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Crisis

El PP “calienta” el congreso nacional para poner orden interno

Ayuso seguirá en la Presidencia de Madrid aunque la expulsen del partido

Génova ha encontrado ya una justificación para posponer, sin límite de plazo, el congreso del PP de Madrid, en el que, de celebrarse ahora, no hubiera tenido manera de evitar que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, fuera la candidata más votada por la militancia y se asegurase, así, el control del partido regional. La razón es el choque, ya a muerte, entre Pablo Casado y la presidenta a raíz de la acusación de corrupción que le han lanzado desde la cúpula popular. «La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar en España y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas». Éste es un tuit oficial del PP,el resumen elegido por Génova de las declaraciones que ayer hizo Pablo Casado en la Cope contra el hermano de Ayuso. El PP interpretó, lógicamente, que buscaba ser el golpe más dañino contra la presidenta madrileña, más que los que le lanzan desde el bloque de la izquierda, que justo ayer, cuando Génova redobló su pulso a Ayuso, presentó en la Fiscalía Anticorrupción una denuncia para que se investigue el contrato entre la Comunidad de Madrid y la empresa del conocido de la presidenta, por el que luego cobró una comisión su hermano. Ella aclaró en un comunicado que su hermano recibió exactamente 55.850 euros de la empresa a la que el Gobierno regional adjudicó un contrato de un millón y medio de euros por comprar mascarillas en el mercado chino. Del resto de facturas no dio cuentas porque «no tienen relación con la Comunidad de Madrid y mi hermano tiene derecho a su privacidad».

Casado apuntó a la necesidad de «ejemplaridad» para justificar la ofensiva abierta desde la dirección nacional para obligar a Ayuso a dar un paso atrás, y ante el supuesto de que la denuncia en la Fiscalía acabe no teniendo recorrido judicial. También insistió, en varias ocasiones, en la posible imputación de la presidenta, que es la salida que facilitaría al PP su objetivo de que Ayuso se retire de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, además de haber perdido la oportunidad de tomar el control del partido regional. Pero antes de que se pronuncie la Fiscalía queda un largo camino, y lo que más preocupa en estos momentos a la estructura del partido es que esta crisis se enquiste en el tiempo y provoque una sangría a toda la organización popular. Los Estatutos del partido abren la puerta a que Ayuso pueda ser expulsada del PP bajo la acusación de «manifiesta deslealtad al partido, a sus órganos de gobierno y representación, entendida ésta como toda acción u omisión voluntaria que pueda perjudicar el interés general del partido».

En teoría, tienen esta apuerta abierta para echarla de la organización popular, aunque en las baronías advierten que, sin más hechos en su contra, entenderían que a día de hoy esto es un «atropello». Por tanto, Génova tiene que medir los pasos que da contra Ayuso y también la reacción que pueden provocar dentro de sus cuadros de mando.

Entre bambalinas han empezado los movimientos para intentar activar la celebración de un congreso nacional que sirva para poner orden al partido y tomar un impulso ante su mayor crisis interna en décadas. Cargos públicos y militantes miran hacia Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno, mientras los presidentes autonómicos miden sus tiempos y, a su vez, dan tiempo a Génova para que explique las informaciones sobre el supuesto espionaje al entorno de la presidenta, que Casado presentó ayer como una maniobra inventada desde Sol a pesar de que le haya costado el puesto a Ángel Carromero, uno de sus peones en el Ayuntamiento de Madrid. Los barones están también a la espera de ver en qué quedan las duras acusaciones de Génova contra Ayuso. Desde el ámbito territorial están metiendo presión sobre la dirección nacional, pero ésta, a su vez, se blinda por la vía de utilizar el aparato sin complejos. Hay una línea roja que es la que marcará hacia dónde se inclina la balanza: «un presidente que acusa de corrupta a su principal presidenta autonómica sólo se puede salvar si tiene pruebas sólidas de su acusacion». Con la excusa de esta crisis, igual que han hecho con el congreso regional, Génova también puede retrasar la convocatoria del cónclave nacional previsto para antes del verano. Pero ese congreso tendrá que celebrarse antes o después y ahí es donde la actual cúpula medirá sus fuerzas y sus apoyos reales para mantener el control del partido. Hasta que estalló esta crisis en Madrid nadie en el PP dudaba de que Casado era el «caballo» elegido para ir de candidato a las próximas elecciones generales, incluso con independencia de que las autonómicas y municipales no salieran tan bien como aparecía en el plan diseñado en Génova. En Sol dicen que Ayuso no se retirará de la Comunidad de Madrid, ni aunque la expulsen del partido. Casado ha llegado tan lejos que su liderazgo es incompatible con la continuidad de Ayuso en el PP.