Guardia Civil
Muere víctima del coronavirus el jefe del GAR de la Guardia Civil, a los 48 años
El jueves 12, tras varios días encontrándose mal, fue al hospital y aunque en un primer momento le mandaron a casa, finalmente le ingresaron “y ya no volvió a salir de allí”
Ha fallecido esta tarde, víctima del coronavirus, el jefe del Grupo de Acción Rápida (GAR), el teniente coronel Jesús Gayoso Rey, según fuentes de la Benemérita. Hace unos días murió por la misma enfermedad el que fuera primer jefe de esta unidad, coronel Jesús Velez Artajo
Gayoso ya sirvió como teniente, en 1996, en el GAR.
Sabe más que de sobra lo que es luchar contra terroristas o narcotraficantes, pero ahora, a sus 48 años, este gallego no ha podido superar su particular batalla contra un enemigo invisible que asola España: el coronavirus. Llevaba 16 días ingresado luchando por recuperarse, 12 en la UCI.
El domingo 8 de marzo, antes de que los miembros de su unidad se desplegasen en la localidad riojana de Haro para aislar a parte de la población, comenzó a tener fiebre, aunque pensó que se trataba de una simple gripe.
Dirigió desde el cuartel del GAR en Logroño a los equipos que se desplegaron en dicho municipio.
No se sabe cómo pudo contagiarse, pues debido a su puesto viaja con mucha frecuencia y días antes estuvo en Bruselas. El jueves 12, tras varios días encontrándose mal, fue al hospital y aunque en un primer momento le mandaron a casa, finalmente le ingresaron “y ya no volvió a salir de allí”, cuentan sus compañeros.
Todos sus miembros del GAR estaban pendientes de él por ser un gran jefe y un excelente compañero de armas y “mejor persona”.
Incluso, elaboraron un vídeo en su honor. En él se oye una frase de Napoleón y un mensaje de apoyo: “Si construyes un Ejército de cien leones y su líder es un perro, los leones morirán como un perro. Pero si armas un Ejército de cien perros y su líder es un león, todos los perros lucharán como leones. Gracias por ser un león ejemplar en la familia GAR, mi teniente coronel. Ahora más que nunca lo necesitamos en pie y haciendo lo que mejor sabe hacer: vivir por y para el GAR. En esta batalla nadie se queda atrás. Coja nuestra mano e incorpórese; queda mucho por hacer, tanto en lo profesional como en lo personal. Su lucha es nuestra lucha y no vamos a perder. Siempre GAR.