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Rajoy afianza su candidatura tras la investidura fallida
La Ejecutiva apuesta por preservar el pacto con C’s y da luz verde para volver a intentarlo
La Ejecutiva apuesta por preservar el pacto con C’s y da luz verde para volver a intentarlo
El Comité Ejecutivo del PP cumplió ayer con el objetivo de blindar la candidatura de Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno después de que la investidura fallida haya dado paso de nuevo a voces, algunas procedentes de Ciudadanos, que plantean que la ruptura del bloqueo exige que sea el presidente en funciones el que dé un paso atrás. La plana mayor del PP cumplió con el programa, pero este cierre de filas quedó bastante deslucido por la polémica que rodea al nombramiento del ex ministro de Industria José Manuel Soria para el Banco Mundial. Sin excepción, la Ejecutiva popular validó la hoja de ruta que pasa porque sea Rajoy, y no otro candidato, el que siga defendiendo su derecho a formar Gobierno. «Rajoy es nuestro candidato, ganó las elecciones con un apoyo de 8 millones de españoles y fue el único que mejoró en votos, porcentajes y escaños respecto a las elecciones del 20-D», proclamó la secretaria general, María Dolores de Cospedal, tras la reunión celebrada en Génova justo antes de que el líder popular embarcara hacia China para asistir a la reunión de la OTAN.
El PP insistió en el mensaje de que no hay alternativa al Gobierno de Rajoy, salvo que los socialistas se entreguen al independentismo y acepten «peajes inaceptables» para España, y que tendrían también, según Génova, graves consecuencias dentro del PSOE. Este mensaje lo ligan a la decisión de movilizarse para preservar su acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria (CC), ya que de ello depende que Rajoy esté en condiciones de poder optar a otra investidura. Sólo lo haría si ya tiene garantizado por adelantado que ésta puede salir adelante. Y hasta octubre no habrá ningún movimiento porque los partidos se ponen en modo estrictamente electoral para dar la batalla de las vascas y gallegas. En la cúpula popular no prevén ni siquiera que haya contactos serios con otros partidos.
Rajoy y sus colaboradores más estrechos siempre han sido muy recelosos de acudir a una investidura para perderla porque entendían que era un elemento más de desgaste y que iba a servir para alimentar la presión sobre Rajoy de quienes quieren convertirle en responsable de que siga el bloqueo, «pese a que es el candidato ganador por dos veces de las elecciones y mejorando resultados». El pacto con Albert Rivera les ha servido como escudo para limitar ese desgaste de Rajoy, e incluso para echar tierra sobre etiquetas que les ha colgado la izquierda como la de «partido tóxico» y «sin capacidad de llegar a pactos» por culpa de los casos de corrupción que les afectan.
Por eso, el objetivo es salvar ese acuerdo con Rivera, con el que se han puesto en contacto bajo la tormenta por el «caso Soria», y después de que Ciudadanos se pronunciase de manera muy crítica contra esta decisión. «Nosotros vamos a preservar con toda fuerza y con vocación de continuidad el pacto con Ciudadanos y con Coalición Canaria. Es un pacto abierto, que ofrece un programa de Gobierno real, sensato, riguroso y respetuoso con la voluntad mayoritaria de los españoles expresada en las urnas, al que se pueden sumar otros partidos como el PSOE», sentenció la «número dos» del PP. Rajoy mantiene el apoyo inquebrantable de su organización política, y también de su poder territorial. Dentro de la estructura orgánica de poder del PP no hay fisuras, ni siquiera por parte de dirigentes, como Juan Vicent Herrera, que sí han colocado matices en otros momentos a su liderazgo. Este cierre de filas le refuerza para resistir a la espera de ver hacia dónde se mueve el PSOE.
Cospedal lanzó ayer la piedra al tejado socialista, conocedora de la división interna y del sarpullido que genera en algunas federaciones la idea de una alianza de su partido con Podemos. «Pedro Sánchez hizo una insinuación sobre la posibilidad de intentar formar Gobierno para lo que tiene tres alternativas: formar Gobierno con Podemos y Ciudadanos, lo que ya intentó la anterior Legislatura y no fue viable; formar un Gobierno con Podemos y los separatistas y la abstención del PNV, algo malo para España; y esperar a que pasen las elecciones vascas y gallegas».
Desde la Ejecutiva del Partido Popular, y del discurso a puerta cerrada que hizo el presidente del Gobierno en funciones, volvió a trascender el mensaje de advertencia sobre los riesgos económicos a los que estaría llevando el PSOE a España por su negativa a abstenerse ante un Gobierno presidido por Rajoy. «Esta posición tiene un coste para España. El crecimiento económico puede ser menor el año que viene, y sin un Gobierno no se pueden presentar Presupuestos, lo que bloquea las cuentas públicas de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, congelando el gasto social, y la desconfianza de los inversores puede hacer mucho daño a España».