Agresiones

Puñaladas, patadas, mordiscos y amenazas: agredir a un funcionario de prisiones “sale barato”

Un profesional es agredido cada 21 horas y el Ejecutivo se niega a reconocerles como agentes de autoridad

Los graves cortes que sufrieron los funcionarios de prisiones y el material que usó el interno para agredirles
Graves cortes que sufrió un funcionario de prisiones y el material que usó el interno para agredirleTAMPMLa Razón

Los funcionarios de prisiones siguen siendo una cuenta pendiente para el Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska. Su abandono se refleja en el número de agresiones que sufren ante la pasividad de un Ejecutivo, que sigue sin otorgarles la condición de “autoridad”. Si en 2021 ya saltaban las alarmas por la ratio de agresiones (una cada 36 horas), las cifras de este año son todavía más preocupantes: cada 21 horas, un funcionario de Instituciones Penitenciarias es agredido. Puñaladas, golpes, mordiscos, amenazas... la agresividad de los ataques también es cada vez más preocupante, y así lo han hecho notar, una vez más, desde el sindicato de prisiones “Tu Abandono Me Puede Matar” (TAMPM).

Desde el sindicato han querido relatar algunos de los traumáticos episodios vividos por los funcionarios en las cárceles españolas, sólo en la última quincena del mes de noviembre, y dejar claro que la técnica del “avestruz” del Ejecutivo e Instituciones Penitenciarias no funciona.“Esconder la cabeza bajo la arena para no hacer frente a sus responsabilidades”no es la solución, a juicio de este sindicato, y mucho menos tomar “represalias” contra quienes tratan de sacar a la luz los “numerosos problemas y peligros” a los que se enfrentan estos profesionales

El pasado 25 de noviembre, en Pamplona, un interno del departamento de Ingresos se abalanzó sobre dos funcionarios con un pincho carcelario mientras gritaba: “Os voy a matar”. Ambos trabajadores terminaron en urgencias. Ese mismo día, en la prisión de Mansilla de las Mulas, un interno se negó a entrar en su celda y no dudó en utilizar la violencia contra dos funcionarios. A uno le mordió en una pierna, causándole una herida sangrante, y al otro le provocó un traumatismo. Según explican desde TAMPM, este preso ha protagonizado fuertes incidentes en otras prisiones. Tras ser puesto en libertad, en otra ocasión, llegó a quitarse la pulsera telemática e intentó, presuntamente, agredir sexualmente a una chica en Tarancón. Tras estos hechos fue detenido nuevamente e ingresó en la prisión de Cuenca, donde intentó cortar el cuello a un Jefe de Servicios de la misma.

Las “mentiras” de Marlaska

Estos casos ponen de manifiesto la impunidad con la que los funcionarios de prisiones son agredidos, ya que, al no ser considerados agentes de autoridad, agredirles les “sale barato” a los agresores, desde el punto de vista punitivo. Así lo han denunciado desde “Tu Abandono Me Puede Matar”, ya que esta reivindicación ha sido objeto de polémica desde hace años. Tanto es así, que no dudaron en acusar a Grande-Marlaska de guardar durante año y medio en un cajón la proposición de ley que les otorgaría la condición de agentes de la autoridad: “Es un inmoral que no duda en mentir abiertamente”.

El pasado 27 de noviembre, una interna del centro de mujeres de Alcalá se autolesionó. Cuando era conducida a la enfermería, agredió a la funcionaria que la acompañaba provocándole una lesión maxilofacial. Ese mismo día, relatan desde el sindicato, un interno prendió fuego a su celda en la prisión de Dueñas, en Palencia. Cuando los funcionarios acudieron a sofocar las llamas, se abalanzó sobre ellos, causando lesiones graves en el rostro a uno de ellos.

“Dos funcionarios para custodiar a un contingente de cien internos, sin más medios que un bolígrafo y un walkie y sin formación para desempeñar la labor de un bombero, de un psicólogo, de un policía, etc”. La situación de este colectivo de profesionales es insostenible, como manifiestan desde este sindicato, y a ello no ayuda la “política del buenismo” impuesta por los dirigentes de Instituciones Penitenciarias que “premian al que incumple y violenta las normas y que ignora al que las respeta”.