Caso Tándem
Las grabaciones, las entradas y registros y las agendas: todo lo que Villarejo pretende anular
El comisario denuncia una “investigación prospectiva” fabricada exclusivamente para destruirlo
Habrá Villarejo para rato. Esa es una de las únicas cosas claras que se ha podido sacar este lunes de la nueva sesión del juicio sobre tres de las piezas del caso Tándem. El Tribunal ha explicado que en enjuiciamiento de Iron, Land y Pintorse extenderá al menos hasta abril de 2022. Entretanto, todas las defensas intentan echar por tierra la instrucción del caso: que las grabaciones están troceadas, que las agendas no se han repartido y que las entradas y registros fueron ilegales. Y el comisario, José Manuel Villarejo -que pretendía hablar durante la sesión pero la magistrada Ángela Murillo no lo dejó- añadiendo nuevos nombres a su lista infinita de contactos como el de la vicepresidenta del Congreso, Gloria Elizo.
“Un cacahuete andante” dijo ser el propio comisario ante los micrófonos que le esperaban en la sede de San Fernando de la Audiencia Nacional. Ataviado con traje, corbata azul cielo, su tradicional boina y una bolsa de tela de color negro, Villarejo, que no da puntada sin hilo, explicó que no tenía intención de echar a Podemos de la causa (si bien luego su abogado sí lo solicitó durante el juicio) y reveló que había trabajado con Elizo a la que había pagado honorarios. Ella lo negó en su cuenta de Twitter: “No tengo el dudoso gusto de haber conocido al señor Villarejo en mi vida”.
Una vez dentro era tiempo de cuestiones previas. Todas las defensas se centraron en desacreditar las pruebas, así como de deslegitimar a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para el enjuiciamiento. Al no haber acusación de organización criminal en ninguna de estas tres piezas, las defensas creen que el asunto debería llevarlo un juzgado penal ordinario o bien, haber llevado a juicio la primera de todas las piezas (King) que es donde puede acreditarse este delito que justificaría la competencia del órgano. Pero “la pieza King ha quedado ahí muerta”, dijo el letrado del comisario Antonio García Cabrera en su denuncia sobre la creación ‘ad hoc’ del escrito que dio pie a abrir la investigación. “Es imposible juzgar aquí al señor Villarejo aisladamente porque sería la mayor indefensión e injusticia que se podría cometer”.
Y detrás de éste siempre señalan la mano del CNI. “Una causa absolutamente loca” orquestada para “destruir a Villarejo”, expusieron, volviendosobre la idea de que todo el mundo sabía quién era él, las empresas que tenía y que éstas, además, servían al Estado. El letrado se esforzó en remarcar que ya hubo investigaciones previas, empezando por la de ‘El Pequeño Nicolás’ y siguiendo por una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción que se remitió a la Fiscalía Provincial, en las que Villarejo estuvo en la diana. Ninguna de ellas llegó a nada. Entonces, ¿por qué ahora sí?, se preguntó.
La defensa trató de hacer que la Sala reconsiderara su decisión sobre las agendas porque cómo puede ser que una persona se quede sin las notas personales de toda su vida. “Algo tendría Villarejo cuando todo alrededor de su vida a sido declarado secreto”, insinuó el letrado. Sobre esto, sobre lo declarado secreto también se quejó: no puede ser que el juez decida lo que es secreto de Estado y lo que no. “Hay que distinguir lo que es secreto del Estado como comunidad y el secreto de estado como dirigentes”. Porque, más bien, lo que se está intentando tapar es a personas concretas y no ningún tema que afecte la seguridad del país, vino a decir. “Cuando afectaba a Dolores Delgado se actuó de inmediato”.
Las grabaciones
Uno de los ejes centrales de todas las defensas fueron las grabaciones. La de Villarejo se adhirió a lo que dijo el abogado del exjefe de la Unidad de Apoyo Central Operativa (UCAO) de la Policía, Enrique García Castaño. El comisario grababa en condición de policía y los audios que constan en la causa se produjeron cuando éste estaba en activo. En este sentido, no se trata de una conversación entre dos particulares, en cuyo caso si uno de los intervinientes la hace pública no pasa nada, sino que la jurisprudencia lo analiza con un criterio especial. Al ser Villarejo un funcionario público el interlocutor tiene una situación inferior, que puede derivar en una “provocación delictiva”.
Esto en el caso de que fuera como Policía, pero si no lo hiciera con este cargo, lo haría como el de abogado y eso, a ojos de la defensa de García Castaño, es todavía peor. Hacer públicas las grabaciones entre un abogado y otras persona supone un delito de revelación de secretos.
Por no hablar de que las grabaciones están troceadas, dicen, y que solo les llegan los fragmentos que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía quiere poner. Si no tienen acceso íntegro al espectro de audio, cómo saben que no hay otras partes que son exculpatorias pero que no pueden utilizar, se preguntan.
La Kitchen, sí y la Operación Cataluña, no
“¿Por qué la Operación Kitchen se investiga y la Operación Cataluña, no?”, preguntó directamente al tribunal el letrado de Villarejo. Para el comisario no tiene sentido que el juez deje fuera de la lupa judicial todo lo referente a la actuación en Cataluña los años previos al procés y, en cambio, sí se meta a indagar en lo sucedido con el espionaje a Bárcenas por parte de la policía. “La Operación Cataluña es la continuación de Kitchen”, aclaró.
La sesión empezó tarde y acabó tarde. Estaba prevista que se alargara solo la mañana, pero cuando llegó el turno del letrado de Villarejo ya eran las dos y advirtió de que no se equivocaba si decía que le quedaban tres horas para hablar. La magistrada Murillo suspendió entonces la sesión para comer y coger fuerzas. El abogado no se equivocaba. Más de tres horas por la tarde en las que ni siquiera se terminaron las cuestiones previas que se retomarán el próximo 26 de noviembre.
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