Ábalos Meco, una vida 'a su manera': de su infancia entre muñecas a sus tres meses como maestro

José Luis Ábalos Meco (Torrente, Comunidad Valenciana, 64 años) creció en una casa de la calle Taquígrafo Marti del centro de Valencia que albergaba también la fabrica de muñecas hechas a mano que tenían sus padres. Penúltimo de siete hijas, su padre era el torero Heliodoro Ábalos, alias 'Carbonerito' por sus orígenes en el pueblo conquense de Carboneras de Guadazaón.

De él heredó la afición, que no el arte, como muestra su presencia en numerosas plazas y corridas de su Valencia natal y Madrid. Una vez, cuando era ministro de Fomento en funciones tras decaer el primer gobierno de Sánchez, el torero Román le brindó un toro en las Ventas durante la feria de San Isidro. "¡No te imaginas, maestro, lo mucho que significó para mí aquel brindis tuyo!", le escribió al diestro valenciano a modo de agradecimiento con forma de carta pública.

Estudió la formación básica en una academia privada hasta que tuvo que pasar al instituto Cid Campeador de la capital valenciana para continuar con BUP. En aquella época, cuando no asistía a clase, trabajaba en una tienda de souvenirs situada frente a la Plaza de Toros.

Decidió continuar estudiando y se matriculó en COU, el actual segundo de bachillerato, momento en el que pasó a ganar 'un extra' ayudando por las tardes en una gestoría. Según él mismo aseguró en entrevistas de hace años, lleva cotizando a la Seguridad Social desde el año 75. Pero dejaría de hacerlo fuera de la política por el resto de su vida pocos años después, en 1983.

Le gustaba la historia, pero se decantó por la enseñanza a las nuevas generaciones y apostó por la diplomatura de Magisterio. Consta que ejerció solamente tres meses en las aulas de primaria de un colegio de Cuart de Poblet y pidió una excedencia que le dura hasta hoy en día. También encadenó algún que otro trabajo que no tenía que ver con la docencia. En una empresa por la que pasó ejerció de 'cabecilla' sindical de sus compañeros durante un cierre de la patronal y acabó siendo el único con el que no contaron cuando pasó a ser otra empresa.

El gusanillo de la militancia política en el ala izquierda del espectro ideológico le llegó pronto y entró a formar parte de la Juventudes Comunistas en 1976. Dos años después, con la primera constitución democrática, pasó a engrosar las filas del PCE hasta 1981, momento en el que abandonó las lecturas de Mundo Obrero y las disertaciones marxistas en pisos clandestinos hasta arriba de humo entre acusaciones de estar al servicio de la socialdemocracia.

Y se marchó al PSOE valenciano al entender, según contó él mismo, que ya no veía con la llegada de la Transición en la ideología comunista la vía adecuada. Dos años después de afiliarse, en 1983, consiguió su primer cargo gracias a la política en la administración regional: fue nombrado jefe de Gabinete del delegado del Gobierno en la Comunidad y en el 88 pasó a ejercer idénticas funciones en el del consejero de Trabajo de la Generalidad Valenciana, Miguel Doménech. Un cargo que compaginó la mayoría del tiempo con el de Director de Cooperación Internacional de la administración regional hasta que entró como asesor en el grupo local de los socialistas.

A partir de 1999 y de 2003, respectivamente, se desempeño como parlamentario en las Cortes Valencianas y concejal del Ayuntamiento de Valencia en la oposición a José Luis Olivas, Francisco Camps y a Rita Barberá. En 2009 se estrena en Madrid como diputado en la Carrera de San Jerónimo, de donde no se ha movido 14 años más tarde.

Pero por lo que realmente es conocido a nivel nacional es su papel como la segunda máxima autoridad de Ferraz y ministro de Fomento y Transportes del primer y segundo gobierno de Sánchez hasta su cese en julio de 2021. Algunos medios informaron de que el líder del PSOE le llamó a Moncloa para comunicarle que dejaba de contar con él y le dijo "te tienes que ir, y sabes porqué".

Una universidad de Perú, la De San Pedro de Chimbote, le hizo doctor honoris causa. No es de extrañar que entre sus aficiones estén la cultura de este país y la de Colombia, además de bailes latinos como la bachata y la poesía.

En su declaración de bienes figuran un inmueble en Valencia situado en la avenida de la Constitución de la capital. En su momento aseguró tener otro en la urbanización Mas Camarena, pero en su última rendición de cuentas como diputado fechada del agosto de 2023 no figura.

También es propietario de un apartamento de algo más de 35 metros cuadrados en el madrileño barrio de La Latina. Su patrimonio lo completan dos locales comerciales en su región natal y un plan de pensiones privado.

Ha tenido tres parejas y cinco hijos. Su actual mujer, con la que se lleva 15 años, es Carolina Perles Miñana, la madre de los dos más pequeños. Una diferencia de edad entre su descendía que hace que el mayor de todos supere la cuarentena y haya alguno que no llega a la decena de años.

Están casados en gananciales, es funcionaria en excelencia de la Policía Municipal de Valencia y ha ocupado cargos en la dirección de una fundación, Fiadelso, de la que su padre fue secretario del patronato.

En 2016, durante la crisis en el PSOE que desalojó a Pedro Sánchez de la secretaría general, acató el mandato de la gestora de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, pese a él no estar de acuerdo y lo mostró, más tarde, apoyando a Pedro Sánchez en su regreso como líder ahora sí indiscutible de Ferraz. De hecho, fue él quien corrió con la responsabilidad de ejercer de portavoz de los socialistas en el hemiciclo durante la moción de censura de 2018 que les colocó en La Moncloa.

Ahora, con su etapa dorada en lo más alto de la política alejándose cada vez más, José Luis afronta su momento más duro, entre sospechas de corrupción, peticiones de dimisión de compañeros con los que compartió hasta Consejo de Ministros, y su escudero, Koldo García, como imagen de un escándalo de corrupción que amenaza con salpicarlo.