PSOE
El Congreso aísla a Sánchez por el Sáhara
Sánchez constata su falta de apoyos tras el giro en Marruecos y sus socios le avisan de su debilidad: «Se quedará solo»
Si el bloque de investidura resiste, no es por la confianza de los partidos que lo componen en el actual Ejecutivo de coalición. Esto ya lo han dejado claro en varias ocasiones a lo largo de la legislatura. Sino por el muro de contención que tratan de armar para evitar un gobierno alternativo liderado por el bloque de la derecha. Es por ello que cualquier movimiento del Ejecutivo es mirado por lupa por quienes facilitaron a Pedro Sánchez su investidura en 2020. No es la primera vez que sus aliados parlamentarios le recuerdan que cuenta con una mayoría muy exigua para gobernar y que debe «cuidar» al bloque progresista de la Cámara Baja. Y es que el Ejecutivo solo cuenta con 155 diputados asegurados para sacar adelante su agenda legislativa en el Hemiciclo y ahora, 35 de ellos, los de Unidas Podemos, muestran su rechazo frontal en política exterior, después de sumar varias discrepancias en el último mes a cuenta de la guerra en Ucrania. El resto de apoyos deben ser negociados «in extremis» cada semana. La votación de la reforma laboral fue la última foto que puso negro sobre blanco la delicadeza del bloque «Frankenstein».
Ha sido el apoyo del Gobierno a Marruecos con su plan autonomista para el Sáhara Occidental el que ha sublevado sobremanera al bloque de izquierdas y ha evidenciado la soledad del presidente del Gobierno. Ni sus socios directos en Moncloa, Unidas Podemos, ni sus principales aliados parlamentarios, ERC, Bildu, PNV, Más País y Compromís, respaldan el volantazo de Moncloa en política exterior y mandan recados directos al presidente del Gobierno. O rectifica o se quedará «muy solo». Fue el aviso principal que ayer trasladaron todos los grupos en el Congreso de los Diputados, que le acusan de tomar una decisión «unilateral» y «sin contar con nadie».
Una advertencia con la que los socios ponen en jaque la estabilidad del Ejecutivo y que apunta a una nueva discrepancia sin visos de resolverse. Las tensiones se recrudecen en un momento en el que el giro solivianta a Unidas Podemos, por lo que no podrá contar el Ejecutivo con su aval para intentar –como en otras ocasiones–mediar con los grupos para rebajar las tiranteces.
Así todos los socios aprovechaban las ruedas de prensa posterior a la reunión de la junta de portavoces en escenificar unanimidad frente al Ejecutivo por el Sáhara. Bildu pidió a Sánchez que «rectifique» este «insólito e incomprensible apoyo a Marruecos» y recriminó a Sánchez que no contara con el bloque de investidura para tomar esta decisión de transcendencia «¿En base a qué mayoría ha adoptado una decisión de tal calado». A su juicio es un «giro de 180 grados» en contra del «criterio mayoritario de esta Cámara, en contra de su propio programa electoral y de las resoluciones de la ONU». Para la portavoz, Mertxe Aizpirua, «no hay alternativa al bloque progresista» pero teme que sea el propio Sánchez quien se «aleje» de este bloque. «Quién se aleja es él mismo, con estas posiciones. El Gobierno tiene que tomar cartas en el asunto. Ser fiel a su pacto de gobierno, al programa electoral, a tantas cosas que a lo largo del tiempo se le van olvidando». Desde Más País, Íñigo Errejón tildó de «inmenso error» el cambio de postura sobre el Sáhara. «Las políticas de Estado no se cambian dando un volantazo sin informar a nadie», denunció para después vaticinar que si no hay un giro en los planteamientos del Gobierno, «la legislatura se le va a ir de las manos». En la misma línea el portavoz de Compromis, Joan Baldoví, avisó a Sánchez de que se quedará «muy solo en el futuro» y le pidió «cuidar» al bloque de izquierdas.
Las continuas discrepancias en el seno del Ejecutivo y que se trasladan al Congreso hacen pensar a los aliados que Unidas Podemos debería reflexionar sobre si debe o no continuar en Moncloa. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lideró este análisis. Cree que están «tragando demasiados sapos» en referencia a las continuas discrepancias y que deben analizar si son «más útiles» dentro o fuera de Moncloa. Es, de hecho, un juicio que también ha llegado al cuartel general morado y que deslizan en privado, aunque en público apuestan por continuar en Moncloa para tratar de orientar al PSOE en «medidas progresistas valientes». El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, calificó como «obvio» el cambio de postura sobre el Sáhara que el PSOE rechaza, pero a pesar de este nuevo choque, descartó que Podemos se plantee romper el Ejecutivo de coalición.
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