Caso Dina
Bousselham defiende la “confianza” que tenía en Iglesias para que él accediera a sus archivos
El exdirector de la Policía Eugenio Pino dice que a él personalmente no le entregaron una copia de la tarjeta, pero no niega que pudiera estar en las dependencias del Ministerio del Interior
La exasesora de Pablo Iglesias Dina Bousselham ha vuelto este martes a la Audiencia Nacional para la que se supone que será su última declaración ante el juez Manuel García Castellón en el marco del “caso Dina” y ha defendido que el exvicepresidente del Gobierno accediera a sus archivos por la “confianza” mutua. Bousselham ha explicado que no tiene nada que perdonarle porque de ella nunca ha salido una denuncia hacia su exjefe y las defensas le ha afeado que entonces por qué no actúa de la misma manera con los dos periodistas que están procesados por revelación de secretos, según fuentes presentes en la declaración. Por su parte, el que fuera Director Adjunto Operativo (DAO) Eugenio Pino en ese momento en la Policía ha aclarado que a él nunca se le entregó una copia, pero no ha descartado que pudieran tenerla otros funcionarios del Ministerio del Interior.
Desde que el pasado 27 de enero de 2021 el Tribunal Supremo devolviera el caso a García Castellón -cuando éste solicitó imputar al entonces vicepresidente del Gobierno por delitos de daños informáticos y revelación de secretos- había un mandato claro: Bousselham tenía que ser llamada a declarar una tercera vez. También lo dijo meses más tarde la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional porque para incriminar a Iglesias en estos delitos ella, que es la afectada, tiene que querer.
Pero el juez ha querido esperar hasta el final de todo, cuando la instrucción ya está acabada para hacerlo. Bousselham ha vuelto a dar una versión más sobre qué ocurrió con la tarjeta que le fue sustraída en un Ikea de Alcorcón, en un robo de su móvil, y que ella acabó recuperando de mano de Iglesias. Cuando éste se la devolvió sí pudo acceder una primera vez, dijo. Concretamente la metió en un tarjetero de su pareja -Ricardo Sa Ferreira, que también ha declarado hoy en calidad de testigo- y comprobó algunas fotos suyas familiares y de estancias en el extranjero. Algunas defensas le preguntaron que si tanto interés tenía en esa tarjeta por qué no sacó una copia. Pero lo cierto es que no lo hizo y que, según su versión, la siguiente vez que quiso comprobarla ya estaba inservible. En medio hubo una mudanza, aclaró, y creen que la guardaron en una caja.
Una de las claves de esta declaración estaba en si iba a “perdonar” a su exjefe que tuvo la microSD personal de ella en su poder durante meses y si iba a hacer lo mismo con los dos periodistas que están imputados porque la guardaron y luego se la dieron al comisario José Manuel Villarejo. Bousselham ha explicado que ella no tiene nada que perdonar porque nunca ha querido incriminar a Iglesias. Que aquí los perjudicados son ellos dos, de hecho, y que la actuación de los periodistas había sido “machista” por haber entrado en su contenido personal.
Si se refiere así a ellos, entonces por qué no al resto de las personas que tuvieron la tarjeta, le vino a decir el juez refiriéndose al exvicepresidente. Pero Bousselham no lo ve igual porque ella tenía permiso para acceder a su tablet, por ejemplo, y él, por tanto, podía en base a la “confianza” que se tenían acceder a lo de ella.
Antes de llegar al punto de este martes, el magistrado quiso recibir un informe de la Policía en el que se habían colocado todas las expectativas para ver si se podía determinar quién tuvo el último acceso al dispositivo, cuándo se produjo éste y quién terminó por romper la microSD. Todas estas incógnitas quedarán en el aire después de que nadie haya sabido contestarlas. Dos peritos han detallado con todo lujo de detalles cómo se diseccionó. Hay dos cristales y solo pudieron acceder a uno, pero aun llegando a los dos, haber sacado la información de ahí habría sido complicado. Máxime aquella referente a quién y cómo se destruyó, que es todavía más compleja de determinar que el mero hecho de recuperar lo que había dentro. Así que es imposible determinar si quiera si se destruyó de forma maliciosa.
La operación conjunta entre los agentes de la Unidad Científica y los trabajadores de Samsung fue decepcionante. Nada, ni una sola conclusión se pudo sacar entonces y tampoco se han aclarado este martes.
Algo que, sin embargo, le reprochó Pablo Iglesias en un escrito. Para el exvicepresidente, García Castellón puso el foco sobre él cuando lo que realmente tiene que investigar es si existió una operación parapolicial para espiarlo cuando Podemos era un partido recién nacido. ¿Cómo fue robada la tarjeta de su exasesora y luego la tenían unos periodistas? ¿Por qué Villarejo la terminó guardando en su casa? ¿Esto se organizó desde la Policía?, se pregunta Iglesias. Algunas de las respuestas que también quedan en el aire porque el magistrado le ha denegado avanzar en esta senda.
Bousselham ha vuelto a reconocer que fue ella la que hizo capturas de algunas de las conversaciones con Iglesias y que las mandó a chats internos de Podemos, pero de ahí no sabe cómo llegaron luego a la prensa.
Pino reconoce investigaciones a miembros de Podemos
El magistrado también había citado este miércoles al que era máximo cargo dentro de la Policía. Eugenio Pino ha reconocido que existían investigaciones en curso a miembros de Podemos. No al partido como tal, pero sí a personas físicas. Cuando le han preguntado a quién, Pino ha solicitado la venia del juez para decir los nombres. García Castellón se la dio, así que el entonces DAO aclaró que estaban investigando al propio Iglesias, a Juan Carlos Monedero y a Jorge Verstrynge.
Ante la insistencia de los abogados de los periodistas en saber si la Policía tuvo alguna investigación abierta por esta tarjeta, Pino aclaró que en sus dependencias trabajan más de mil policías y a él personalmente nunca le dieron un pendrive con la copia, pero no es descartable que se llevara a las dependencias policiales y se distribuyera a alguna de las unidades investigadoras.
Para los periodistas procesados este relato es muy importante en su defensa porque ellos necesitan demostrar que si dieron la copia a Villarejo fue porque éste vino en calidad de Policía. Si bien, la insistencia de Bousselham en que sí se indague en esta línea no ayuda a que se les exima del delito de revelación de secretos.
Pino explicó que si tanto interés tenían en conocer las investigaciones policiales a Podemos podían solicitarlas porque todas están en el GATI que es el sistema interno donde graban las líneas indagatorias que ponen en marcha.
Las vías del caso
Ahora que Iglesias ya no forma parte del Congreso, el propio instructor sí podía haberlo citado en calidad de imputado y una de las acusaciones del caso así lo solicitó. En cambio, el magistrado decidió no hacerlo porque entiende que no hay indicios suficientes ni diferentes a los que él envió al alto tribunal cuando la causa dio un vuelco. El hecho de no haber prorrogado la instrucción es la muestra de que la intención de García Castellón ya no es perseguir a Iglesias en el “caso Dina”.
Las vías que quedan, por tanto, pasan por que sean procesados los que ya lo están, es decir, Villarejo y los dos periodistas para enviarlos a juicio oral o, bien, que el magistrado finalmente termine por archivar esta pieza número 10 del macrocaso. Si bien esta última opción parece la menos probable, ya que ha intentando procesarlos en anteriores ocasiones que la Sala ha terminado por revocar. Y, si el juez así lo viera, podría enviar el hecho concreto del robo al juzgado que le correspondiera por el territorio en el que se produjo el mismo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar