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Un adiós anunciado

Alberto Garzón deja la dirección de Izquierda Unida y abandona la primera línea de la política

El líder de IU reconoce, en una carta a la militancia, que "ha visto el abismo muchas veces" y que lo deja, en parte, por los "costes personales"

El ministro de Consumo en funciones y coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, ha comunicado este viernes en una carta a la militancia que deja la dirección del partido, de la que se hizo cargo en 2016, y abandona la primera línea de la política. Y lo ha hecho tras cerrarse la sesión de investidura de Pedro Sánchez que dará paso a un nuevo Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar.

"Ahora la política española pasa a una nueva fase, con un nuevo gobierno y con muchos retos que abordar", ha comunicado Garzón a la militancia, no sin antes señalar que "con este cambio de fase quiero completar el paso al lado que anuncié en junio". Hay que recordar que tomó la decisión de no concurrir a las pasadas elecciones del 23 de julio y se incorporó al equipo de economistas de Sumar, liderado por por Yolanda Díaz. Y tras esta decisión, una razón de peso, el coste personal: "Quiero terminar apuntando a que mi contribución personal a todo esto no ha estado exenta de costes, y ello también ha influido de manera determinante en mi decisión".

En definitiva, el ya que fuera coordinador federal de IU durante siete años hace patente en esta misiva su marcha definitiva de la primera línea de la política: "Eso significa que no solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de Izquierda Unida. Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política".

Cargada de emotividad, en su carta a la militancia reconoce que jamás imaginó que llegaría a la dirección de Izquierda Unida, ya que "era una responsabilidad que habían aceptado antes que yo otras personas que eran para mí una referencia con mayúsculas, como el compañero, y luego amigo, Julio Anguita". Y en esta línea, asegura que "ha sido un gran honor poder representar a una organización como IU, que me ha brindado la oportunidad de conocer a personas maravillosas".

Un punto de inflexión: el 15-M

Pero Garzón ha querido ir más allá y explicar el largo camino recorrido hasta llegar a esa dirección de IU. "Cuando me afilié con 18 años lo hice con la convicción de que había que sumar manos y mentes a la tarea de transformar nuestras sociedades. Aunque en mi corazón ya latía la rabia por las injusticias cometidas en todas partes del mundo, la decisión específica de militar en IU vino empujada por el ejemplo de quienes estaban luchando, asumiendo un gran coste personal, contra una burbuja inmobiliaria que a comienzos de siglo atropellaba las vidas y la naturaleza de la costa malagueña. Pronto comencé a conocer muchos otros ejemplos similares por toda la geografía española. Esas luchas rojiverdes alimentan mi espíritu militante todavía hoy".

En su extensa carta a la militancia, el hasta ahora líder de IU admite que hubo un antes y un después tras las movilizaciones del 15-M. Rememora cómo fueron aquellos días finales de 2015, donde IU estuvo a punto de desaparecer tras los comicios. "Reconozco que he visto el abismo muchas veces durante todos estos largos e intensos años, como os habrá pasado a la mayoría. Sin embargo, en cada uno de esos momentos hemos sido capaces de reponernos y de construir algo útil y bello al mismo tiempo", señala Garzón.

Y fue en ese momento, apunta, cuando "sin las movilizaciones del 15M y sin la ruptura del tradicional sistema de partidos en 2014, las cosas hubieran sido muy distintas. Aquellos acontecimientos pusieron a IU en un inmenso aprieto, porque nuestra fuerza política encarnaba en gran medida los valores y principios que querían abrirse paso en nuestra sociedad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no éramos nosotros como fuerza política quienes rentabilizábamos electoralmente esas nuevas aspiraciones".

Un liderazgo "atropellado"

Un escenario político del que surgió, como él mismo denomina, su "atropellado liderazgo". Con Podemos como fuerza emergente y con unas elecciones generales donde muchos hubiesen querido "que fueran las últimas para IU". Ahora, echando la vista atrás, Garzón considera que "Izquierda Unida está hoy no sólo consolidada, sino que es una fuerza con un capital político imprescindible para el futuro de este país. La seriedad, la experiencia y la responsabilidad de IU es una garantía para nuestra sociedad, pero también es una herramienta fundamental para ensamblar nuestro tan complejo ecosistema de fuerzas de izquierdas. Ojalá todas estas fuerzas no olviden en lo venidero la importancia de una unidad bien construida. Y, a ser posible, tejida sobre la fraternidad y no sobre la simple y bruta correlación de fuerzas".

De este modo, tras cerrarse este jueves la investidura de Pedro Sánchez, Garzón no quiere irse sin dejar un aviso a navegantes del que pueden darse por aludidos, Podemos y Sumar (en plena guerra interna), así como todas aquellas formaciones que amenazan con retirar su apoyo a Sánchez si este no cumple con las cesiones comprometidas.

Ahora, Izquierda Unida deberá acometer un proceso de relevo. Todo apunta a que se nombrará una comisión temporal (con una o varias portavocías al frente), que será la que prepare la convocatoria en próximos meses de una Asamblea general, que es el órgano para elegir al coordinador.