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Defensa

La Armada invertirá 135 millones hasta 2027 para modernizar su flota de seis cazaminas, que alcanzan las dos décadas de vida

Están integrados en la 1ª Escuadrilla de Medidas Contraminas (MCM) con base en el Arsenal de Cartagena, que depende directamente del Comandante de la Fuerza de Medidas Contra Minas

El cazaminas 'Tajo' releva al cazaminas 'Duero' en unos ejercicios de la Armada Armada

El Consejo de Ministros dio ayer su visto bueno a la modernización de media vida de los seis cazaminas de la clase "Segura", debido que algunos sistemas de estos buques tienen aún tecnología de la década de los ochenta y los noventa, "hoy en día ampliamente superada".

Las partidas presupuestarias abarcan hasta el año 2027 en varias anualidades: 18.987.914 para el año 2024; 39.977.467 para 2025; 41.323.145,17 para 2026 y 34.981.267 para 2027. En total, 135.269.794 euros.

Su actualización es un tema que ya se había planteado en la Armada, pero la guerra de Ucrania, el conflicto al que todas las Fuerzas Armadas del mundo miran para saber en qué momento están la tecnología o la estrategia y hacia dónde camina todo, lo ha puesto de nuevo sobre el tapete.

Las minas se han demostrado muy eficaces, ya que una sola de estas armas puede cerrar la bocana de un puerto o los canales comerciales durante días y encima son baratas. Para evitar este tipo de situaciones y asegurar la navegación, la Armada tiene una flota de seis cazaminas (Segura, Sella, Tambre, Turia, Duero y Tajo), que entraron en servicio entre 1999 y 2005.

Están integrados en la 1ª Escuadrilla de Medidas Contraminas (MCM) con base en el Arsenal de Cartagena, que depende directamente del Comandante de la Fuerza de Medidas Contra Minas. Se encuentra integrada orgánicamente en la Flota y es parte de la estructura de la Fuerza de la Armada. Estos buques fueron construidos en dos series en los astilleros de Navantia en Cartagena (entonces Bazán). A la primera serie pertenecen cuatro cazaminas (Segura, Sella, Tambre y Turia) y dos a la segunda (Duero y Tajo).

Son buques construidos en plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV), lo que les proporciona una reducida firma magnética a la vez que una gran resistencia al choque producido por las explosiones submarinas. Su sistema de combate es de fabricación íntegramente nacional y es de destacar su discreción magneto-acústica. La maniobrabilidad de estos buques es excelente gracias a sus propulsores Voith Schneider y a su sistema de posicionamiento dinámico.

Para las operaciones de caza y de contraminado, los cazaminas disponen del Sónar de Profundidad Variable (VDS) AN/ SQQ-32 (Sp) y los vehículos por control remoto Pluto Plus y Minesnipeer Sistema de Mando y Control MCM FABA. Llevan además un radar Kelvin Hughes Type 1007 y otro Koden MDC 1550.

Precisamente esta modernización ahora aprobada por el Consejo de Ministros abordará la actualización de muchos de estos sistemas.

Los buques tienen un desplazamiento de 550 toneladas, 54 metros de eslora por 10,7 de manga y van propulsados por dos motores diésel MTU-Bazán 6V 396 TB83 y dos motores eléctricos Combimac. Su autonomía es de 2.000 millas, Además, van armados con un cañón automático Oerlikon 20 mm/85 GAM-B01.

La misión principal de este tipo de buques es la de contribuir a mantener abiertos al tráfico nuestros puertos principales y bases navales, así como posibilitar las operaciones anfibias de proyección del poder naval sobre tierra, siendo por tanto su cometido principal la detección, localización, identificación y neutralización de minas de fondo y orinque.

Está integrada plenamente en la OTAN y mantiene una unidad permanentemente en la Agrupación SNMCMG2 (Standing Naval Force MCM Group Two), cuyo escenario natural de actuación son las aguas del Mar Mediterráneo.

Para ello, opera tanto en el ámbito nacional, defendiendo los intereses marítimos permanentes de España, como en el ámbito internacional bajo el amparo de las organizaciones como la OTAN o la Unión Europea. El cometido principal es la detección, localización, identificación y neutralización de minas de fondo y orinque. En tiempos de paz se ocupan de la exploración de rutas y canales de acceso a puertos; guiar unidades de alto valor y control del tráfico marítimo; o control de pecios marinos. En tiempos de guerra, su labor será la limpieza de minas y dirigir otros barcos a través de canales libres de minas.

Cazaminas TambreArmada

A bordo, estos buques cuentan con robots autónomos para la identificación de minas. La propia Armada destaca que son embarcaciones muy silenciosas con una propulsión muy particular que hace posible navegar a baja velocidad para la detección y girar sobre su propio eje para salir rápidamente de la escena, algo que buques más grandes no pueden hacer.

Aunque se trata de barcos todavía en buen estado, lo cierto es que la tecnología de hoy no tiene nada que ver con la de hace dos décadas y algunos de sus equipos están ya obsoletos, explica el comandante de la Fuerza de Medidas contra Minas, capitán de navío Francisco Javier Ruiz y Ruiz de Cortázar. Por ello, la Armada ya ha redactado un documento que incluye todas las mejoras necesarias para que estos barcos pueden continuar operativos por lo menos otros 15 años más. La idea es efectuar, cuanto antes mejor, una modernización de media vida para hacer ese lavado de cara que necesitan los barcos. El programa está ahora mismo en ‘stand by’, es decir, la Armada tiene claro qué necesita sustituir y ya ha dado el primer paso pero queda lo más difícil, encontrar el dinero para pagarlo. El proyecto está pendiente de aprobación por parte del Ministerio de Defensa y después habrá que hablar del presupuesto.

Uno de los sistemas que hay que renovar es el sonar, el corazón de este buque, un dispositivo que escucha todo lo que hay bajo el mar y detecta cualquier amenaza. Mientras llega la financiación, ya está en marcha en plan para actualizar el conocido como Sistema Integrado de Control de Plataforma, que viene a ser una consola que coordina todos los equipos del barco, y también se ha mejorado el robot submarino Pluto Plus operado por control remoto. En concreto, se ha hecho una actualización e instalado nuevas luces, además de una cámara más moderna.

El primer cazaminas, que da nombre a toda la clase, el Segura (M-31), entró en funcionamiento en marzo de 1999y el último, el Tajo (M-36), en enero de 2005, por lo que tienen todos en torno a dos décadas de vida, motivo por el que se plantea esta modernización.