Caso Villarejo
Las claves del “caso Kitchen”
La investigación judicial detalla cómo se llevó a cabo la operación de espionaje a Bárcenas para sustraerle documentación comprometedora para el PP sobre la “caja B”
Tras levantarse hace una semana el secreto del “caso Kitchen" por parte del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, las diligencias han dejado al descubierto las principales claves de la investigación judicial. Estos son algunos de sus aspectos más significativos:
¿Qué se investiga en “Kitchen”?
En esta pieza del prolífico “caso Tándem” (que ya acumula más de una veintena de ramificaciones) se investiga una supuesta operación parapolicial de espionaje a Luis Bárcenas y su mujer, Rosalía Iglesias, al menos entre 2013 y 2015, para sustraer al ex tesorero del PP documentación comprometedora para la formación relativa a la “caja B”.
¿Qué políticos hay imputados?
Hasta el momento, solo está imputado el ex secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior Francisco Martínez, que se acogió a su derecho a no declarar en las dos ocasiones en las que el juez Manuel García Castellón le citó como investigado esgrimiendo que la causa estaba secreta (ya no lo está desde que el instructor levantara el secreto el pasado día 7). La Fiscalía Anticorrupción cree que el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también estaba al corriente de la operación, y ha solicitado su imputación, como la de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal -que según los fiscales tendría un “interés personal” en recuperar esos papeles porque le afectaban tanto a ella como a dirigentes del partido- y la de su marido, el empresario Ignacio López del Hierro.
Los informes policiales apuntan igualmente que el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conocía la operación para sustraer a Bárcenas la documentación sensible para el PP, pero Anticorrupción no ha solicitado su imputación por estos hechos.
¿Cómo se llevo a cabo la operación de espionaje?
Según Anticorrupción, el encargo fue asumido por el Ministerio del Interior a través de la Secretaría de Estado de Seguridad y fue encomendado a la Dirección Adjunta Operativa (DAO), al frente de la cual estaba el comisario Eugenio Pino.
¿Cómo se captó al chófer de Bárcenas para conseguir la documentación?
El primer intento, a cargo del comisario Enrique García Castaño, en esas fechas jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), resultó infructuoso. Entonces entra en escena el comisario Villarejo, quien finalmente se asegura la colaboración de Sergio Ríos, chófer de Bárcenas y su esposa, para que localice el “zulo” donde el ex tesorero guardaría esos documentos.
¿Qué recibió a cambio como recompensa?
Una contraprestación de 2.000 euros mensuales, camuflados en concepto de “asesoramiento” en cuestiones de “prevención y seguridad” más gastos (fundamentalmente en restaurantes y transporte), y la promesa de ingresar en la Policía, lo que finalmente se produjo.
¿Cuándo dinero se pagó al chófer con fondos reservados?
En total, 53.266 euros repartidos en 25 pagos entre julio de 2013 y febrero de 2014. Además de la asignación mensual, consta la compra de una pistola por 700 euros y un ordenador y diverso material informático (1.905 euros) para volcar los datos obtenidos de los dispositivos de Bárcenas.
¿Cuántos agentes se utilizaron en el espionaje a Bárcenas?
Según la documentación incorporada a las diligencias, un total de 71.
¿Qué documentación se le sustrajo finalmente al ex tesorero del PP?
El botín consistió en documentos manuscritos de Rosalía Iglesias (anotaciones que efectuó en sus visitas a prisión a Bárcenas sobre cuestiones claves sobre la “caja B” del PP) y en información digital grabada en un disco duro procedente de dos móviles del ex tesorero.
¿De dónde proviene el nombre de la operación?
De uno de los sobrenombres con los que se conocía al chófer de Bárcenas, “cocinero”, además de “K2”.
¿Con qué apodo se referían los investigados a Rajoy?
En todo momento se refieren a él como “el asturiano” o el “barbas”.
¿Qué otros apodos utilizaban?
A Cospedal se refieren como “Cospe”, y a su marido, López del Hierro, como “polla”. “Choco” o “Paco” es Francisco Martínez y “pequeñita”, la entonces vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáez de Santamaría. En cuanto a los mandos policiales, el comisario García Castaño es “Gordo”, “Big” o “Talla”, el entonces inspector jefe Andrés Gómez Gordo (que fue responsable de Seguridad de Cospedal) “Cospedín” o “Andy” y el ex director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) José Luis Olivera es “Pepelu” u “Oli”.
¿Cómo justifican los ex mandos policiales investigados los seguimientos a Bárcenas?
Formalmente, el objetivo era “la obtención de información que pudiera conducir a los investigadores a la localización del patrimonio que eventualmente pudiera esconder Rosalía Iglesias y su marido Luis Bárcenas o la identificación de las personas que hubieran podido colaborar con los mismos para tal fin”. Es decir, se justifica en la búsqueda de indicios de una operativa de blanqueo por parte del ex senador. Pero en realidad, lo que se pretendía desde Interior era -según concluye un informe de Asuntos Internos de enero del pasado año-, era “la localización de documentos en poder de éste (Bárcenas) relacionados con el objeto del procedimiento judicial” en el que se investigaba la financiación del PP, utilizando al chófer como “agente encubierto”, con el fin de “apoderase de los mismos y sustraerlos a la investigación judicial en curso”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar