Espacio
España, cinco años a salvo bajo la mirada del satélite Paz
El centinela en el cielo español capta 100 imágenes diarias de un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados. Cumple un lustro con su sustituto ya sobre la mesa
El satélite Paz, el centinela español en el espacio, cumple este mes de febrero sus primeros cinco años de vida y su sustituto ya está encima de la mesa. El motivo de esta agilidad es que estamos hablando de una sistema estratégico para la seguridad nacional, un sistema que España no puede permitir que se quede desfasado. El Paz, el gran ojo en el cielo del Ministerio de Defensa, llega a su primer lustro de vida facilitando a los servicios de inteligencia españoles hasta 100 imágenes diarias de un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados.
El papel del Paz es fundamental en la Defensa y la Observación de la Tierra, pues, según reconoce el Gobierno, "contribuye a la obtención de inteligencia militar" del Estado. Para ello, cuenta con una tecnología clave: un radar de apertura sintética (SAR) que, entre otras peculiaridades, tiene iluminación propia y es capaz de montar “puzles” de varias imágenes hasta configurar una sola.
Gracias a su radar, el Paz puede desempeñar labores de vigilancia, por ejemplo, de “flujos migratorios ilegales o el terrorismo yihadista”. Es más, Defensa asegura que la tecnología del Paz ayuda a "anticiparnos y desarrollar soluciones”.
Paz 2, el sucesor
Tan importante es este sistema que no hay opción a que quede obsoleto. De hecho, pese a que el satélite apenas lleva media década en el espacio, el Ministerio de Defensa y la compañía Hisdesat ya mantienen negociaciones para desarrollar el Paz 2. Aún es pronto para conocer quién será el desarrollador final del proyecto. El Paz 1 fue desarrollado por Airbus e Hisdesat de la mano de 15 empresas y 3 universidades, y se enmarca en el Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (Pnots).
Visto el éxito del Paz 1, Airbus partiría con ventaja en el desarrollo de su hermano mayor. De hecho, la compañía ya ha mostrado su interés en continuar con la saga Paz y fabricar su sucesor: “Claramente está en nuestra ambición”. Si no hay retrasos en los tiempos estimados, ambos satélites podrían, incluso, convivir durante un tiempo en el espacio.
Las entrañas del satélite, lideradas por el SAR, cuentan con una tecnología tan puntera que, por ejemplo, es a la oscuridad, a las nubes o incluso a la lluvia. Este “súper poder” es posible gracias a que el radar emite su propia luz, mediante microondas, que independiza al satélite de las condiciones externas. De hecho, esa capacidad de observación es tan grande, que el Paz es un auténtico “cazatormentas” capaz de atravesar cualquier fenómeno atmosférico para echar un vistazo en el corazón de la anomalía y determinar si se convertirá en una tormenta o se quedará en un susto.
La tecnología en cuestión trata la información recogida por la antena del radar y combinando los datos de varios barridos para crear uno solo que contenga la información más completa posible. Así, el SAR permite al satélite obtener datos como si su antena fuera más grande de lo que en realidad es.
El éxito en Defensa
El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) asegura que el objetivo de la misión Paz es “cubrir las necesidades operativas de Seguridad y Defensa, dar servicio a usuarios civiles, así como la explotación científica”. La misión consiguió poner de acuerdo a los Ministerios de Defensa e Industria, Comercio y Turismo en 2007, y se materializó 11 años después con el lanzamiento del satélite.
Gracias a las imágenes de alta calidad que proporciona el Paz, el Gobierno puede acceder a información que facilite, por ejemplo, actividades militares en el exterior, aportando datos de inteligencia y vigilancia a las Fuerzas Armadas.
Mientras el satélite orbita el planeta y escanea lo que ve en su superficie, en el suelo es el Centro de Usuarios de Defensa, situado en el Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación (Cesaerob) del Ejército del Aire, el que gestiona “las peticiones de los usuarios de defensa, incluyendo el procesado, archivo y catálogo de los productos resultantes”.
El INTA es el propietario y responsable de la gestión del segmento terreno del Paz, y lo hace desde tres bases diferentes: el Centro espacial INTA Torrejón (CEIT); el Centro de Usuarios de Defensa, en el Cesaerob; y el Centro de respaldo, en las instalaciones de Maspalomas (Canarias).
La base de Torrejón cuenta con un espacio de 300 metros cuadrados que se destinan exclusivamente a la misión Paz, un cuarto de la extensión total del centro. Además, cuenta con una estación terrena capaz de contactar con el satélite en bandas s y banda x simultáneamente.