ERC
ERC se atribuye la celebración del 1-O y desata un incendio con el PDeCAT
Junqueras advierte a Torra: «Los discursos excluyentes son el camino para volver al autonomismo»
ERC volvió ayer a dar firmes muestras de su voluntad por emprender un nuevo rumbo político propio y marcar distancias con el PDeCat y el espacio que representa Carles Puigdemont, lo que desató un nuevo incendio en el seno del independentismo.
ERC volvió ayer a dar firmes muestras de su voluntad por emprender un nuevo rumbo político propio y marcar distancias con el PDeCat y el espacio que representa Carles Puigdemont, lo que desató un nuevo incendio en el seno del independentismo. En la inauguración de la controvertida Conferencia Nacional, que concluirá hoy y debe definir la hoja de ruta de la formación para los próximos años, el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, salió a replicar todas las críticas procedentes de diversos sectores del separatismo que ha recibido su partido por el repliegue que ha abanderado durante los últimos meses y reivindicarse como los salvadores de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre.
En una carta desde la cárcel de Estremera donde se encuentra recluido desde el 2 de noviembre que leyó el portavoz en el Congreso de ERC, Gabriel Rufián, Junqueras se mostró más punzante que nunca lanzando velados ataques a Puigdemont. Así, afirmó que «nadie ha hecho más que su partido ni ha pagado un precio tan alto para llegar hasta aquí», a pesar de que hayan tenido que aguantar «infamias y acusaciones de todo tipo, desde cobardía a pactos secretos con el PP». «Y paradójicamente hemos sido los primeros en no dudar en echar fuera del Gobierno a los responsables de ordenar pegar a la gente el 1-O», evocó, en alusión a los recelos que albergó el ex president sobre votar a favor de la moción de censura de Pedro Sánchez.
«Ninguna lección de dignidad y patriotismo», continuó Junqueras, para remachar atribuyendo a su partido que el 1-O fructificara: «ERC tuvo que cargar con todo el trabajo a sus espaldas en julio para salvar el 1-O», zanjó. Estas palabras fueron inmediatamente respondidas por la coordinadora general del PDeCat, Marta Pascal, que aseguró a través de las redes sociales que el 1-O es «patrimonio de todos».
A renglón seguido, Junqueras repasó algunos perjuicios que han sufrido los republicanos y que, probablemente, estén en las raíces del inesperado desplome electoral el 21-D: «ERC ha tenido que hacer una campaña con su cabeza de lista en prisión, el único privado de hacer campaña». También aprovechó para defenderse de los ataques que ha recibido de los sectores maximalistas del independentismo, que han criticado sobremanera la prudencia y la contención que ha asumido ERC en los últimos meses. Prueba de ello es que en el redactado inicial del documento que las bases van a votar hoy en la Conferencia Nacional, se prescindía de la unilateralidad y se abogaba por la multilateralidad para lograr la independencia. Finalmente, la militancia, tras 1.400 enmiendas, ha forzado a la dirección a corregir el texto final y mutar ese concepto por «no renunciar a ninguna vía democrática y pacífica para alcanzar la república», una forma de no descartar ninguna senda hacia la independencia.
Finalmente, Junqueras, como ya hiciera en la última carta que trasladó en un acto de partido -el 14 de abril-, reclamó apartar las «estridencias y proclamas vacías» para avanzar, y en una crítica implícita al nuevo president, Quim Torra, advirtió de que «los discursos nacionalistas excluyentes son el camino más rápido para volver a ser una minoría ruidosa, para volver al autonomismo».
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