Pedro Sánchez
Indecisos decisivos: los dos millones del desbloqueo
Están hartos y desilusionados, pero sus votos son clave. Eso sí, todavía no saben por qué partido apostarán. El nuevo gobierno está en sus manos.
Están hartos y desilusionados, pero sus votos son clave. Eso sí, todavía no saben por qué partido apostarán. El nuevo gobierno está en sus manos.
Indeciso. Según la Real Academia Española, dícese de aquella persona que se encuentra «perpleja», «irresoluta», «que tiene dificultad para decidirse». Según el «diccionario político» puede entenderse como aquel ciudadano que acusa el hartazgo y la desconfianza en la clase política tras ser convocado por segunda vez en siete meses a las urnas y por cuarta en cinco años. El indeciso políticamente hablando es también aquel que se encuentra decepcionado con los principales líderes políticos al comprobar la imposibilidad de éstos para llegar a pactos que logren desbloquear la crisis de ingobernabilidad que vive nuestro país. Son aquellas personas que han comprobado que los votos que depositaron en los colegios electorales el pasado 28 de abril no lograron recabar el consenso de sus representantes para formar gobierno y, por ello, ahora, deben volver a realizar el mismo acto. No solo se preguntan por qué tienen que volver a votar «si ya hablamos claro en abril» sino por qué deben votar a los mismos candidatos. No son optimistas respecto a que si los cinco líderes no albergaron una solución antes, ahora puedan desbloquear al no ceder ninguno en sus pretensiones. ¿Se encuentra usted identificado con alguna de estas acepciones? Si la respuesta es afirmativa es porque forma parte del bloque de cerca de dos millones de ciudadanos que durante esta semana ha encontrado dificultades para decidir el voto que hoy depositarán en las urnas electorales. Incluso puede estar usted dentro de esa horquilla amplia que se dirige ya a votar sin tener la certeza de si debe o no votar a un partido u otro, al no tener la convicción de que finalmente no nos encaminamos a otras nuevas elecciones. Con el fin de testar la temperatura política unas horas antes de la jornada electoral, LA RAZÓN sale a la calle para recoger el sentir de ese votante desencantado e indeciso, para averiguar si la multitud de mítines de los candidatos y el debate electoral del pasado lunes fueron útiles para que este tipo de elector salga del bloque que se decanta más por abstenerse, votar nulo o en blanco, o que duda entre la izquierda y la derecha
Inducir al voto útil
Isaac se confiesa indeciso y se plantea cambiar el voto respecto del 28-A para «romper el bloqueo». Está enfadado por tener que volver a votar; «depositan en nosotros una responsabilidad que ya les dimos hace siete meses», dice. Sobre el debate, confiesa que esperaba poder aclararse e inclinarse hacia un partido, pero describe que entre los cinco candidatos consiguieron «todo lo contrario». «No hubo consenso en nada, es una vergüenza», lamenta.
Con las encuestas en la mano, los datos reflejan que corremos el riesgo de volver a adentrarnos en el bucle electoral y regresar a la etapa de los vetos cruzados e inestabilidad. Todos coinciden en que voten a quien voten lo harán con la «nariz tapada» con el fin de desbloquear, aunque no se encuentren convencidos de ello. Así lo percibe también Ana, de 61 años, jubilada, que confiesa sentirse indecisa entre los dos bloques. Se decanta por repartir sus votos para inducir al «voto útil». Son dos millones de electores los que tienen hoy hasta las ocho de la tarde en sus manos la llave para el desbloqueo político, una deseada cifra de españoles a la que todos los partidos se han lanzado durante estos últimos siete días para tratar de seducirles. Cada voto cuenta y eso en los cuarteles generales, en los despachos de estrategia política de los principales partidos lo saben a la perfección. Pero en este «sprint electoral», los españoles han agotado hasta el último minuto para decidir su voto. Encarni, de 57 años, funcionaria. Se encuentra indecisa dentro de la opción de la derecha, a la que ya votó el pasado 28-A, pero esta vez su decisión no recaerá en el mismo partido. «Veo que se pueden congelar los sueldos y puede perjudicar al bienestar de los ciudadanos». Sobre el debate reflexiona que los candidatos han demostrado no tener «sentido de Estado» y que en Europa «la situación política que tenemos les costaría a los políticos el Gobierno», y aporta que ella «les quitaría el sueldo hasta que los elegidos por los españoles se pongan de acuerdo para gobernar».
Oportunidad perdida
La última encuesta electoral de NC Report para LA RAZÓN desvelaba que hasta un 1,6 millones de los indecisos dudaban, principalmente, entre PSOE y Ciudadanos de cara a la jornada electoral. Hasta 935.000 son votantes naranjas y 728.000 socialistas. Esta cifra significativa es la que tiene en su mano hoy el futuro de Albert Rivera, al que todas las encuestas pronostican una clara sangría en votos a su partido. Representa el 22,5% de su electorado y el 9,7% del PSOE. Por esta misma razón, Pedro Sánchez se ha lanzado abiertamente esta semana a por este elector indeciso. Es el caso de Francisco Barranco, de 62 años, prejubilado de banca. «En las anteriores voté a Cs, pero ahora no sé qué hacer. Mi voto era para que llegaran a un acuerdo con el PSOE, lo cual supondría que los socialistas se moderarían y los naranjas asumirían su labor de centro y regeneración. Tras el «no es no» a Sánchez estoy indeciso». Pero asegura que acudirá a su colegio electoral porque su hija le obliga. «Se han cambiado los papeles», dice con sorna, aunque si por él fuera, se quedaría en casa; «Estoy muy harto de la clase política». José Cabrera, jerezano de 47, está en Madrid «de paso»; el domingo cuando regrese a su Cádiz natal, decidirá su voto: «Veo que vamos hacia el mismo resultado que en abril. Aún no sé si cambiaré o no el voto, pero siempre al PP o al PSOE», asegura. Parece que entre muchos ciudadanos el mensaje del voto útil ha calado con fuerza y son muchos los que se refieren a los dos partidos de la vieja política como los únicos capaces de formar gobierno y desbloquear la situación. Así lo cree Morat, de 40: «Dudo entre el PP y el PSOE, en ningún caso Ciudadano o Podemos porque es como tirar el voto», dice. También entre quienes suelen votar a partidos minoritarios ha calado ese mensaje. Lucía García tiene 27 años y es ama de casa. Reconoce que le gustaría votar a Pacma, sin embargo, en un contexto tan bloqueado como el actual en el que todos los votos cuentan, cree que hoy se decantará por la formación que dirige Pablo Iglesias. «Podemos no se ajusta al cien por cien a mis intereses. Me hubiera gustado votar a Izquierda Unida, pero como va en coalición con Podemos... entonces acabaré votando a Podemos para hacer fuerza». Entre quienes dejan el sentido de su voto para el último momento están los que todavía no han decidido si ir a los colegios a votar en blanco o nulo para penalizar o simplemente quedarse en casa. Es el caso de Andrea, de 18, que tiene la oportunidad de ejercer su derecho por primera vez, pero está desmotivada: «Vamos a acabar igual. Llevamos dos años sin gobierno y va a pasar lo mismo», lamenta. Hoy, mientras vota, si se encuentran a alguien que recoge dos o tres papeletas de distinto partido y acude a la cabina, no piense que lo hace por despistar, existen muchas probabilidades de que sea uno de esos dos millones de electores que decide su voto en el último minuto.
Juan Carlos, 18 años
Ayer fue su cumpleaños y hoy vota por primera vez: «Me siento más partícipe del sistema», dice este estudiante de Política e Historia. Está dudando entre un partido del bloque de izquierda. «Igual elijo por candiato y no por partido», reconoce. En su opinión, el problema del país es «la cuestión catalana, porque creo que se puede inquistar», subraya.
María y Marta, 21 años
Ambas estudian Markéting y mientras caminan, hablan sobre a quién votarán hoy. «No me creo a ningún candidato, solo quieren sillones», se lamentan. El sentido de sus votos dependerá del momento en el que lleguen a su colegio electoral. Les preocupa la educación, en concreto, la inversión en becas, y creen que Cataluña «nos afecta a todos».
Marisa González, 52 años
Vive en Madrid y confirma que aún no ha decidido su voto. En las pasadas elecciones se inclinó por el bloque de la derecha, pero no repetirá el voto «porque seguro que hace coalición con un partido que no me gusta». Se decanta entre un voto de castigo «a todos los políticos». Trabaja como supervisora en una empresa de limpieza, y describe que su sector se encuentra en peligro por la parálisis y la posible recesión económica.
Javier García, 20 años
Estudiante de Desarrollo de Videojuegos en la UCM. Es la segunda vez que vota desde que cumpliera la mayoría de edad y no tiene claro que hacer. Duda dentro del bloque de la izquierda y teme que la situación de bloqueo haya «dado pie a que la gente esté más cabreada y se decante a votar a partidos extremistas con el fin de renovar».
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