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Negociaciones

Reuniones de última hora, suspense y la pugna que lo ha retrasado todo

Sánchez se ha citado este domingo con Bolaños y Óscar López para cerrar y Díaz llamó el viernes a Belarra -sin éxito- para una nueva oferta tras el enfrentamiento por Nacho Álvarez

El presidente Sánchez ha reflexionado el nuevo ejecutivo en las últimas semanas en el que incluirá, como siempre, sorpresas. Ayer tarde mantuvo una reunión con Félix Bolaños –el encargado de confeccionar el decreto de la estructura del ejecutivo dónde se configuran los ministerios de la nueva etapa y las competencias de cada uno de ellos– y Óscar López, su jefe de Gabinete. Ambos van a continuar en el Ejecutivo pero desconocen dónde porque el presidente puede dar instrucciones para configurar una estructura pero sin poner nombre y apellidos en los diferentes ministerios.

Suspense, sorpresa –en alguno de los nombramientos en los que se puede incluir un independiente–, reflexión y secretismo son las únicas certezas del nuevo ejecutivo que según fuentes socialistas será más político para hacer frente a la ofensiva de la derecha. El despropósito de Yolanda Díaz en su enésimo enfrentamiento con Podemos, que ya es ruptura, ha retrasado la formación del nuevo Gobierno y, lo que es peor, abre un frente al nuevo ejecutivo por la izquierda más allá de las más que previsibles crisis que se pueden abrir con el independentismo vasco o catalán.

Esta situación ha sido aprovechada por el presidente para reflexionar sobre los nombres más apropiados y presentar el nuevo ejecutivo en el 48 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco, referencia de los asedios cotidianos en la sede de Ferraz. «La composición del Gobierno es el contraataque del presidente a la presión de la derecha y de la extrema derecha y que lo haga el 20-N es todo un mensaje», apuntan desde el Partido Socialista.

A las cuatro certezas antes reseñadas habría que sumar un gobierno más político que represente un contraataque. En este nuevo ejecutivo el núcleo duro se mantiene: María Jesús Montero, Félix Bolaños, Pilar Alegría, José Manuel Albares y Teresa Ribera. En las últimas horas parece confirmarse la continuidad de Nadia Calviño al frente de Economía hasta que sea elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones el próximo 15 de enero. En ese momento, el presidente abrirá una mini crisis y nombrará sustituto. Algunos señalan a David Vegara, secretario de estado de Economía con Pedro Solbes. Y también en las últimas horas, según ha podido saber LA RAZÓN, el núcleo duro de Moncloa se feminizará. Este núcleo duro capitaneado por Félix Bolaños y Óscar López cuenta también con Manuel de la Rocha, Diego Rubio, Francesc Vallés, Paco Salazar y Antonio Hernando. La intención del presidente no es solo que el Gobierno tenga más ministros que ministras sino que también sea palpable su presencia en Moncloa lo que plantea varios interrogantes como quién será el ministro de la Presidencia y el portavoz del Ejecutivo, y si quién saldrá del equipo actual.

En el universo socialista todo son incógnitas sobre las entradas y salidas que se añaden al alcance de la reducción del ejecutivo sobre la que trabaja el presidente que podría reducirlo en un mínimo de cuatro carteras, de 22 a 18. Entre los nombres que suenan para entrar en el nuevo ejecutivo Ximo Puig, Guillermo Fernández Vara, Óscar Puente, Eva Granados, se suman en las últimas horas Idoia Mendia, la exsecretaria general de los socialistas vascos, y la balear Aina Calvo que algunas fuentes la sitúan de ministra pero sin descartar que recale en el ejecutivo en una Secretaría de Estado. Nadie tampoco se atreve a apostar por la continuidad o no de José Luis Escrivá, Héctor Gómez o Luís Planas.

Todo este sudoku tiene que encajarse con el pacto al que llegué Pedro Sánchez con Yolanda Díaz que se ha complicado en las últimas horas. La estrategia de Sumar de filtrar el nombre de Nacho Álvarez el viernes por la tarde como ministro por la cuota de Podemos no tenía por objeto reconducir las relaciones, sino, más bien, según reconocen en uno y otro espacio, salvar el relato, es decir que en la crisis cristalizada entre los de Díaz y los de Belarra, no pareciera que era la primera quien negaba a los morados un ministerio, sino que quedara de manifiesto que eran ellos quienes lo rechazaban. Y esto es así porque, según ha podido saber este diario, el propio Nacho Álvarez había trasladado a la vicepresidenta en privado hasta en tres ocasiones que no aceptaría el cargo de ministro si no lo avalaba su partido.

Ahora, todas las fuentes consultadas apuntan a que Podemos no tendrá ningún ministerio. En la tarde del viernes, Díaz llamó a Belarra después de lanzar la oferta de Nacho con el objetivo de abrirse a hablar de otros nombres. Este movimiento se produjo tras toda la presión generada por parte de los morados, que denunciaron que eran la única fuerza política dentro de Sumar que se encontraban con un ministerio ya dado, no como el resto de formaciones, que habían negociado el nombre de su posible ministro. Más Madrid propuso así a Mónica García, los comunes a Ernest Urtasun e IU a Sira Rego. Sin embargo, la dirigente morada no contestó la llamada de la vicepresidenta y consumó así la ruptura total.