Política exterior
Morán, el ministro que abrió la Verja
Entre los logros del primer ministro de Asuntos Exteriores del PSOE figura terminar las negociaciones de la entrada de España en la UE
Fernando Morán, visto desde la perspectiva de las décadas que han pasado desde que dejó el MInisterio de Asuntos Exteriores, representa ese arquetipo de ministro de Estado del PSOE de la primera época que, en los actuales tiempos del frentepopulismo socialista, hace suspirar a muchos por los tiempos en que hasta para los ministros de este partido, lo primero era España.
En este sentido se ha pronunciado quien también fue inquilino del palacio de Santa Cruz, José Manuel García Margallo, que destacó para LA RAZÓN, poco después de saberse la noticia de fallecimiento, su papel a la hora de normalizar la relación con la alianza atlántica que propuso Felipe González. “Además fue un ex ministro que escribió mucho y muy bien sobre la política exterior de España”, reconoce Margallo.
La ovación que ha recibido Morán esta misma mañana en el Congreso cuando la presidenta Batet ha sido cerrada, especialmente desde la bancada socialista, pero lo cierto que es que su salida del ministerio de Exteriores vino marcada por su oposición a que España continuará en la OTAN, posición que contrastó dolorosamente con la de Felipe González durante aquellos años.
Antes de ser ministro de Exteriores, y siempre en el PSOE, Morán, natural de Avilés (Asturias), había sido senador por Oviedo y diputado por Jaén. Tras su periplo al frente de Exteriores, González le dio el honroso cargo de embajador de España ante Naciones Unidas pero poco después se presentó a las primeras elecciones europeas de 1987 logrando un escaño que no abandonó hasta 1999. Fue entonces cuando intentó disputarle la alcaldía de Madrid a José María Álvarez del Manzano. Al no ganar las elecciones fue entonces cuando abandonó la política.
Para la historia quedará el hecho de que apenas 13 días después de ser nombrado ministro, Fernando Morán autorizó la apertura de la Verja de Gibraltar después de que fuera cerrada en 1969 después de que Reino Unido aprobara nueva legislación en la que se aludía al “gobierno de Gibraltar”. Décadas después, Londres supeditó su apoyo a que España entrara en la Unión Europea a que nuestro país abriera la Verja para que se volvieran a abrir las comunicaciones terrestres con una colonia que cada vez era más insostenible para la economía británica. El gobierno socialista cedió a las presiones de Margaret Thatcher y fue paulatinamente eliminando cortapisas hasta 1985 en el que la Verja quedó completamente abierta, decisión que también refrendó Morán poco antes de cesar en su cargo. A partir de ese momento la economía del Peñón despegó hasta materializar uno de los grandes milagros económicos del siglo XXI pasando de la economía de subsistencia a convertirse en el tercer PIB per cápita del mundo tras Luxemburgo y Qatar en mitad de una de las zonas con más paro del mundo: el Campo de Gibraltar.
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