Terrorismo

¿Quién es el que realmente ha ordenado la inclusión de los candidatos-etarras en las listas?

Supone el reconocimiento de los "méritos" de los pistoleros en su actividad delictiva contra España y hay quienes ven la mano de "Josu Ternera" detrás de la decisión

Urruticoechea y Otegui, juntos en el Parlamento vasco
Urruticoechea y Otegui, juntos en el Parlamento vascoRedes sociales

La presencia de 44 candidatos etarras en las listas electorales de EhBildu para las elecciones del 28-M ha suscitado la lógica indignación general, salpicada por las rasgaduras hipócritas y falsarias de vestiduras de los de todos conocidos, y algunos análisis basados en la lógica del momento, absolutamente respetables. Pero quizás haya que profundizar en el asunto.

Pensar que un sujeto como Arnaldo Otegui no ha tenido más remedio que hacer una concesión a los disidentes que se agrupan en movimientos disidentes minoritarios, como ATA, Jardun, GSK e Ikasle Abertzaleak, es mucho pensar. Los resultados electorales y políticos logrados por el dirigente de EhBildu avalan su estrategia de imponer el pragmatismo y las tesis posibilistas frente a radicalismos, tan huecos como inútiles (otra cosa es lo que pueda suceder con el paso de los años, pero ahora no). Si la coalición seguidora de Herri Batasuna aumenta sus expectativas electorales es por algo y no precisamente por volver a eso de echarse al monte.

Entonces, ¿a qué lo de los candidatos etarras y quién lo ha ordenado? A Otegui y sus planes posibilistas no le ha venido nada bien, por más que ahora se ponga estupendo. Por supuesto, no es un sapo que se haya tenido que tragar, pero su estrategia, con poco ruido, funciona mejor sin estas cosas y ahí están los resultados.

No hace muchos días que voces autorizadas confirmaron algo que ya se sabía. Se le garantizó al brazo político de ETA que no tendría problemas judiciales para comparecer a las distintas convocatorias electorales a cambio de que los pistoleros, derrotados por las Fuerzas de Seguridad, escenificaran el adiós a las armas. Resulta infantil, por muy vencidos que estuvieran, que no pidieron su porción, y no pequeña, en el pastel. Los presos son parte de ella, pero no toda.

A título de análisis, porque nadie de ese mundo lo va a reconocer, cabe pensar, con poco riesgo de equivocarse, que exigieron un reconocimiento público de sus méritos en la lucha por la “liberación de la patria”. Lo que traducido: las actividades criminales que les convirtieron en la peor banda de delincuentes que ha conocido España.

El que exige es porque manda. La pregunta se hace obligada. ¿quién o quiénes son los que realmente llevan la batuta en lo que se ha dado en llamar la izquierda abertzale, la marca ETA, los presos, los todavía huidos de la justicia, los que se mueven en la legalidad, etcétera? La respuesta es fácil y difícil a la vez. Desde luego Otegui no es el máximo capo y tampoco lo es el último jefe del “aparato político”, David Pla, hoy dirigente de Sortu, un tipo de poca monta pero que puede tener una conexión directa con la auténtica “dirección”.

De momento, el o los que mandan han exigido la presencia de los candidatos etarras en las listas como reconocimiento al “gran esfuerzo” desplegado en asesinar y destruir, en atacar a España en todos los frentes. Y lógicamente la orden ha sido atendida. ¿Qué pueden exigir en el futuro? Todo depende de lo que decidan los ciudadanos en los comicios de este año y el que viene, en que se celebrarán las elecciones vascas.

Y, para terminar, y también a título de análisis, ¿no estará en esa “dirección” el que ha permanecido, por mucho que lo niegue en su descargo, de forma casi permanente en la cúpula, aunque en momentos fuera a título de referente obligado?: José Antonio Urruticoechea. Tal y como adelantó este periódico en su día, vive ahora a pocos kilómetros de la frontera francesa, en Anglet, sin ningún tipo de medida restrictiva. Siempre ha habido una absoluta sintonía entre Otegui y “Ternera”, con un reparto de papeles perfecto, porque el primero sabía lo que representaba el segundo.

El terrorista tiene causas judiciales pendientes en España de gran calado, como el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, con el resultado de 11 personas asesinadas, cinco de ellas menores de edad. A otros etarras les ocurre lo mismo, un dato a tener en cuenta.

La obstinación del “socio” de Otegui en controlar todos los órganos relacionados con la Justicia, con el Tribunal Constitucional ya lo ha logrado, podría, de conseguirlo, configurar un panorama en el que esas causas pendientes de “Ternera” (y los otros) tuvieran un encaje no demasiado perjudicial.

Lo de los etarras convertidos en testigos protegidos para acusar a sus antiguos jefes, entre ellos al propio Urruticoechea, en un jarro de agua fría, pero lo importante es ahora el desarrollo de este crucial paso, a cargo de una fiscalía y unos jueces dispuestos a que, por fin, se haga justicia a las víctimas.

Que nadie tenga ninguna duda de que la auténtica “dirección” del mundo proetarra desea justamente lo contrario.