Carmen Enríquez
La Princesa Leonor, preparada para ser heredera
Obediente, buena estudiante y con gran sentido del deber: así es la futura Reina
Obediente, buena estudiante y con gran sentido del deber: así es la futura Reina.
Desde hace un tiempo y gracias a los testimonios de algunas personas que tratan con frecuencia a la Princesa de Asturias sabemos que Leonor es una niña apacible, tranquila, generosa, reflexiva y muy responsable. Sus compañeros de colegio conocen muy bien a la hija mayor de los Reyes de España quien ayer protagonizó su primer acto como heredera de la Corona. Una jornada que la Princesa pasó con tanta emoción que la alegría de vivirla se reflejó en su cara radiante, sus gestos de cariño hacia sus padres, su hermana, sus abuelos a quienes fue a besar con paso rápido y decidido después de que su padre le impusiera la insignia del Toisón de Oro sobre su pecho.
Vestida de azul claro, con un traje que ya refleja los cambios de niña a adolescente que transformará su figura, con la larga melena rubia despejada de su rostro recogida en una trenza perfectamente entrelazada, Leonor de Borbón Ortiz se desenvolvió en un escenario tan solemne como es el histórico Salón de Columnas del Palacio Real con una naturalidad y sencillez que cautivaron a todos los presentes
Alguien, amigo de sus padres, la describió hace tiempo como la típica princesita, buena, obediente y apacible. Una imagen que contrastaba con la de su hermana Sofía, mucho más inquieta y polvorilla que su hermana mayor. Algo que sigue siendo igual si nos fiamos de lo reflejado en las recientes imágenes cedidas por la Casa del Rey con motivo del 50 cumpleaños de don Felipe. Mientras que la apurada Leonor mueve sus manos para tratar de enfriar la sopa demasiado caliente que se ha llevado a la boca, la pícara Sofía se ríe por la imprudencia de su hermana aunque, eso sí, sin malicia alguna.
Leonor es una estudiante excelente y así lo atestiguan sus notas sobresalientes que obtiene cada año en los estudios que cursa en el Colegio Santa María de los Rosales. Todos piensan de ella que, además de ser una niña inteligente, lo que le mueve a ser tan cumplidora es su sentido de la responsabilidad, que le hace atender sus obligaciones escolares. Ella piensa que el ser la hija de los Reyes no sólo no es un privilegio sino que eso la obliga a cumplir como la primera alumna de la clase. No puede permitirse el lujo de vaguear o bajar su rendimiento al ser quien es. La prueba de esta actitud está también en las imágenes familiares difundidas por Zarzuela, en las que la Princesa de Asturias recita impecablemente el material incluido en el examen al que a someterse ese día en clase.
En el acto de entrega del Toisón de Oro, una distinción que, como le recordó su padre conlleva una carga intensa de responsabilidades, se dejó claro una vez más que tanto la primogénita de los Reyes Felipe y Letizia como la segunda han recibido una impecable educación por parte de sus padres. Ellas han sido instruidas cuidadosamente para comportarse en público de forma adecuada, con prudencia y discreción. La Reina Letizia ha hecho una buena tarea en ese aspecto, que se aprecia cuando las niñas han acompañado a sus padres a un acto oficial. Pero ayer, la Princesa Leonor dio una buena lección de saber estar en lo que era su primer acto como protagonista. Su actitud en la ceremonia de entrega del Toisón y después en el encuentro con 20 ganadores del concurso «Qué es un Rey para ti», niños y niñas de edad similar, fue la adecuada a la que se espera de una princesa.
Al Rey y a la Reina se les nota mucho lo orgullosos que están de sus hijas al hablar de ellas con personas con las que se relacionan al coincidir en las actividades de agenda que llevan a cabo a diario. Y también es evidente que hay complicidad entre ello. Es algo que se percibe con facilidad y más cuando toca, como pasó ayer en el Palacio Real, afrontar por primera vez un papel principal y sentir que los ojos de todo el mundo están puestos en ti. Pero lo que todos los que presenciaron el acto debieron darse cuenta que a pesar de que la Princesa Leonor era novata en las lides, su padre estuvo junto a ella dándole confianza y haciendo que se sintiera segura. Por algo ellos ya pertenecen al exclusivo círculo de Caballeros y Damas del Toisón de Oro.
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