Helicópteros, drones y militares españoles en el avispero iraquí

La muerte del general iraní Qasem Soleimani en el aeropuerto de Bagdad en un ataque con drones de Estados Unidos el pasado 3 de enero de enero pone de nuevo a prueba la frágil estabilidad de Oriente Próximo. La operación, ordenada directamente por el presidente estadounidense, Donald Trump, desencadenó la enésima escalada de tensión con Irán que, a su vez, respondió con un ataque con misiles poco efectivo sobre dos bases de Estados Unidos en Irak, sin daños personales. Una calma tensa prevalece de momento.

En medio de este conflicto, España tiene desplegados en suelo iraquí cerca de 600 militares y guardias civilesen dos misiones internacionales que tienen como principal objetivo adiestrar a las Fuerzas Armadas y de seguridad del Gobierno iraquí. Del total, más de 550 forman parte de la operación Inherent Resolve, una coalición de países creada en 2014, tras una petición urgente de Irak, para frenar el avance del Estado Islámico en el norte y este del país. El resto va de la mano de la OTAN en su operación de entrenamiento.

Junto con el personal militar, las Fuerzas Armadas españolas han hecho durante cinco años de misión un importante esfuerzo para contar en zona de operaciones del equipamiento más avanzado del que disponen. El mejor ejemplo, quizás, es la unidad de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (Famet).

Desde 2018, el Ejército de Tierra cuenta con un destacamento, dotado de dos Chinook y tres Cougar y operado por unos 70 militares, en la base de Taji, próxima a Bagdad. Se trata de los militares españoles probablemente más expuestos por su misión. La "Task Force Toro", como es conocida esta unidad, trabaja codo con codo con los helicópteros del Ejército de Estados Unidos. Su principal misión es el traslado de personal y medios de la coalición entre las bases cercanas a la capital y el despliegue de efectivos junto con material en otras bases aliadas repartidas por el país.

La novedad este año será el regreso a España de los helicópteros de transporte de carga pesada Chinook para afrontar un proceso de modernización en las instalaciones del fabricante Boeing en Estados Unidos. Las Famet, en su lugar, enviarán sus nuevos helicópteros polivalentes NH90 de la empresa Airbus Helicopters, de los que ya ha recibido una docena.

A lo largo de casi cinco años de misión, también se han desplegado de forma temporal otros sistemas. La Armada española ha enviado en varias ocasiones el dron “Scaneagle”. Esta aeronave tripulada remotamente de la firma estadounidense Insitu, filial de Boeing, ha llevado a cabo misiones de vigilancia y búsqueda de objetivo, en apoyo a los grupos de Operaciones Especiales. Además, desde mediados del año pasado, el Ejército de Tierra cuenta en la zona con el “Orbiter 3” de diseño israelí, con capacidad para volar durante más de seis horas dentro de un radio aproximado de 100 km desde su estación de control.

El apartado logístico es clave también en cualquier misión. Por ello, el Ejército del Aire ha efectuado vuelos con su moderno avión de transporte A400M hasta Irak para suministrar equipamiento al contingente español. El primer vuelo tuvo lugar en febrero del año pasado. El Ejército del Aire ya tiene seis aeronaves de este modelo que, sin duda, aumentan la capacidad para provisionar no solo a la misión de Irak, sino al resto de operaciones donde hay militares.

España también ha desplegado sistemas antidrones para la protección de los soldados en la base "Gran Capitán" de Besmayah. En concreto, un sistema de instalación fija, el "AUDS" de la compañía británica Blighter, y el equipo portátil, con forma de rifle, "Drone Defender", de la estadounidense Batelle. Este tipo de soluciones detectan e inhiben la señal de un dron considerado potencialmente peligroso. Su uso se hizo indispensable hace unos años, cuando el Estado Islámico comenzó a emplear drones armados. Esta amenaza ahora ha decaído.

En esta misma base, los ingenieros del Ejército de Tierra han dedicado muchas horas la mejora de las condiciones de vida y de la propia seguridad del recinto. Para estas tareas, el Regimiento de Especialidades de Ingenieros (REI) ha trasladado su amplio abanico de maquinaria blindada, desde empujadoras y retroexcavadoras, hasta motoniveladoras o volquetes.

Un contingente que ronda los 600 militares

El contingente español de la Coalición internacional está formado por militares del Ejército de Tierra, principalmente, aunque también hay efectivos del Ejército del Aire, de la Armada e incluso de la Guardia Civil. El grueso del despliegue se encuentra en la base "Gran Capitán" en Besmayah, al sureste de Bagdad, ubicada en uno de los centros de adiestramiento más importante de la coalición junto a bases iraquíes y de la US Army. Por aquí, han pasado ya más de 5.000 miembros de las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes y más de 30.000 militares del país.

También hay tropas en la propia capital y en las bases aliadas de Al Taqaddum y Taji. En esta última, se adiestran las unidades del servicio contraterrorista (CTS) por los conocidos como SOTG (Unidad de Operaciones Especiales). El actual relevo está encabezado por personal la Brigada Extremadura, con sede en Bótoa (Badajoz), a lo que hay que sumar una unidad de helicópteros y un equipo de operaciones especiales de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada.

En Irak hay otros 50 militares españoles pertenecen a la misión de adiestramiento de la OTAN (NMI), aprobada en 2018 en la cumbre aliada de Bruselas. Liderada por Canadá, asesora a altos mandos de las Fuerzas Armadas iraquíes en áreas como la desactivación de explosivos. Las operaciones, en este caso, han sido suspendidas de forma temporal tras la escalada de tensión en la zona.

Más allá de esa suspensión de operaciones, una de las medidas tomadas para garantizar la seguridad en la zona ha sido el traslado a Kuwait de diez militares que estaban desplegados en el cuartel general de la Alianza Atlántica en el centro de Bagdad. Además, sobre el terreno, los ingenieros del Ejército de Tierra han realizado trabajos para reforzar la seguridad de la base de Besmayah. En concreto, el personal ha reforzado los búnkeres que protegen el campo de adiestramiento ubicado a unos 45 kilómetros al sureste de la capital iraquí, según informó recientemente en redes sociales la coalición Inherent Resolve.

Especial Infodefensa.com para La Razón