Caso Nóos
Torres admite que «elucubró» al decir que la Infanta conocía la actividad de Nóos
Y al tercer día, flaqueó. Tras más de 22 horas de interrogatorios repartidas en tres jornadas, Diego Torres dio ayer un paso atrás y cambió la versión que dio al juez José Castro en febrero de 2013 respecto a que la Infanta Cristina «estaba al tanto» de todo lo que sucedía en el Instituto Nóos, incluso de la supervisión de sus actividades por parte del asesor jurídico de Don Juan Carlos, José Manuel Romero. Advertido por la presidenta del tribunal y por la abogada de Manos Limpias de la contradicción en la que estaba incurriendo, el procesado claudicó. «No puedo saber a ciencia cierta lo que conoce otra persona», admitió, mientras Virginia López Negrete le reprochaba un posible pacto con su ex socio para imputar las supuestas irregularidades al ex contable de Nóos, el «arrepentido» Marco Antonio Tejeiro. «No voy a elucubrar lo que no sé a ciencia cierta. Lamento si lo hice en su momento», se excusó un confundido Torres, que se negó a contestar a más preguntas de las acusaciones.
El interrogatorio de Manos Limpias provocó las protestas del abogado de Doña Cristina y del fiscal Pedro Horrach, al entender que se centraba en cuestiones «que no guardan relación con el objeto de la imputación» a la Infanta. La presidenta de la Sala, sin embargo, rechazó esa pretensión y aprovechó el rifirrafe para asegurar de forma enérgica que el tribunal «va a blindar su independencia y actuará conforme le obliga la Constitución y las normas legales que le vinculan».
Antes, Torres negó que se incluyera a la Infanta Cristina en la junta directiva del Instituto Nóos como «gancho» para captar contratos –«no, de ninguna manera»- y que se asociara con Urdangarín por su lista de contactos o por ser miembro de la Casa Real. «Era más importante», añadió, su pertenencia al Comité Olímpico Español y su condición de «experto en deporte. Yo solo no podía efectuar labores de asesoramiento deportivo de patrocinio», añadió. Torres insistió también en que las facturas de los congresos que organizó el Instituto Nóos en Baleares en 2005 y 2006 son «verdaderas y reales» y «corresponden a servicios que se han prestado».