Aerotaxi para dos: el sueño del comic que se hace realidad

El hombre siempre ha imaginado parte de su futuro en un coche volador. Series animadas como Los Supersónicos de los años 60 (que presentaba una familia que vivía en un futuro utópico con coches voladores, robots y otras tecnologías avanzadas) o Futurama (de la década de los 90) son algunos de los ejemplos que mostraban que el futuro pasaba por unos desplazamientos personales en pequeños vehículos voladores.

Un futuro que está, quizá, más próximo de lo que imaginamos, puesto que Dubái tiene previsto, en 2026, autorizar los primeros vuelos de aerotaxis, unos vehículos tipo dron capaz de trasladar a una o dos personas en distancias relativamente cortas y sin que sea necesario usar un helipuerto (sino un vertipuerto).

«Las ciudades están congestionadas y es complicado construir nuevas infraestructuras para el transporte», señalaba Damian Kysely, Head of EMEA de Skyports (una de las empresas especializadas en la materia) durante su intervención, el pasado mes de noviembre, en el Global Mobility Call celebrado en Madrid. Por eso, esta empresa está centrada en trabajar, conjuntamente con ciudades y gobiernos, para desarrollar esta alternativa. Muchas compañías están desarrollando estas aeronaves, tanto en Estados Unidos como en Europa. «Nuestro objetivo es lanzar los primeros aerotaxis eléctricos en 2026 en Dubái y después en otras ciudades», detallaba.

Este mismo mes de enero la Autoridad General de Aviación Civil (GCAA) ha otorgado la aprobación técnica del diseño para el primer vertipuerto comercial en los Emiratos Árabes Unidos. El Dubai International Vertiport (DXV), el nombre provisional de las instalaciones, estará cerca del Aeropuerto Internacional de Dubái, desde donde se espera poder trasladar a los primeros pasajeros hasta su destino final, en uno de los otres tres puntos de esta primera red.

Según las previsiones que maneja Skyports, este servicio permitirá conectar los aeropuertos con los principales nodos de la ciudad de Oriente Medio, con un importante ahorro de tiempo. «Cada taxi lleva 1,6 pasajeros de media por lo que esperamos tener más usuarios y moverlos más rápido», expresaba Damian Kysely.

Aunque este experto explicaba que estos trayectos serán de punto a punto y con unas distancias de ente 30 y 130 kilómetros, asegura que «con el tiempo serán una alternativa» más en las opciones de movilidad de las ciudades. «No serán una amenaza a otros medios como el metro pero sí una alternativa para evitar la congestión del tráfico».

Otras pruebas

El sector de la aviación es uno de los más altamente regulados. Por eso, y pese a que se lleve hablando mucho tiempo de drones y vehículos voladores, su desarrollo comercial va despacio.

Joby Aviation, otra de las compañías inmersas en el desarrollo de taxis aéreos eléctricos para el servicio comercial de pasajeros, anunciaba también recientemente que ha entrado en la fase final de certificación de su taxi aéreo eléctrico, habiendo realizado sus primeras pruebas de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que evaluaron los factores humanos de la seguridad de vuelo utilizando una cabina de vuelo conforme a las normas de la FAA en un simulador Joby.

Estas pruebas se consideran la fase final del proceso de certificación, lo que allana el camino para que un avión comience a operar comercialmente con pasajeros. En esta fase, los pilotos de pruebas de la FAA llevan a cabo pruebas para validar el rendimiento y la seguridad de una aeronave de acuerdo con los planes de pruebas de certificación previamente aprobados.

Para garantizar que estos nuevos aparatos surquen los cielos con total seguridad, la FAA ha diseñado un proceso de certificación que examina con lupa cada detalle de su desarrollo.

Este proceso comienza con la solicitud formal del fabricante, quien debe proporcionar a la FAA toda la información técnica del aerotaxi. A partir de ahí, un equipo de expertos de la FAA se encarga de analizar el diseño de la aeronave, realizando simulaciones y pruebas para asegurar que cumple con los exigentes estándares de seguridad.

Una vez superada esta fase, se construye un prototipo que se somete a exhaustivas pruebas de vuelo. Durante estas pruebas se evalúa el rendimiento del aerotaxi, su estabilidad, control y resistencia, entre otros muchos aspectos. Los ingenieros de la FAA deben inspeccionar el prototipo y los datos de las pruebas para verificar que todo esté en orden. Incluso se realiza un análisis de seguridad para identificar y mitigar cualquier riesgo potencial.

Si el aerotaxi supera con éxito todas las pruebas, la FAA emite el certificado de tipo, una especie de «luz verde» que autoriza al fabricante a producir y vender la aeronave. Este proceso, que puede durar varios años, es fundamental para asegurar que los aerotaxis sean seguros y confiables. La FAA trabaja en estrecha colaboración con los fabricantes para asegurar que estas aeronaves cumplan con los más altos estándares de aeronavegabilidad.

Aunque todavía quedan desafíos por resolver, como la gestión del tráfico aéreo en las ciudades y la aceptación del público, la FAA está allanando el camino para que los aerotaxis se conviertan en una realidad en un futuro cercano.

¿Y en España? Aunque se ha publicado que, especialmente entre las Islas Baleares, podrían empezar estos primeros vuelos de prueba, fuentes oficiales de AENA descartan, de momento, esta posibilidad. «La movilidad urbana está evolucionando hacia modelos innovadores, sostenibles e integrados, y los aeropuertos buscan ser parte de esta transformación. Aena quiere adaptarse a esa nueva movilidad urbana y sentar las bases para poder utilizar este tipo de aeronaves en nuestras infraestructuras. Y en esto es en lo que está trabajando. No hay fecha prevista para el vuelo de prueba», sentencian.