos cortoplacistas.UNSPLASH

La crianza de los hijos es un proceso complejo que involucra muchos factores, desde las características personales de los padres hasta las influencias sociales y culturales. Sin embargo, un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto es la influencia de la infancia de los propios padres en la manera en que crían a sus hijos. La historia personal de cada progenitor, sus experiencias durante su niñez y las dinámicas familiares en las que crecieron tienen un impacto significativo en su estilo de crianza. En este artículo exploraremos cómo la infancia de los padres influye en la crianza de los hijos, basándonos en estudios y declaraciones de expertos.

La influencia de los modelos de crianza en la infancia

Desde el nacimiento, los niños se encuentran en una constante fase de aprendizaje. Los padres, como los primeros modelos de comportamiento, son la principal fuente de información sobre cómo interactuar con el mundo. La infancia de los padres, sus experiencias y cómo fueron criados, juega un papel esencial en la manera en que transmitirán estos conocimientos a sus hijos.

Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de España, los estilos de crianza pueden ser fuertemente influenciados por las experiencias previas de los padres. Si un padre o madre ha crecido en un hogar donde predominaron el cariño, la atención y la comunicación, es probable que reproduzca estos comportamientos en su propia familia. Sin embargo, si han experimentado violencia, negligencia o un entorno emocionalmente frío, estos patrones pueden ser difíciles de romper.

La psicóloga Infantil Laura Díaz, dice para la Fundación Crecer Jugando: "Los padres tienden a replicar, consciente o inconscientemente, los estilos de crianza con los que fueron educados, lo que puede dar lugar a una transmisión de modelos disfuncionales si no se hace un trabajo consciente para cambiar esos patrones"

Impacto emocional de la infancia de los padres en la crianza

Las experiencias emocionales durante la infancia, tanto positivas como negativas, influyen profundamente en la capacidad de los padres para gestionar las emociones de sus hijos. Un artículo de la Universidad de Barcelona explica que los padres que han experimentado trauma o negligencia en su niñez pueden tener dificultades para establecer vínculos emocionales seguros con sus propios hijos, lo que puede afectar el desarrollo emocional y social de estos.

El apego seguro, un concepto central en la teoría del desarrollo infantil, es crucial para un crecimiento saludable. Si un padre o madre ha experimentado falta de afecto o un apego inseguro durante su niñez, podría transmitir una incapacidad para formar vínculos emocionales sólidos con sus hijos. Según la Asociación Española de Psicología y Desarrollo Infantil, la psicóloga María Pérez, “el tipo de apego que los padres desarrollan en su propia infancia se refleja en la relación que establecen con sus hijos. Un apego seguro fomenta la confianza y la seguridad emocional en los niños”.

El rol de los traumas no resueltos en la crianza

Cuando los padres no han tenido la oportunidad de sanar las heridas emocionales de su infancia, pueden manifestar patrones disfuncionales en su crianza. Por ejemplo, pueden ser más propensos a mostrar reacciones exageradas o incluso agresivas ante el comportamiento de sus hijos.

Un estudio realizado por La Fundación ANAR (2023) resalta que los padres con traumas infantiles no resueltos suelen tener mayor tendencia a emplear disciplina punitiva o a reaccionar de forma impulsiva ante situaciones estresantes. Estas prácticas pueden generar un entorno poco seguro para el niño, afectando su bienestar y desarrollo emocional.

La Psicóloga Patricia Fernández: “El trauma infantil no resuelto puede generar patrones de comportamiento que, en lugar de promover la resolución pacífica de conflictos, fomentan la repetición de conductas dañinas, lo que puede afectar a la relación familiar y al desarrollo emocional de los hijos”.

La capacitación de los padres y el cambio de patrones

Aunque la infancia de los padres influye en su forma de criar, es importante destacar que este impacto no es determinante ni inmutable. Con conciencia y formación, los padres pueden modificar los patrones adquiridos durante su niñez. La intervención en la crianza de los hijos a través de talleres y terapias familiares es una estrategia que permite a los progenitores mejorar sus habilidades y afrontar los desafíos emocionales de manera más efectiva.

La Sociedad Española de Pediatría recomienda que los padres, especialmente aquellos que han tenido experiencias adversas en su infancia, busquen apoyo profesional si sienten que los patrones de su crianza están siendo negativos. “Existen múltiples recursos para ayudar a los padres a gestionar las emociones y afrontar las dificultades familiares, lo que favorece un entorno saludable para el desarrollo de los niños”

La conciencia generacional y el cambio positivo

Cada vez más, se reconoce que los padres tienen la capacidad de romper ciclos generacionales negativos mediante la toma de conciencia y la búsqueda de apoyo. Invertir en la salud emocional de los padres no solo mejora su bienestar, sino que también puede beneficiar a las futuras generaciones. Las familias que rompen patrones disfuncionales tienen más probabilidades de crear ambientes saludables para sus hijos.

La Fundación Alicia Koplowitz asegura que: “Fomentar la salud emocional de los padres es una estrategia preventiva clave para asegurar un entorno familiar estable y positivo, lo que favorece un desarrollo emocional saludable en los hijos".

La infancia de los padres tiene una influencia profunda en su estilo de crianza. Las experiencias vividas, tanto las positivas como las negativas, modelan la forma en que los padres interactúan con sus hijos, cómo gestionan las emociones y cómo resuelven los conflictos familiares. Sin embargo, es importante recordar que los padres tienen la capacidad de cambiar estos patrones, buscar apoyo profesional y construir un entorno familiar más saludable para el bienestar de sus hijos.

La conciencia y el compromiso de los padres para superar las influencias de su propia infancia pueden generar cambios positivos que favorezcan un desarrollo emocional, social y físico óptimo para las nuevas generaciones.