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Defensa

Ucrania reconoce que sus sistemas antiaéreos Nasams o Patriot, como los que tiene España, son incapaces de derribar los misiles hipersónicos rusos Kinzhal

A pesar de que el pasado mes de mayo Ucrania aseguraba haber derribado un Kh-22, Yuriy Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, asegura que no tienen capacidad para ello

El caso del misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal, que en ruso significa “La Daga”, que ha sido utilizada para atacar varias posiciones ucranianas. La Razon

El pasado mes de mayo, el alto mando militar ucraniano anunciaba a bombo y platillo que sus sistemas de defensa antiaérea Patriot, entregados por Estados Unidos, habían interceptado cohetes hipersónicos rusos Kinzhal, una de las armas predilectas de Putin, algo impensable hasta ese momento.

En aquel momento, el comandante de la Fuerza Aérea, Mykola Oleshchuk, escribía en Telegram haber interceptado un Kinzhal que sobrevolaba Kyiv en un ataque de madrugada, algo que había sido confirmado por al menos tres altos funcionarios del Departamento de Estado de EE UU, según el New York Times. Era la primera vez que trascendía que Ucrania estaba haciendo uso de los sistemas Patriot.

“Felicito al pueblo ucraniano por un acontecimiento histórico”, dijo Oleshchuk. “Sí, hemos derribado el ‘incomparable’ Kinzhal”, aseguró entonces. La noticia desmontaba la supuesta inmunidad del misil hipersónico fabricado por Rusia en 2018, de la que Vladimir Putin ha presumido en numerosas ocasiones.

Sin embargo, según revela el medio digital Top War, las defensas ucranianas no han podido interceptar ni un solo misil de crucero Kh-22, según un comunicado de Yuriy Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Estas declaraciones subrayan la ineficiencia de las defensas aéreas locales para repeler misiles balísticos, un punto fuertemente enfatizado por los medios rusos.

Ignat aclaró además las dificultades a las que se enfrenta: “Dada la capacidad del misil Kh-22 de volar a una velocidad de 4.000 kilómetros por hora y su tendencia a seguir una trayectoria principalmente balística, se requieren medidas interceptivas específicas. Con el enemigo desplegando más de 300 misiles de este tipo, nuestros problemas están lejos de terminar. Además, también existe una versión modernizada de este misil: el Kh-32. El hecho de que hasta ahora no hayan tenido éxito en sus intentos es motivo de gran preocupación”, afirmó.

Las afirmaciones de los medios de comunicación rusos se ven reforzadas por el reciente ataque con misiles llevado a cabo los días 28 y 29 de diciembre. A pesar de que las defensas aéreas de Ucrania interceptaron un número significativo de misiles, no existe confirmación sobre la interceptación de los ocho misiles Kh-22 lanzados por un Tu -95 bombardero.

“Estos misiles presentan un objetivo excepcionalmente desafiante. Lamentablemente, nuestro inventario actual no cuenta con sistemas de misiles antiaéreos capaces de combatirlos eficazmente. El adversario claramente aprovecha esta ventaja, adaptando los objetivos de los misiles basándose en los resultados de los servicios de inteligencia”, compartió la fuente de los medios de comunicación ucranianos.

MKB Raduga, una firma con sede en la Unión Soviética, creó el Kh-22, un gran misil antibuque de largo alcance, también conocido con el nombre en clave OTAN AS-4 ' Kitchen' . Principalmente, el misil está diseñado para combatir portaaviones y grupos de combate de portaaviones, y puede equiparse con una ojiva convencional o nuclear. En 2016, se encargó el Kh-32, una variante convencional actualizada del Kh-22 que presenta un mejor motor de cohete y un novedoso cabezal buscador.

Tiene un alcance de entre 1.500 y 2.000 km y una velocidad superior al Mach 5 (esto es, cinco veces la velocidad del sonido), lo que le convierte en hipersónico. En concreto, el Kinzhal alcanza una velocidad Mach 10. Una cualidad que le hace indefendible para casi para cualquier sistema de defensa antiaéreo. Con la excepción, parece ser, del MIM-104 Patriot, de fabricación estadounidense.

El Kinzhal es una versión modificada del misil balístico de corto alcance Iskander. En este caso, diseñado para ser disparado desde lanzadores habilitados en camiones en tierra. Aunque el lanzamiento del misil desde un avión de guerra a gran altitud, en lugar de desde tierra, le permite disponer de más combustible para alcanzar mayores velocidades.

Este misil hipersónico mide ocho metros de largo y tiene un diámetro de un metro. Pesa unos 4.300 kilogramos y es capaz de transportar una carga convencional o nuclear de hasta 480 kg, de acuerdo con el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. Los expertos consideraban que su velocidad inutilizaba los sistemas tradicionales de defensa antiaérea, porque, para cuando pueden ser detectados por los radares, prácticamente han alcanzado su objetivo. Pero ya han surgido las primeras dudas.