Ministerio de Defensa
Celebrar España
Artículo del ministro de Defensa en funciones, Pedro Morenés
Artículo de Pedro Morenés, ministro de Defensa en funciones
Cada vez que el buque escuela Juan Sebastián de Elcano entra en San Juan de Puerto Rico, en el hospital frente a «la Fortaleza», las monjas de las Siervas de María despliegan una gigantesca bandera de España. Lo hacen para recibir a nuestra embajada flotante, a un símbolo de nuestro país. Un símbolo que lleva el nombre del primer hombre que dio la vuelta al mundo, un español. Como español, fue el primero que alcanzó las costas del Pacífico, el «lago español»; y español, el primero que cruzó el Mississipi y el que descubrió Florida; y española, la expedición que llevó la vacuna de la viruela por el mundo; y mucho antes, la que al mando de Colón puso pie europeo por primera vez en el nuevo mundo.
Hoy conmemoramos una historia común, no sólo el descubrimiento de América, de trascendencia inigualable para cualquier otra nación del mundo; celebramos lo que nos une y lo que a lo largo de los siglos nos ha hecho grandes, pioneros, únicos. No celebramos algo viejo, pasado, sino lo que nos ha traído hasta aquí y lo que hoy somos, nuestras ansias de futuro y nuestro recuerdo y agradecimiento a quienes a lo largo de los siglos nos precedieron.
España celebra hoy su fiesta, la de todos, la de quienes simplemente quieren festejar, como hace cualquier país del mundo, que pertenecen a una sociedad con unos valores claros, que comparten la bandera que instauró Carlos III y una cultura milenaria. Hoy, al fin y al cabo, nos celebramos a nosotros mismos, unos a otros.
En esta fecha, como ministro de Defensa pero sobre todo como español, no puedo dejar de acordarme de quienes velan por que vivamos en paz y en estabilidad, por quienes vigilan nuestro bienestar y nuestra libertad. Dentro de nuestras fronteras, su trabajo callado permite, junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que tanto esfuerzo dedican, que tengamos la sociedad que tenemos. Sin seguridad, no hay que olvidarlo, no puede haber libertad, ni estabilidad, ni Estado de Bienestar ni de Derecho. Pero hoy quiero acordarme especialmente de quienes sirven a España lejos de nuestras fronteras. En primer lugar, porque están lejos de sus casas en un día festivo, porque en su vocación va incluida la separación de sus familias durante unos meses. Y en segundo, porque su trabajo nos hace más confiables, más creíbles, más solidarios e igual que en su momento y durante siglos aquellos que salían fuera engrandecían a nuestro país con sus hazañas, hoy nuestros soldados, marineros y guardias civiles lo hacen con el desempeño heroico de misiones trascendentales para nuestra estabilidad y nuestra paz.
El soldado que enseña en Irak a un militar iraquí cómo combatir al Daesh; el marinero que persigue a los traficantes de personas y rescata a sus víctimas en el Mediterráneo; el que intenta que los soldados malienses sean capaces de hacer frente a los grupos terroristas que campan por su país; el que se interpone en la frontera de Líbano e Israel para que la frágil paz siga existiendo; el que vela para que pesqueros y barcos del Programa Mundial de Alimentos puedan navegar libremente frente a Somalia... Ellos y otros tantos desplegados en las 15 misiones en el exterior hacen un trabajo encomiable que sirve a varios objetivos: la estabilidad y un futuro para todos esos países y personas; su seguridad, estabilidad y prosperidad son las nuestras. Un mundo más estable siempre nos beneficia. Y un segundo objetivo que cumplen con excelencia: poner la bandera de España en lo más alto, entre los países punteros, entre los socios fiables, en la vanguardia de la Defensa colectiva.
España no camina sola en el mundo. Lo hace de la mano de aliados y amigos que comparten valores, una visión del mundo que queremos, unas amenazas comunes y un modo conjunto con el que afrontarlas. El trabajo de los militares en las misiones en el exterior supone no sólo la ratificación de que son unos profesionales excepcionales, sino que su buen hacer nos haya colocado en la senda del prestigio internacional, nos ha hecho el aliado fiable y necesario para la construcción de un mundo más justo, más seguro, libre y pacífico.
Esa consolidación de nuestro país en el plano internacional es un elemento clave de nuestra unidad interna, de nuestra cohesión, porque hacernos partícipes de los problemas de todos nos obliga a ser generosos, a darnos a nuestros aliados, y la generosidad sigue siendo la mejor inversión para el futuro de nuestra nación.
España no puede mirarse al ombligo y pretender progresar. Sin la proyección exterior no somos todo lo que podemos ser. Hoy somos importantes en la UE y en la construcción de una Europa de la Defensa que responda a los retos del futuro y a las amenazas que se nos ciernen. Somos importantes en la OTAN porque arrimamos el hombro y porque creemos en la alianza transatlántica como instrumento político y militar de estabilidad mundial, desde una Europa de la Defensa. España vuelve a ser parte de la solución a los problemas de todos.
Hace más de 500 años, nuestra salida al exterior transformaba el mundo. Hoy, esa misma proyección nos devuelve a un sitio de relevancia. Nuestra solidaridad nos engrandece, nuestra común apuesta por la estabilidad y la seguridad nos hace más fuertes. La bandera de España es un símbolo de una historia y de un futuro común del que debemos enorgullecernos rindiéndole tributo de trabajo, fe y determinación.
Pedro Morenés
Ministro de Defensa en funciones