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Comunidad de Madrid

Caso Espinar: una bomba en la Corte de Pablo Iglesias

El senador es un «pata negra» de la vieja guardia del secretario general que sale tocado

Espinar defendió que la venta de su vivienda protegida, que ni llegó a ocupar, fue legal larazon

El senador es un «pata negra» de la vieja guardia del secretario general que sale tocado

Primero fue Juan Carlos Monedero y ahora le ha tocado el turno al diputado madrileño y senador Ramón Espinar. Otro viejo compañero de viaje de Pablo Iglesias que ha hecho saltar por los aires el curioso baremo de Podemos en lo que se refiere a lo ético.

El pasado jueves volvieron a encenderse las alarmas en Podemos. La información difundida por la Cadena Ser acerca de una operación de compraventa de un piso protegido por parte de Espinar ha generado un cataclismo interno que todavía colea. Siguiendo la línea habitual, el partido de Pablo Iglesias prefiere ventilar las cuestiones peliagudas de puertas para adentro mientras que en público denuncia conspiraciones contra la formación morada.

La cuestión ha caído como una bomba en Podemos y, sobre todo, en el núcleo duro de su secretario general. Al fin y al cabo, Espinar es un habitual de «la Corte», como tildan algunos críticos a los más cercanos a Pablo Iglesias. Las intervenciones de varios de sus miembros –en especial las de Irene Montero o las del propio Iglesias– en los medios de comunicación tras la difusión de la noticia, con gesto crispado y tono elevado, dan una idea de cómo ha reaccionado la cúpula dirigente de Podemos.

En ese sentido, el entorno del secretario general no ha hecho más que poner en acción la metodología habitual en estos casos. El guión se ha articulado en torno a la juventud de Espinar y a su deseo de adquirir una vivienda siguiendo un procedimiento legal, negando incluso una posible falta de ética.

Pero el partido morado ha declinado tratar una de las cuestiones que siempre han revoloteado en torno a Espinar: su parentesco con un consejero de Caja Madrid beneficiario de una «tarjeta black», Ramón Espinar Gallego, padre del senador y diputado autonómico. El progenitor de Espinar, imputado por gastar 178.000 euros a través de una de las «tarjetas black», fue una de las jóvenes promesas del PSOE felipista. Esa vinculación es la que Podemos ha preferido obviar. Y no desde ahora. Fuentes del partido insisten en señalar que la cuestión Espinar lleva siendo la comidilla desde que se conociera el escándalo de las «black».

Al senador de Podemos la cuestión paterna siempre le ha generado incomodidad y ha cortado de forma tajante cualquier explicación argumentando que se trataba de una cuestión personal.

El senador de Podemos carga con ese sambenito dentro y fuera de las filas moradas. Y aún está por determinar qué papel jugó su padre en la consecución del piso de la discordia, vinculado a una cooperativa que recibió préstamos de Caja Madrid en la etapa de consejero de aquél. También se ha especulado sobre la vinculación de Espinar padre con el entonces alcalde de Alcobendas, el socialista José Caballero. Podemos ha preferido no entrar en esos vericuetos.

La defensa numantina de la Corte de Iglesias no se explica sin tener en cuenta la vinculación de Espinar a la misma. El senador es un «pata negra» de la vieja guardia de Iglesias procedente de la asociación universitaria Contrapoder y del colectivo Juventud Sin Futuro. En ambas asociaciones coincidió con su rival por la secretaría general de Podemos Madrid, Rita Maestre. Y también compartieron labores en «La Tuerka», aunque ahora se hayan situado en núcleos de poder distintos. Espinar es la apuesta de Iglesias y el oficialismo para liderar el partido en Madrid.

Sólo así se entiende que Iglesias y su gente saltasen para proteger a Espinar pese a que el secretario general, en un gesto cargado de cinismo, siga manteniendo que no ha apoyado su candidatura de forma oficial. En realidad, según apuntan desde sectores vinculados a Maestre, la maniobra de Iglesias ha sido más sutil. El número uno del partido ha preferido sembrar la duda sobre la candidatura de la portavoz del Ayuntamiento de Madrid. «Claro que Prisa toma partido en Podemos. No es de ahora. Decirlo no es acusar a nadie de nada; es señalar lo evidente», publicó en Twitter antes de que estallara el «affaire Espinar».

La vinculación de Espinar con el núcleo duro de Iglesias pudo verse hace tan sólo una semana. Al igual que sucedió meses atrás, el senador apeló a su derecho a seguir la sesión de investidura en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Y, a diferencia de otros invitados, lo hizo colocando una silla en la bancada de Unidos Podemos junto a Irene Montero y en la misma fila que Errejón e Iglesias. La discreción de Espinar brilló por su ausencia y fue uno de los que llevó la voz cantante en la trifulca con el diputado de C’s José Manuel Villegas.

Que Espinar, por sus adscripciones, cuenta con numerosas antipatías dentro de Podemos también es un hecho por mucho que desde el partido morado intenten señalar al enemigo exterior como muñidor de una campaña de desprestigio. «Cuando Borrell dijo aquello de que había que entenderse con Podemos porque los hijos y los nietos del PSOE están aquí, muchos pensamos en Ramón», señalan voces críticas de la formación.

Tras conocerse la información sobre el piso no faltaron quienes consideraron que la cuestión Espinar había estallado por fin. De la misma forma que hubo sospechas en torno a una posible filtración interna vinculada a la pugna por las primarias moradas madrileñas, un proceso que ha generado tensiones al más alto nivel.

Los inscritos en Podemos de la Comunidad de Madrid eligen desde ayer y hasta el próximo miércoles a su nuevo secretario general, en medio de la polémica sobre los supuestos beneficios por la venta de una vivienda pública por parte del aspirante cercano a Pablo Iglesias, Ramón Espinar.

La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, próxima al número dos de Podemos, Íñigo Errejón, pugna también por convertirse en la líder madrileña de Podemos, que tuvo que disolver sus órganos de dirección en septiembre como consecuencia de la dimisión de diez miembros próximos a Errejón seis meses antes.Ésta es la segunda y más decisiva votación del proceso de renovación del consejo ciudadano de Madrid, con la que se dirimirá si los cercanos a Pablo Iglesias retienen el control del partido en Madrid o si, por el contrario, la organización la pilotarán en esta nueva etapa los afines a Íñigo Errejón.En la votación sobre las propuestas organizativas con las que se definen las políticas que regirán en Podemos en los próximos años, la portavoz municipal y miembro del consejo ciudadano estatal logró imponerse en 9 de las 11 propuestas en juego, mientras que el equipo de Ramón Espinar ganó el proyecto político.La candidatura liderada por el senador y diputado regional aúna, bajo el nombre «Juntas Podemos», a los afines a Pablo Iglesias y a los anticapitalistas, liderados por Miguel Urbán, informa Efe.Bajo el nombre de «Adelante con Rita Maestre, Adelante Podemos con la Gente», la portavoz municipal concurre a las primarias con una lista que incluye a la diputada Tania Sánchez y al portavoz de Podemos en la Asamblea, José Manuel López.