Memoria Histórica
La denuncia por un tapiz de Franco presente en la jura de bandera de la Princesa Leonor llega hasta el Congreso
IU formula una pregunta parlamentaria y exige una «sanción» por una inscripción que alude a su etapa al frente de la Academia General Militar de Zaragoza en 1927
Un protagonista inesperado de la jura de bandera de la Princesa Leonor el 7 de octubre, en presencia de su padre, el Rey, ha desatado las críticas por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y ha llegado incluso al Congreso de los Diputados en forma de pregunta parlamentaria por parte de Izquierda Unida (IU).
La Academia General Militar de Zaragoza, en un acto en el que participaron otros 410 cadetes, se engalanó ese día con pendones reposteros donde aparecían los emblemas de los cuerpos y armas del Ejército de Tierra, y en el que se exhibieron tapices con diversas inscripciones. Uno de ellos menciona a Francisco Franco, en alusión al periodo en el que dirigió la Academia General Militar (AGM), durante la segunda etapa de la institución. En concreto, podía leerse: «2ª Época 20 Febrero 1927 General Franco». No era el único elemento histórico en la plaza de armas, pues la enseña nacional que besó la cadete Borbón Ortiz la ordenó bordar la Reina María Cristina en 1886. Pero ha sido el tapiz el señalado. Según la ARMH, este elemento de la escenografía castrense viola la Ley de Memoria Democrática –punto 1 del artículo 35– y así lo hizo saber con una reclamación ante la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Según la asociación, constituye «un homenaje a un golpista y dictador» con un gesto que ese día hizo «vulnerar la legislación en materia de memoria».
En su opinión, «los responsables de la Academia y los de protocolo de la Casa Real consintieron ese homenaje al dictador que encabezó un golpe de Estado en 1936 y responsable del asesinato de al menos 114.226 civiles republicanos, la mayoría hoy desaparecidos en cunetas y caminos». Su petición es que haya sanciones en la institución militar y en la Casa Real.
Mientras, desde IU plantean al Gobierno en funciones, además de preguntar si se ha abierto algún tipo de «expediente informativo» o estudia alguna «sanción» en relación a este tema, «qué medidas piensa adoptar para que el Ministerio de Defensa cumpla de una vez con la obligación de garantizar el cumplimiento íntegro de la Ley de Memoria Democrática».
Fuentes de la Academia General Militar han señalado que el tapiz forma parte de la institución y como tal se utiliza, al haber sido Francisco Franco director de la segunda etapa de su apertura. Consideran «inevitable» o «irremediable» que se use al aludir a un periodo que es anterior a la Guerra Civil y la posterior dictadura, etapas que abarca la normativa sobre Memoria Democrática. Un matiz sobre el que desde IU han eludido contestar a este diario.
En 2006, un año antes de la primera Ley de Memoria Histórica, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero retiró una estatua de Franco a la entrada de la AGM y la trasladó a la antigua Universidad Laboral. De ahí acabó en una nave del Gobierno de Aragón.
"Fuera del ámbito temporal de la Ley de Memoria Democrática"
El último episodio no ha pasado desapercibido en la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF). Su presidente ejecutivo, Juan Chicharro, recuerda que «la historia es la que es, le guste o no al comunismo sectario». «Porque Franco», insiste a su vez, «fue director de la Academia General Militar en una época que está fuera del marco temporal que fija la no menos sectaria Ley de Memoria Democrática, esa norma totalitaria paradigma del odio que sienten estos individuos hacia la persona que les venció con las armas y luego en la paz, salvando a España de caer en sus garras». Para el general de Infantería de Marina en la reserva, «lo que no existe no se ve y esa es la estrategia política que sigue la izquierda social-comunista que nos gobierna: borrar todo vestigio de la figura de Franco es su objetivo», incide, «al tiempo que nos invade con la presencia en el callejero de quienes fueron culpables de la Guerra Civil, como Largo Caballero, Indalecio Prieto y otros».
«Yo me preocuparía, más que de un simple repostero, de la pervivencia en el tiempo de las palabras que pronunciara Franco tras el cierre de la Academia: “La máquina se deshace pero la obra queda”. Eso sí que nunca lo podrán borrar».