Análisis
El atasco en el acuerdo con Gibraltar
Sin fecha todavía para la ronda número 14 de negociación, el acuerdo con el Peñón sigue sin visos de materializarse. El alcalde de Algeciras reclama a Sánchez que sea «una prioridad» en la nueva legislatura
Gibraltar votó masivamente y en solo una dirección en el referéndum de junio de 2016. Fue el lugar donde más porcentaje de votos recibió la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (95,9%) y uno de los que sigue temiendo las consecuencias que puede tener la salida. El asunto no es baladí ya que el Peñón, cuya frontera con España es la única terrestre –junto con la de Irlanda– une ahora al Reino Unido con el bloque comunitario. Desde el Brexit, el futuro de Gibraltar está en el aire. Las negociaciones para lograr un acuerdo quedaron paralizadas por la convocatoria electoral en el Peñón y la incertidumbre política española como resultado de los comicios del pasado 23 de julio. Con la reelección el pasado mes de octubre de Picardo y la investidura de Pedro Sánchez esta semana, la cuenta atrás para el acuerdo ha comenzado, aunque no parece que haya prisa por cerrar el acuerdo.
No en vano, ha pasado casi un año –se cumple el próximo 25 de noviembre– desde que España y la Comisión Europea presentaron a Reino Unido una propuesta para que el Campo de Gibraltar se transforme en una «zona de prosperidad compartida» que incluya, entre otras medidas, la eliminación de la verja de Gibraltar para favorecer la movilidad de personas y mercancías entre la colonia y la UE. Y durante estos doce meses, no ha habido respuesta del gobierno británico. Fuentes diplomáticas aseguran a LA RAZÓN que «si la aceptan se firmaría el acuerdo mañana mismo».
Durante este año, Reino Unido ha experimentado diversas crisis de gobierno, que también han repercutido en la cartera de Exteriores. Si hace un año, estaba James Cleverly, a día de hoy acaba de aterrizar un viejo conocido, David Cameron, artífice del Brexit. Estas mismas fuentes aseguran que «ya conoce el dossier» por lo que no tendría porqué retrasar la negociación del acuerdo.
El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, que a través de Twitter le ha felicitado además de mostrar su deseo de que con él al frente de la diplomacia británica se alcance por fin el ansiado acuerdo que defina la futura relación con Gibraltar.
«Mis felicitaciones por tu nombramiento como ministro de Exteriores de Reino Unido. Trabajaremos juntos por fortalecer las relaciones y para alcanzar una zona de prosperidad compartida que beneficie a Campo de Gibraltar-Gibraltar», ha escrito Albares en la red social X, antes Twitter. A priori no parece ser que vayamos a tener un acuerdo porque haya cambiado el titular de exteriores. No en vano, Cameron regresa como titular de Exteriores, pero la dirección de la política exterior sigue dependiendo del primer ministro aunque también hay en Reino Unido un compromiso informal de tener en cuenta la opinión de Gibraltar. En el Peñón, Picardo continuará cuatro años. De hecho estos cambios de cartera ya han sucedido en los últimos años y no supusieron un vuelco en las negociaciones.
Sin todavía fecha para que se celebre la 14 ronda formal de negociaciones, nada apunta a que antes de que finalice el año se materialice el ansiado acuerdo. La 13ª ronda formal de negociaciones (la primera fue en octubre de 2021), se celebró en abril del mes pasado después de que Reino Unido firmase un acuerdo con Irlanda del Norte, a priori una negociación mucho más complicada que la de Gibraltar. Pese a ser considerado como un revulsivo para la negociación, la incapacidad para limar asperezas relacionadas especialmente con la vigilancia de fronteras por parte de Frontex ha impedido grandes avances.
Los expertos consultados por LA RAZÓN desmontan el mito de que el acuerdo con Irlanda aceleraría el de Gibraltar como tampoco lo hará la entrada en escena del hombre que impulsó la salida de Reino Unido de la Unión Europea. «En el caso de Gibraltar, la identidad gibraltareña tiene un componente anti español de defender cada milímetro de los que ellos consideran territorio y aguas cosa que no coindice con lo que en españa consideramos el territorio gibraltareño en base al tratado de Utrecht”, explica Luis Rodrigo De Castro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad CEU San Pablo. De ahí que la presencia de España en el aeropuerto y puerto de Gibraltar está tensando la rúbrica del acuerdo.
De la misma opinión es Emilio Sáenz-Francés, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, quien considera que «no se podía vivir sin un acuerdo con Irlanda pero si se puede vivir con un acuerdo sin Gibraltar». No se puede obviar que en el caso de Irlanda hubo un grupo terrorista sangriento y si no se alcanzaba un acuerdo se temía que despertará un fantasma del pasado, algo que no sucede con el caso de la Roca. «Los españoles le damos mucha importancia a Gibraltar desde una perspectiva económica y sentimental», apunta el experto que asegura que «la naturaleza del problema permite no tener tanta prisa, si bien, con opacidad se ha ido retrasando».
El tiempo corre y no parece que haya prisa por materializar un acuerdo. En este sentido, fuentes diplomáticas de Gibraltar aseguran que «la negociación no ha variado en los dos últimos meses, porque no ha habido gobierno ni en el Peñón, ni en España». Es decir, que a falta de un mes y medio para que termine 2023 nada apunta a que se cierre el año con la resolución de este ansiado tratado.
La consecuencias del Brexit comienzan a dejar huella en la ciudadanía, especialmente, al otro lado de la valla y también en el Campo de Gibraltar.. De ahí que el alcalde de Algeciras y senador del PP por Cádiz, José Ignacio Landaluce, pidió esta semana a la persona que ocupe el Ministerio de Exteriores «fije como una de sus prioridades absolutas» una «solución» a «un problema en el que por encima de todo ha de estar el bienestar de las personas», refiriéndose a los trabajadores transfronterizos.