Caso Pujol
«El “capo“ ha sido siempre Jordi Pujol. No daban un paso sin que él lo autorizara»
Victoria Álvarez, ex novia del primogénito del ex president, que con su denuncia en 2012 puso en marcha la investigación a la familia Pujol, recuerda que tras dar ese paso "tenía una vida y desapareció"
Denunció a la familia Pujol ante la UDEF en diciembre de 2012, poniendo en jaque al ex presidente de la Generalitat. Casi ocho años después, la Audiencia Nacional está a un paso de sentar en el banquillo al todopoderoso clan por organización criminal y blanqueo. Victoria Álvarez, ex novia de Jordi Pujol Ferrusola, habla para LA RAZÓN tras conocerse el auto del juez José de la Mata.
–¿Qué supone para usted el auto de la Audiencia Nacional?
–Estoy muy contenta, porque han sido ocho años de una lucha bastante complicada y de darlo todo por esta causa sin ningún tipo de ayuda. Muy tranquila porque poder creer en la Justicia es necesario.
–¿Sintió que se daba credibilidad a su testimonio o tuvo la impresión de que pensaban que actuaba por despecho?
–Sí, sí, al principio no se tomó muy en cuenta, pero jamás he tenido esa sensación. Cuando te metes en un tinglado así sabes que no te van a tomar en serio, pero la gente que me conoce sabe cómo soy y eso es lo que me importa. Me cabreaba bastante porque me llamaban la ex amante y me enfadaba al principio, pero a mí lo que me importaba era que se investigara. ¿Crees que por despecho me voy yo a la Audiencia Nacional a denunciar a esta familia?
–¿Está satisfecha de la actuación judicial?
–De la Mata se lo tomó muy en serio y ha hecho muy buen trabajo, pero cuando declaré ante el juez Ruz la Policía le pidió hacer un registro y dijo que no. Si se llega a hacer van todos a la cárcel, porque tenían tal cantidad de efectivo...
–¿Echa algo de menos en las 509 páginas del auto del juez De la Mata?
–No me ha dado tiempo de leerlo. Quiero leérmelo tranquilamente Pero aparte del juicio, lo importante es que la gente sepa quiénes son y qué han hecho en Cataluña, y que el pueblo les juzgue.
–¿Y qué han hecho?
–Mientras le nombraban español del año, Jordi Pujol estaba diseñando el Plan 2000, que es el germen del proyecto independentista, una herencia que va a ser más difícil de borrar. La independencia no consistía mas que en repartirse Cataluña entre varias familias para hacer lo que estaban haciendo ellos. Aquí no hay ningún Estado opresor. ¿Sabes la cantidad de miles de millones que supuestamente nos han robado con este asunto?
–Durante estos años, ¿se ha puesto en contacto directa o indirectamente algún miembro de la familia Pujol para intentar disuadirle?
–No. Nunca.
–¿Y si hubiera sucedido?
–Vendible no era. Ya se intentó y salí pitando cuando quise dejar a Jordi. «Me das más miedo que una pedrada», me solía decir.
–¿Cómo cambió su vida su denuncia contra una de las familias más poderosas e influyentes de Cataluña?
–Yo tenía una vida y desapareció. Perdí muchísimos amigos, pero también gané otros. Sabía donde me metía y sé el daño que se ha hecho a mucha gente que ha intentado defenderme. Me he encontrado montando una empresa y viendo que los bancos me negaban abrir una cuenta.
–¿En algún momento ha sentido que estaba en riesgo su seguridad?
–Sí. Muchas veces, porque me ha seguido la Policía, los Mossos, Método 3. Tremendo. Tenía adjudicados a una serie de policías hasta que me quitaron la protección, que era la única ayuda que tenía. Pero la Policía se ha portado muy bien conmigo y sigo teniendo sus teléfonos para llamarles en cualquier momento, algo que tuve que hacer al recibir cartas amenazantes, mensajes de todo tipo, insultos, o al ver que me seguían.
–¿Está dispuesta a testificar en el juicio delante de toda la familia Pujol?
–Por supuesto. Si necesitan mi testimonio lo tendrán. Ya veremos si delante de ellos o no... (ríe) Es que me estoy imaginando la situación. Va a ser dura... Hasta ahora no me lo había imaginado.
–¿Puede Jordi Pujol envolverse de nuevo en la senyera como en el caso de Banca Catalana?
–Sí. Hay mucha gente que todavía cree en él. Se podrá envolver en la bandera catalana y decir que en Madrid también roban y acusar de todo a la Policía patriótica y a la caverna.
–Han pasado casi ocho años desde su denuncia. ¿Se ha arrepentido?
–De denunciar a presuntos delincuentes no te puedes arrepentir, aunque esta sociedad castiga más a los que denuncian que a los denunciados. He tenido que pedir dinero hasta para comer, cuando era una persona que se ganaba bien la vida.
–¿Qué papel jugaba Marta Ferrusola en ese entramado?
–Muy importante, pero que tenga un carácter más histriónico no quiere decir que haya sido la que ha manejado todo. El “capo” ha sido siempre el padre. La familia no daba un paso sin que se lo autorizara Jordi Pujol.
–¿Qué le diría a Jordi Pujol?
–Absolutamente nada. No perdería ni medio segundo.
–¿Y a Jordi Pujol Ferrusola?
–Menos aún.
–¿Cuándo fue la última vez que habló con él?
–Cuando me empezaron a llamar periodistas y policías yo le llamé. Se estuvo riendo de mí, diciéndome que a ellos no les iba a pasar nunca nada. «Si alguna vez me meten en la cárcel, me traes una coca cola y un bocata de longaniza», recuerdo que me dijo. Y ahí colgué el teléfono, y hasta ahora.
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