Atrapados en Marruecos
“Ha sido una pesadilla de viaje, no sabíamos cuándo podríamos volver”
Regresan a España 1.150 turistas de los cerca de 4.000 que han quedado varados en Marruecos por la suspensión de vuelos
Ángela, Mamen y Yolanda pensaron que sería una buena idea salir de Madrid, por fin, y pasar unos días de viaje por Marruecos en Semana Santa. Pero el régimen alauí tenía otros planes que convirtieron lo que debía ser una liberación en una pesadilla. Horas después de llegar a Tánger el pasado lunes, se enteraron de que Marruecos suspendía los vuelos con España y Francia al día siguiente y de manera indefinida. Una medida enfocada a evitar la importación masiva de casos de Covid-19 de cara al Ramadán que comienza el próximo día 14 y que llegó inesperadamente: “Sentimos una impotencia enorme, acabábamos de llegar y nos pusimos de los nervios. Empezamos a mirar vuelos a la desesperada a ver si podíamos volver rápido”.
Les entró tal pánico de no poder regresar que acabaron barajando comprar un billete por dos mil euros y varias escalas. Finalmente, se enteraron por el Consulado que la Embajada española iba a fletar un barco desde Tánger a Algeciras a las dos de la tarde de ayer y trataron de conseguir billetes sin éxito. Las tres se quejan de que aún están esperando que la compañía Balearia les confirme las plazas.
Finalmente, un conocido les informó de que Iberia iba a hacer un vuelo especial de repatriación en la tarde de ayer y lograron hacerse con uno de los 348 asientos. En un principio, la aerolínea había programado un avión de 200 plazas, pero para que pudiera regresar el mayor número de personas se decidió cambiar a un Airbus A350. Poco antes de las siete y media de la tarde, las tres amigas tomaron por fin tierra en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas.
El caso de estas tres mujeres no ha sido el único. La decisión de Rabat pilló por sorpresa a los cerca de 4.000 turistas españoles que habían puesto rumbo a Marruecos ante la incapacidad de moverse en suelo español. Las restricciones publicadas en el BOE de cara al puente de San José y a la Semana Santa no afectaban a los vuelos internacionales, aunque la confusión campó a sus anchas en los días previos a la operación salida.
Cuenta Ángela que ellas nunca se plantearon “que nos dejaran entrar a Marruecos, pero no salir. Es totalmente absurdo, una pesadilla. Si lo hubiéramos sabido, no venimos”. La semana de viaje la han pasado estas amigas buscando wifi allá donde iban para tratar de salir lo antes posible de un callejón sin salida. “Hemos pasado mucha angustia, apenas hemos disfrutado de nada. No queríamos hacer fotos ni entrar a los sitios. La incertidumbre era enorme, te dabas contra una pared y no sabíamos cómo iba a acabar la cosa”, asegura. Afirma que su mayor temor era que quedaran atrapadas y no llegaran a tiempo para acudir a su trabajo o a cuidar de sus niños (entre las tres juntan siete hijos): “Nos poníamos a llorar y a pedir ayuda suplicando a todo el mundo”.
Al vuelo especial se sumó también ayer un ferry desde Tánger a Algeciras con 800 personas a bordo. Fue una travesía tensa en la que “la gente estaba muy nerviosa, nos agolparon a todos sin la distancia de seguridad”, según declaró a este diario una persona que viajaba en él. En total, fueron repatriados 1150 españoles en la jornada del domingo y mañana la Embajada fletará otro barco con una capacidad similar, en esta ocasión de la compañía Trasmediterránea, y un segundo vuelo de Iberia también desde Casablanca. Al cierre de esta edición, este periódico pudo saber que habrá otros dos vuelos más los días 7 y 8 de este mes. El coste de los billetes, tanto de avión como del barco, son asumidos por el ciudadano que viaja, una circunstancia que ha encarecido la estancia de miles de turistas.
En declaraciones a LA RAZÓN, otras tres españolas que volaron ayer a la capital se quejan de que este contratiempo les ha encarecido el viaje “en unos 600 euros porque, además de los 232 euros del billete, luego tenemos que pagar una noche de hotel en Madrid y un tren AVE a Barcelona”. Begoña no entiende tampoco las declaraciones de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que la semana pasada responsabilizó a los viajeros de las consecuencias: “Hemos venido de forma legal, con nuestro PCR negativo, si no se puede hacer algo entonces el Gobierno debería prohibirlo. Si la ministra quiere criticar las acciones de los ciudadanos, que antes modifique el decreto ley”.
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