Lucha contra ETA

“Con ETA vivían mejor sus socios”

La hija de José Luis Prieto, asesinado por la banda terrorista en 1981 en Pamplona, carga contra la presidenta de Navarra por alcanzar el Gobierno foral de la mano de Bildu y «normalizar a los herederos» de los pistoleros

Imagen de la calle de Pamplona en la que fue asesinado José Luis Prieto
Imagen de la calle de Pamplona en la que fue asesinado José Luis PrietolarazonAgencia EFE

«La derecha vivía mejor con ETA». Ahí queda eso, Sra Chivite, ahí queda eso porque usted lo dijo. Yo le voy a hablar como hija de un padre asesinado por ETA, José Luis Prieto Gracia. Usted tenía solo dos años cuando lo asesinaron en 1981. Yo acababa de cumplir diecinueve. Aunque joven, seguro que tuvo usted tiempo después de vivir el miedo a ETA. Miedo a pasear por según qué calles o en según qué compañías, miedo a expresar opiniones personales en el trabajo, en el bar, incluso ante conocidos. Miedo a ejercer la libertad de opinión, de expresión y de movimiento, miedo a ser libre.

Ahora usted dice que había quien vivía mejor con ETA, y tiene en parte razón. Mejor es difícil, pero entonces había quien no tenía temor alguno a que le pudiera pasar algo, había y muchos. Unos porque decidían quien debía morir, otros porque ejecutaban esa decisión. Los matones y los padrinos nunca tienen miedo. Otros porque colaboraban dando apoyo, mirando para otro lado, ignorando nombres y hechos, o preocupándose de no aprenderlos. Y muchos porque, debajo de nogales y seguros de que la amenaza no iba con ellos, simplemente miraban hacia arriba a ver cuantas nueces caían. Estos últimos, ahora llevan años, algo mas de cuatro aquí en Navarra, diciendo que siempre estuvieron con nosotros, con las víctimas de ETA.

Yo les digo que es mentira. Y lo digo así porque lo puedo decir. Porque cuando ETA asesinó a tantos padres, hijos, hermanos y amigos, nosotros sí estábamos allí, acompañando a quien había sufrido el mismo horror que nosotros, íbamos de un funeral a otro. Y nunca vimos a quien ahora pretende haber estado allí, ni en persona ni en ánimo. Así que antes de ofendernos con esa afirmación indigna, antes de faltar al respeto a quienes dieron su vida por la libertad de todos, incluida la suya, Sra. Chivite, piense bien qué quiere decir, qué quiere hacer, qué debe hacer para gobernar Navarra para bien de todos. Reflexione y mire quién tiene a su lado. Es mas fácil arremeter contra las víctimas y contra quienes siempre estuvieron a su lado, fuera cual fuera su ideología, que exigir a quienes permitieron su investidura que condenen de una vez por todas el terrorismo de ETA.

Pregúnteles qué hacían ellos en 1981 en relación con ETA. Si no le contestan o no se acuerdan, yo se lo digo: el Ayuntamiento de Pamplona no condenó el asesinato de nuestro padre, con regidor socialista entonces. No fue posible hallar una mayoría suficiente que condenase su asesinato. Entre otras cosas porque los concejales de Herri Batasuna, hoy Bildu, dijeron no tener suficientes elementos de juicio para fijar postura, ya que no habían visto el informe del forense. Quizá pensaron que a mi padre le había dado un infarto antes de que tres asesinos etarras, hoy en la calle por supuesto, le descerrajaran tres cobardes tiros en la nuca. Le cuento estos detalles porque hoy en día puede parecer exagerado o increíble que alguien dijera eso, ¿verdad?

Ahí están las actas del Ayuntamiento de Pamplona para acreditarlo. Y esto no fue una excepción, era la norma en los ayuntamientos donde tenían nutrida representación los que ahora le permiten a usted sentarse donde se sienta. Sra Chivite, los que vivían mejor con ETA eran los etarras, sus colaboradores, sus amigos, los que los justificaban, los que los asistían en la política. Los compañeros de quienes condicionan su labor de gobierno y, en muchos casos, ellos mismos. El resto, todos nosotros y usted también, éramos candidatos a víctimas, como los 857 que pasaron de candidatos a elegidos.

El mundo sigue al revés. En vez de apoyar a las víctimas de ETA y velar por su memoria, su Partido Socialista de Navarra prefiere «normalizar» a los herederos de ETA, a los amigos de ETA con jefe etarra a la cabeza. Prefieren faltar al respeto a una viuda que tras quince años sigue rogando Justicia para su marido guardia civil asesinado. De la que dicen que no le saludó a usted en Leiza porque iba en las listas de un partido de derechas, que por lo visto somos ahora los que vivimos peor que cuando ETA nos asesinaba. Peor que entonces no vive nadie, ni en Navarra ni en el resto de España, porque nada puede superar el horror de la muerte. Pero la indignidad no permite vivir satisfecho, Sra. Chivite, o no debería.