Testigos
Al juez del “caso Ghali” se le complican las declaraciones de las jefas de gabinete de Carmen Calvo y Marlaska
El juzgado de Madrid desde donde Valldecabres debe testificar el lunes está de guardia ese día, mientras que la alto cargo de Interior fue emplazada para entregarle la citación pero no compareció
Las declaraciones de la que fuera jefa de gabinete de la ex vicepresidenta Carmen Calvo, Isabel Valldecabres, actual directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y de Susana Crisóstomo, responsable de gabinete del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se le complican al juez que investiga la entrada de Brahim Ghali.
Rafael Lasala, titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, tiene intención de tomarles declaración como testigos el próximo lunes (ambas por videoconferencia), pero no parece que lo vaya a tener fácil. Según una diligencia del letrado de la Administración de Justicia de Lasala al que ha tenido acceso LA RAZÓN, la testifical en la fecha señalada de Valldecabres -que el instructor considera clave antes de decidir si cita como imputada a la propia Carmen Calvo- está ahora mismo en el aire.
Y es que según ese escrito del pasado jueves, desde el Juzgado de Instrucción número 39 de Madrid (el que por exhorto se fijó para que compareciese de forma telemática) se ha comunicado por fax y correo electrónico al juzgado que dirige Lasala que “ese día están de guardia” y “no se hacen videoconferencias, por lo que tendremos que fijar otra fecha para que se pueda llevar a cabo”.
En cuanto a Crisóstomo -que debe testificar desde la sede del Juzgado de Instrucción número 45 de la capital de España-, el secretario judicial de Lasala deja constancia en ese diligencia de que desde el juzgado madrileño se ha puesto en su conocimiento que “se le mandó un burofax” para entregarle en mano la citación el pasado día 4, pero “no se presentó en sede judicial, por lo que el secretario de dicho juzgado dijo que se le mandara otro para su citación” el próximo lunes. Eso sí, deja claro que al no haberse procedido a la citación presencial “habrá que esperar a ver si se presenta”.
Fuentes del Ministerio del Interior aseguran sin embargo a este periódico que Crisóstomo no ha recibido ninguno de esos dos burofaxes y, tras recalcar su absoluta disposición a colaborar con la Justicia, muestran su sorpresa por el hecho de que su conocimiento de los motivos que sustentan esa citación judicial para testificar se limita “a lo que se ha publicado en los medios de comunicación”.
La llamada a Villarino preguntando por Ghali
El instructor quiere interrogar a la actual directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para que aclare quién le instó a llamar el pasado 15 de abril (tres días antes de la llegada del líder del Frente Polisario a nuestro país, una acogida por razones “humanitarias” que desencadenó una grave crisis diplomática y migratoria con Marruecos que aún supura) a Camilo Villarino, entonces jefe de gabinete de la ministra de Exteriores Arancha González Laya, también imputada, para preguntarle si sabía algo de la llegada de Ghali.
Fue precisamente esa declaración de Villarino la que también acarreó que el juez quiera escuchar a la jefa de gabinete de Marlaska, en su caso respecto a la llamada que efectuó a Villarino el 23 de abril en la que le trasladó que la Policía Judicial había recibido una orden de la Audiencia Nacional de localizar a Ghali, investigado en dos causas por delitos de genocidio, torturas y detención ilegal (una de ellas sería archivada tras la declaración del líder polisario ante el juez el 1 de junio).
Lasala también quiere esclarecer si Interior estaba al corriente de la llegada de Ghali y si se escoltó la ambulancia en la que el líder polisario fue trasladado de Zaragoza a Logroño, así como si en el hospital San Pedro le estaban esperando agentes.
La petición a Interior del jefe de gabinete de Laya
En su declaración como investigado del pasado 13 de septiembre, el diplomático también hizo referencia a la supuesta intervención de Interior en la salida de nuestro país de Ghali la madrugada del 2 de junio, cuando una avión que despegó del aeropuerto de Pamplona le trasladó de vuelta a Argelia.
Según la versión de Villarino, el mismo 1 de junio contactó con la directora de gabinete de Marlaska (tras cerciorarse de que Ghali ya había declarado ante el juez Santiago Pedraz por videoconferencia y “es libre de irse”) para que “le faciliten una pequeña escolta a la ambulancia que le va a llevar a Pamplona”. En esa conversación, recalcó al juez, le pidió “expresamente” que le sometiesen a un control de documentación.
Y es que tras tener conocimiento de que el líder polisario se había registrado en el hospital San Pedro de Logroño con documentación falsa (a nombre de Mohamed Benbatouche, que según se ha sabido ahora fue expedido el mismo 18 de abril), Villarino quiere “que quede constancia de que va con su pasaporte diplomático que tenía cuando llegó”.
El diplomático hizo referencia a su “estupefacción y enfado” cuando se enteró de que Ghali regresó a su país sin exhibir documentación alguna” (al tener conocimiento de que la Brigada de Extranjería de Navarra informó de que había asegurado que no tenía documentación).
Según sus gestiones, dijo, le explicaron que esa documentación “la llevaba su hijo” dado que Ghali “no podía levantar el brazo” dado su frágil estado de salud.
Villarino atribuye la negativa del líder del Frente Polisario a exhibir su pasaporte a su “enfado” porque le hayan hecho declarar ante el juez, “a mí que soy un jefe de estado”, una contrariedad ante la que habría optado a cerrarse en banda al considerar que no tenía “que enseñar nada”.
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