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Verde

Un pulmón verde de habla hispana en pleno centro de África

Guinea Ecuatorial alberga parte del bosque primario de la cuenca del Congo, la segunda selva por extensión tras el Amazonas

La isla de Bioko o el parque de Monte Alén son conocidos por su rica biodiversidad Dreamstime

firma: Un proyecto de Guinea

Los bosques de la cuenca del Congo son conocidos como los pulmones de África. Este área que comprende países como Camerún, República Centroafricana, Congo, Guinea Ecuatorial o Gabón no solo son residencia de miles des especies de animales (más de mil solo de aves) y cientos de plantas, sino que suponen la segunda selva tropical del mundo tras el Amazonas. La importancia de estos bosques, llamados primarios porque no han sufrido alteraciones debidas a la acción humana, reside en su gran capacidad de absorción de CO2. Según datos de la ONG Greenpeace el 8% de todo el carbono forestal acumulado en los bosques del planeta está en estas selvas. De ahí la importancia de su conservación. Por si fuera poco, sabemos que la Tierra ha perdido el 35% de estos bosques primarios.

Pero, los servicios ecosistémicos de estos bosques no acaban aquí. «En ellos se esconden los principios activos de los medicamentos del mañana, así como los secretos del pasado. Además de ser ricos en biodiversidad», cuenta Francisco J. Cabezas, investigador del CSIC en el proyecto «Flora de Guinea Ecuatorial», quien matiza: «Lo que falta por conocer de África es impredecible. Por cada especie de flora que se conocía en Guinea nosotros encontramos dos, eso significa que probablemente haya el doble de lo que se cree. Eso supone que puede haber en torno a 8.300 especies de plantas». Y es que estas selvas son «el ecosistema terrestre más complejo de la tierra».

Durante el siglo XIX llegaron hasta aquí expediciones botánicas inglesas y alemanas; la primera española no llegó hasta mediados del siglo XX, cuando todavía Guinea Ecuatorial era colonia. El trabajo de catalogación de la flora empezó justo entonces pero todavía no ha concluido. «Emilio Guinea es el primero que se plantea hacer un inventario de la flora del país. Ha habido varias campañas y algún parón y a día de hoy se han editado ya 12 volúmenes de familias de flores, en total 197 taxones. Eso son más de 4.000 especies de plantas en un área de 28.000 km² totales, como en España sería Galicia», explica Cabezas quien, además, recuerda que ha habido colaboración hasta hace pocos años entre los investigadores de aquí y la Universidad de Guinea. Luego se acabó la financiación y, con ella, el conocimiento y la formación también en conservación.

El CSIC también ha investigado la presencia y evolución del «homo sapiens». «No se sabe mucho sobre cuándo fueron ocupadas las pluvisilvas africanas y buscamos evidencias y restos. Cabe pensar en antepasados de los pigmeos pero es difícil encontrar restos orgánicos de hace más de 50.000 años», cuenta a su vez el investigador Antonio Rosas, científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Áreas protegidas

Tanto el parque natural del Monte Alén (150.000 hectáreas) como la isla de Bioko de Guinea Ecuatorial son considerados por la comunidad científica internacional paraísos de biodiversidad y son solo los más conocidos de las 16 áreas protegidas que tiene el país. Los bosques que se expanden por un 98% de la superficie de Guinea Ecuatorial se caracterizan por su gran biodiversidad vegetal y animal (109 mamíferos solo en Alén entre los que figuran gorilas y chimpancés). Sus ecosistemas incluyen bosques húmedos tropicales (pluvisilva tropical), bosques de terrenos pantanosos e inundables, manglares, formaciones subalpinas y praderas de altura. «La vegetación funciona aquí por capas; hay hasta cuatro desde la capa de humus del suelo a los altos árboles de 30 metros de altura de hasta 80 especies diferentes», dice Rosas.

La riqueza y la extensión de los bosques hacen que sean un importante capital natural para la población, que se sustenta gracias a ellos, y para la economía. De hecho, recuerda la FAO en su web que desde 2015, Guinea Ecuatorial forma parte de la Iniciativa para los Bosques de África Central (CAFI en inglés), que tiene como objetivo reconocer y preservar el valor de los bosques del África central para mitigar el cambio climático, reducir la pobreza y contribuir al desarrollo sostenible. Ese precisamente es un de los retos que tiene el país en cuanto a conservación: equilibrar la balanza entre la

actividad humana, como la agricultura (los suelos de la isla de Bioko son especialmente fértiles porque están formados por material volcánico) y los servicios ecosistémicos de las selvas vírgenes. «La agricultura a día de hoy es minoritaria y no representa una seria amenaza para la conservación, pero como en otros países de África hay mucha presión por la caza y la industria maderera», comenta Rosas.

La situación de deforestación, sin embargo, da señales para la esperanza. En colaboración con WRI, el Ministerio de Agricultura y Bosques (MAB) del país publicó recientemente el Atlas Forestal Interactivo de Guinea Ecuatorial versión 1.0 que documenta el uso de suelo en el territorio durante los últimos 15 años y constituye la primera fuente de información abierta en el sector forestal del país. «El Atlas revela que la gestión forestal de Guinea Ecuatorial ha mejorado en los últimos años. Por ejemplo, las áreas protegidas aumentaron, mientras que las concesiones forestales se redujeron», dice.